El parlamento de Castilla y León da a su fundación Villalar un millón de euros anual pero las cuentas permanecen ocultas

La Fundación Villalar-Castilla y León suma la opacidad a su lista de críticas en una crisis que la entidad no había vivido hasta ahora. El futuro de la organización está en cuestión desde hace años, pero por primera vez peligra su futuro. La fundación cultural privada sin ánimo de lucro dependiente de las Cortes de Castilla y León tiene poco menos de un mes para transformarse y salvarse.

A pesar de que recibe más de 100.000 euros en subvenciones públicas –la cantidad mínima con la que la ley obliga a ser transparente–, la entidad no cuenta con un portal de datos abiertos, ni publica los mínimos que exige la norma: ni un organigrama o identificación de los responsables, ni una estructura organizativa, ni información económica. Preguntadas por la transparencia de la fundación, las Cortes de Castilla y León únicamente han remitido a este diario a la entidad privada, que no ha respondido al teléfono ni al correo electrónico.

La Fundación Villalar fue creada en 2003 para “acrecentar el sentimiento de pertenencia de los castellanos y leoneses”. El 'cajón de sastre' de las Cortes de Castilla y León ha llegado a tener un presupuesto de 1,5 millones euros en los años más complicados de la crisis. Bien sirve para organizar exposiciones en el vestíbulo de las Cortes, para convocar becas de creación histórica y artística o para pagar un proyector para la fachada del parlamento autonómico. La fundación edita libros, cómics y colabora con documentales o concursos. Esta entidad ha organizado incluso la exposición y venta de productos artesanales elaborados por une treintena de monasterios y conventos. Pero ni rastro de cuánto se ha destinado a cada una de estas actividades. eldiario.es ha preguntado por estas cuestiones de transparencia a la Fundación Villalar, pero no ha obtenido respuesta.

La Ley de Transparencia y Buen Gobierno 19/2013 exige a las entidades como la Fundación Villalar que publiquen un organigrama actualizado que identifique a los responsables de los diferentes órganos y su perfil y trayectoria profesional. Además, tiene que hacer públicos todos los contratos, convenios, ayudas o subvenciones con cualquier Administración Pública. En ambos casos tendrán que indicar el importe, el objetivo y el procedimiento utilizado para las adjudicaciones, entre otros.

Pero la Fundación Villalar, financiada con 993.458 euros de las Cortes de Castilla y León y con dos trabajadores en plantilla, apenas cuenta con un exiguo 'Perfil del contratante' cuya última actualización corresponde a 2016. Esta adjudicación corresponde con la instalación de un sistema de proyección en la fachada de las Cortes de Castilla y León, que se sometió a concurso público y costó 99.111,10 euros. Este proyector se utiliza en días internacionales y estatales señalados como el día contra la polio, el cáncer de mama o el día de la Constitución.

Este es el único expediente de licitación con información concreta de las ofertas para las adjudicaciones. En algunos casos únicamente figura la empresa elegida, pero no existe una justificación ni se detallan las circunstancias de esa adjudicación.

En Castilla y León, el responsable de salvaguardar el derecho a la información pública es el Comisionado de Transparencia. Este organismo supervisa la actividad del sector público, las corporaciones de derecho público y las entidades locales, pero no tiene competencia sobre la publicidad activa de las Cortes de Castilla y León ni la de sus entidades dependientes como la Fundación Villalar. Por este motivo, el Comisionado de Transparencia no ha podido hacer declaraciones sobre la situación de la entidad, que no está incluida dentro de sus competencias, como sí lo están otras fundaciones dependientes de consejerías de Castilla y León.

No entregó sus presupuestos ante el Consejo de Cuentas

El Consejo de Cuentas de Castilla y León tampoco tuvo acceso a los presupuestos de la Fundación Villalar cuando elaboró su último informe de fiscalización de la actividad de las fundaciones relativo a 2010. “Esta fundación no rindió sus cuentas ante el Consejo de Cuentas de Castilla y León, a pesar de que la ley establece que están sometidos a la fiscalización del Consejo de Cuentas y que los demás organismos y entidades sujetos a la fiscalización del Consejo deben rendir sus cuentas al Consejo de Cuentas”, reprochó la institución en 2013, cuando se hizo público el informe.

La opacidad de esta organización también ha sido objeto de críticas en el seno del parlamento autonómico, especialmente desde el partido leonesista y desde Podemos. La Unión del Pueblo Leonés (UPL) votó en contra de esta entidad y ha apostado por controlar y conocer con exactitud a qué se dedica la Fundación Villalar. “He intentado hacer una pregunta, una interpelación; no se puede. He preguntado por las cuentas; no se puede. He intentado modificar partidas presupuestarias; tampoco se puede”, rechazaba en el último pleno de Presupuestos el único procurador leonesista, Luis Mariano Santos, que insiste en que la Fundación Villalar “inventa” la historia de la comunidad a través de libros y cómics.

“En esa sesión perdí una pregunta parlamentaria porque no podemos interpelar a la fundación, puesto que depende de las Cortes y no de la Junta, por lo que no se puede preguntar en las sesiones de control al Gobierno”, explica a este diario el leonesista, que considera “absurdo” crear una fundación para generar un sentimiento de comunidad. La UPL ha decidido que asistirán a la próxima reunión para proponer la disolución y extinción de la organización y exigir las cuentas de los últimos cuatro ejercicios.

La Fundación Villalar está liderada por un Patronato, compuesto por el presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes; el vicepresidente primero de las Cortes, Francisco Vázquez; el alcalde de Villalar, Luis Alonso Laguna; un representante de la Junta; los partidos con representación parlamentaria, y representantes de las universidades públicas, la Federación Regional de Municipios y Provincias, las cajas de ahorro, el Consejo Económico y Social, UGT, CCOO y Cecale. Estos 12 cargos se reúnen dos o tres veces al año y deben velar por el cumplimiento de los fines fundacionales, interpretando y aplicando la voluntad fundacional. Ahora, todos coinciden: 16 años después de su fundación, la Fundación Villalar no ha logrado cumplir sus objetivos.

Estos patronos son los responsables de aprobar el presupuesto –que redacta el director de la Fundación Villalar–, que se les entrega de forma genérica y que deben aprobar en la misma sesión. Sin embargo, no se les han entregado las facturas para poder realizar un estudio pormenorizado de las actividades de la organización, explican fuentes consultadas por este diario.

El objetivo: acrecentar el sentimiento de pertenencia

Y, ¿cuál es el objetivo de esta entidad? La Fundación Villalar, que cuenta con un presupuesto público de 993.458 euros y lleva sin actividad en redes sociales desde junio, pretende “acrecentar el sentimiento de pertenencia de los castellanos y leoneses” y está dedicada a “fomentar los valores esenciales” de la comunidad: la lengua castellana y el patrimonio histórico, artístico y cultural, teniendo en cuenta y resaltando las características de cada provincia. “Potenciará también la realización de actividades culturales sobre el arte, nuestra cultura y las señas de identidad de la comunidad”, señala la entidad, que “no puede seguir tal y como está planteada”, según señalaba hace unos días el presidente de las Cortes de Castilla y León y presidente del Patronato de la Fundación Villalar, Luis Fuentes.

La Fundación Villalar no tiene tampoco publicada una memoria anual de actividades, entre las que se incluye organizar eventos culturales, promover otras organizaciones o instituciones culturales, desarrollar la investigación relacionada con la historia y las tradiciones, difundir valores históricos y artísticos, promover la defensa y conservación del arte, conservar y difundir la cultura, historia y tradiciones y gestionar el uso de los bienes o instalaciones públicas o privadas que puedan cederse a la fundación. También tienen que presentar a las administraciones públicas iniciativas de interés para los fines de la fundación.

Además de las becas y exposiciones que organiza, la Fundación Villalar y la Junta de Castilla y León han firmado diferentes convenios –que tampoco se hacen públicos en la web de la fundación, pero sí en la web de las Cortes– sobre los materiales didácticos que debe editar esta entidad, que también ha colaborado en la liga de debate de alumnos de Bachillerato, entre otras actividades. A mediados de año, reactivó la cátedra de estudios de la Fundación Villalar con la Universidad de Burgos e invirtió en actividad de investigación y difusión del VIII Centenario de la Catedral de Burgos.

Villalar, la fiesta de Castilla y León, también opaca

La Fundación Villalar lleva precisamente el nombre del pueblo que acogió la batalla de los comuneros en 1521 porque es responsable de organizar la fiesta de la comunidad. El 23 de abril se conmemora el aniversario de la histórica batalla de Villalar, decisiva en la Guerra de las Comunidades de Castilla contra Carlos I de España y V de Alemania y que se saldó con la decapitación de los tres líderes comuneros: Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.

De lo que tampoco deja constancia la Fundación Villalar es de cuánto les cuesta a los castellanos y leoneses su fiesta autonómica. Los últimos datos de los que dispone la entidad datan de 2015, en cuyo pliego se calcula un presupuesto base de licitación que asciende a la cantidad de 140.000 €. Sin embargo, no aparece el coste que finalmente resultó de esa convocatoria (adjudicada a Pandora. Producciones y Eventos S.L.). Aun así, existe más documentación relativa a la fiesta de Castilla y León de 2015 que de años posteriores o anteriores. En 2014 únicamente aparece la empresa adjudicataria (de nuevo Pandora. Producciones y Eventos S.L.), y los concursos posteriores ni siquiera figuran en el Perfil del Contratante.

La Fundación Villalar tiene un director, responsable de elaborar los presupuestos de la entidad, que debe entregar al Patronato, que lo aprueba. El director, Juan Zapatero desde 2015, fue elegido por mayoría de dos tercios entre los miembros del Patronato durante el liderato de Silvia Clemente al frente de las Cortes de Castilla y León.

Zapatero ejerció como abogado entre 1992 y 2006. Posteriormente fue nombrado jefe del departamento de Administración de la Sociedad de Promoción del Turismo (2006-2008), secretario técnico del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (2008-2011) y secretario general de la Consejería de Agricultura (2011-2015). En 2015 fue designado director de la Fundación Villalar en sustitución de Antonio Calonge, actual director general de Ordenación del Territorio y Planificación de la Junta. Zapatero entró en la Consejería de Turismo cuando Silvia Clemente la dirigía. También coincidieron en la Consejería de Agricultura y, cuando fue elegida presidenta de las Cortes, propuso a Zapatero para dirigir la Fundación Villalar, según fuentes parlamentarias.

El actual presidente de la Fundación Villalar y presidente de las Cortes, Luis Fuentes, anunció en octubre su intención de disolver esta entidad porque era “incapaz de crear un sentimiento de pertenencia a Castilla y León”. Sin embargo, hace unos días reculó y acordó, con la mayoría de patronos, abrir “un periodo corto de debate para ver posibilidades de transformar la Fundación”. Una transformación de la fundación en su nombre, estructura, fines, objetivos y composición, con la posibilidad incluso de abrirla a nuevos integrantes. Solo UPL, Vox y Podemos-Equo apuestan por su disolución.