Un estudio elaborado por la Fundación General de la Universidad de Salamanca, a través del Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), medirá la actividad física de los zamoranos mayores de 65 años mediante una pulsera en la que se registrarán los movimientos de los ciudadanos que quieran participar en la iniciativa durante un periodo de tres meses.
Así lo han explicado este viernes el director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, Óscar González Benito, y el investigador principal del proyecto, Ignacio Pedrosa, que han enmarcado este estudio en el programa 'Juntos damos más vida a Zamora', un plan que llevará a cabo investigaciones en diferentes áreas para abordar el avance del envejecimiento y la longevidad en esta ciudad.
En este sentido, González Benito ha señalado que el objetivo de la medición de la actividad física es “dar continuidad” a ese proyecto global a través de investigaciones “empíricas y aplicadas”. “Estamos en una realidad nacional y europea de gran envejecimiento, y mucho más en esta zona limítrofe”, ha subrayado el responsable de la Fundación General de la Universidad de Salamanca.
Según el responsable de este organismo, en lugares como Zamora, “más de un 25% de la población es mayor de 65 años, y más de la mitad de ese grupo tiene más de 75 años”. “El envejecimiento es un éxito social, pero hay que hacerlo compatible con la calidad de vida”, ha subrayado González Benito.
Por su parte, Ignacio Pedrosa ha aclarado que la pulsera “va a permitir analizar el rendimiento y la actividad física de los mayores con una muestra mínima de 300 personas”. La colaboración será voluntaria y pretende “mejorar la calidad de vida y la salud de los usuarios a nivel físico, psicológico y social”.
“Vamos a registrar su actividad, vamos a explotarla y van a poder ir viendo su evolución a través de clasificaciones; además, van a obtener premios y trofeos y les generaremos motivación mientras compiten de una manera sana”, ha matizado el investigador.
Este enfoque permite a las personas participantes la posibilidad de llevar a cabo su actividad en cualquier tipo de entorno, tanto en su casa como al aire libre. “Esa cuestión permitirá la evaluación del potencial impacto de la actividad física sobre aspectos emocionales y relacionados con la calidad de vida basados en la evidencia científica”, han zanjado los responsables del proyecto.