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El último gran accidente de la minería en España llega a juicio casi ocho años después de que murieran seis mineros

Antonio Vega

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Desde este lunes, y durante un mes y medio, León acoge uno de los juicios más esperados de los últimos años. El que llevará al banquillo a 16 acusados como presuntos responsables del accidente minero que el 28 de octubre de 2013 costó la vida a cinco mineros en el pozo Emilio del Valle de la empresa Hullera Vasco Leonesa, más nueve heridos de diversa consideración que trabajaban en el lugar. Casi ocho años después del accidente en León ya no quedan explotaciones mineras y la centenaria empresa, acusada también en el juicio, está en proceso de desguace tras su quiebra en 2015.

En el accidente, provocado por un escape de grisú no detectado, fallecieron Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez. Con seis víctimas, fue el mayor accidente minero de la historia de León desde hacía 30 años.

En el banquillo de los acusados se van a sentar los principales responsables de la entonces Hullera Vasco Leonesa, una de las principales compañías mineras que explotaba el lugar donde tuvo lugar el accidente. El pozo Emilio del Valle era parte de un conjunto de explotaciones de interior y cielo abierto que la empresa operaba desde 1992, cuando la empresa minera creó el proyecto de la Nueva Mina para superar los ajustes del sector en esa época.

Entre los acusados están varios miembros de la familia entonces propietaria de la empresa, los Del Valle, como el que era su presidente, Antonio del Valle; el vicepresidente y consejero delegado, Arturo del Valle; y el vocal Aurelio del Valle. También están imputados el director general, Marco Calvo, y el director facultativo de la explotación, José Eliseo Solís. El resto son ingenieros y vigilantes de seguridad de la compañía que debían garantizar la explotación.

La Fiscalía pide para ellos penas de tres años y medio de prisión por seis delitos de homicidio con imprudencia grave y otro de lesiones por imprudencia. Las acusaciones particulares de las familias de los fallecidos reclaman hasta seis años y medio por los hechos, mientras que las defensas piden la libre absolución alegando que el accidente fue imprevisible. Además, las indemnizaciones pedidas oscilan entre los 1,1 millones de euros para las familias de los fallecidos y más de 770.000 euros para los heridos.

En el auto de apertura de juicio oral se argumentaba que se trabajó en la zona afectada por el derrabe (derrumbamiento de carbón) sin las medidas de seguridad adecuadas, lo que ponía en peligro la integridad física de los mineros, como ocurrió. Como responsables civiles figuran la compañía Hullera Vasco Leonesa, en liquidación, y la aseguradora.

El accidente tuvo lugar a casi 700 metros bajo tierra, en una galería donde, según el informe del Servicio de Minas de León, se produjo un hundimiento de carbón que provocó de forma muy rápida un gran aporte de gas grisú hacía la galería de la planta séptima donde trabajaban los mineros, que fallecieron por asfixia.

En las instalaciones del pozo Emilio del Valle, en el municipio leonés de Pola de Gordón, se instaló un monolito de recuerdo a los mineros fallecidos en 2013. Hoy el antiguo lugar minero es una explotación ganadera y el monolito se ha traslado a la cercana localidad de Ciñera.