El Gobierno de Castilla-La Mancha ha vuelto a denunciar la aparición de una capa de espumas en el río Tajo a su paso por Toledo. Una situación que la Consejería de Fomento ha calificado de “insostenible ”y ha exigido al Gobierno de España que realice las actuaciones necesarias para garantizar “un caudal limpio y suficiente”.
El Ejecutivo del presidente Emiliano García-Page recuerda que esta situación “no es nueva” y que ya son varios los episodios similares registrados en meses anteriores y que atribuye a la escasez de caudal, el estancamiento de aguas y la subida de las temperaturas, “un proceso de eutrofización que ha provocado además olores nauseabundos, plagas de insectos y mantas de algas no sólo en Toledo, sino también en Talavera de la Reina”, asegura el Gobierno regional.
La situación “límite” de la cabecera del Tajo
Además, la Junta castellano-manchega ha reiterado la situación “límite” en la que se encuentran los embalses de Entrepeñas y Buendía, que finalizaron el mes de julio con alrededor de 293 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone un 11,8 por ciento del total de su capacidad. Un volumen, dice el Ejecutivo castellano-manchego, “claramente insuficiente” para garantizar unos caudales ecológicos mínimos en la cuenca del río Tajo, especialmente en su tramo medio, y que de verse solventados evitaría este tipo de perjuicios medioambientales a un ecosistema de indudable valor.
De igual modo, el Ejecutivo autonómico recuerda que el río Tajo arrastra buena parte de las aguas residuales de la Comunidad de Madrid, lo que agrava aún más una situación que ya ha denunciado la Unión Europea tras la visita realizada en febrero de 2016 por un grupo de europarlamentarios. En este sentido, el Gobierno regional reitera la invitación ya trasladada a los responsables del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente para que comprueben ‘in situ’ el estado de “un río prácticamente muerto y pongan fin a esta agonía”.