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Los escombros se convierten en arte para darles una nueva vida en Segovia

Oven Georgiana, de Fernando Herranz Alonso. Obra seleccionada en la XI edición de Escombrarte.

Alba Camazón

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“Hoy por hoy no sale muy caro tirar los escombros de obra y hay mucho desconocimiento sobre lo importante que es reciclar. El planeta tiene recursos limitados”. Con este ánimo, Reyes Lobo y su marido Alberto Gil montaron hace más de una década una planta de reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición (RCDs) en Segovia.

El Centro de Reciclaje Los Huertos limpia los escombros procedentes de obras hasta que consigue zahorras pétreas y de hormigón para que otras empresas puedan utilizarlas en caminos u otras construcciones. “Era un proyecto bonito porque íbamos a hacer algo bueno y positivo por el futuro del planeta”, explica Reyes Lobo.

Como maestra que es, Lobo tiene una vocación pedagógica, porque todavía hay “mucha desconfianza” sobre el rendimiento de estos materiales reciclados. Por ese motivo organizó hace ya doce años el concurso y exposición Escombrarte. “La idea era hacer publicidad de una manera llamativa y dar a conocer la importancia de reciclar de manera corriente para el Medio Ambiente”, explica esta empresaria.

Hasta ahora 400 obras de arte de 250 artistas han participado en el concurso procedentes de España, pero también de Portugal, Italia, Venezuela o Cuba. “Es muy emocionante abrir las esculturas y que venga el jurado a elegir las tres mejores”, afirma. La elección del jurado busca un equilibrio entre artistas o gestores culturales, profesionales de la Educación y perfiles vinculados al cuidado del Medio Ambiente.

El concurso de este año ya ha cerrado el plazo de presentación de las obras. Lobo ha recibido ya 35 esculturas, aunque no descarta que llegue por correo postal alguna otra. El jueves 19 de octubre será la entrega de premios y la inauguración de Escombrarte en La Alhóndiga, un edificio de la época de los Reyes Católicos que funcionó en sus orígenes como almacén de grano. La Exposición será desde el 19 de octubre al 5 de noviembre.

Con algunas de las piezas, Lobo organiza exposiciones y talleres para concienciar sobre la importancia del reciclaje. “Miramos los escombros de otra manera. Tienen una historia, porque a lo mejor forman parte de una vivienda; pero también de un reciclaje emocional de los artistas”, explica.

Una de estas escultoras es Matilde Navarro, una granadina que se ha presentado en las últimas cinco ediciones. “Esta es una manera de difundir tu obra más allá de donde estás”, explica. Navarro siempre utiliza material reciclado para sus esculturas. “En la carrera ya utilizaba lo que tenía a mano con gran compromiso ético y para evitar contaminar más”, explica.

Para la obra de esta edición, ha reutilizado los alambres centrales por cuarta vez. La pieza de este año, Alhucema, está inspirada “en el recuerdo del gesto de echar semillas de lavanda sobre el brasero de picón para perfumar la casa, mezcla de olor y calor”. “Mi obra es circular. El material me lleva a la obra y la obra me lleva al material”, indica Navarro.

Denislav Mitkov se presentó por primera vez en 2017 y ganó el primer premio en 2021. “Escombrarte es muy importante porque pretende concienciar al mayor número de personas posible”.

Este año ha utilizado maderas de distintos continentes (palo rojo, corazón púrpura, pino, abeto, nogal y bambú) y piedras caliza y mármol. “Saco el material de cualquier sitio: de algún derribo, de constructoras... muchas de las maderas son de una empresa de instrumentos musicales y de los retales saco una obra y nueva vida”, explica Mitkov a este diario.

La intención de Mitkov es “crear un lugar de escape y escondite” de lo que hace el ser humano, “que destroza el planeta”. “A veces creo que con el reciclaje de ropa descargamos conciencia y consumimos más: se produce en condiciones de esclavitud total y contamina muchísimo”, continúa Matilde Navarro, que sí considera “útil” el reciclaje de otros materiales y ve “importante” la “labor pedagógica” de certámenes como Escombrarte.

Refugio frente al S.XXI from Gonzalo Martell on Vimeo.

Lobo se muestra muy agradecida a empresas y administraciones que colaboran en la exposición, y a los artistas que participan año tras año. “Sus obras valen mucho más que el premio y aún así participan para apoyar este proyecto. Algunos nos dejan las piezas para las exposiciones y otras las compramos”, cuenta.

Un ejemplo de esta compra es la mascarilla. “La compramos y la donamos a la gerencia del Hospital de Segovia en homenaje a los sanitarios que tanto dedicaron en la pandemia”, afirma. Segovia fue uno de los hospitales más colapsados de España debido a la alta incidencia de la COVID en la provincia.

Mientras Reyes Lobo organiza Escombrarte, sí lamenta la reducción de trabajo en su planta de reciclaje, que tiene capacidad para 53.637 toneladas al año, aunque su actividad es de . “Cuando empezamos llegamos a tener 14 trabajadores y ahora solo somos cuatro. Después de la crisis del ladrillo, había mucha construcción a medio hacer, pero como muchas constructoras habían quebrado, ahí se quedaban abandonadas las construcciones... Fíjate en el Algarrobico de Almería”, recuerda esta segoviana, que sí reconoce avances en materia legislativa.

En mayo la Junta de Castilla y León aprobó un decreto de gestión de residuos que obligará a utilizar un porcentaje —que oscila entre el 2% y el 10%— de áridos reciclados en las obras públicas. En Castilla y León hay solo un centenar de plantas de reciclaje de residuos de construcción y demolición. El decreto también establece una fianza a las plantas para garantizar el cumplimiento de las obligaciones ambientales y asegurarse de que el reciclaje es correcto.

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