En una declaración de menos de 10 minutos, el empresario de la construcción y magnate de medios en Castilla y León, José Luis Ulibarri, ha explicado cómo se hizo con la licitación de una parcela de 35 millones para edificar viviendas a cambio de una mordida de un millón de euros que le pidió el cerebro la trama Gürtel, Francisco Correa. Ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la pieza de Boadilla, el empresario ha reconocido los hechos que le imputa la Fiscalía en un intento por llegar a una sentencia de conformidad y ver reducida la pena de 7 años y un día que reclama el Ministerio Público.
“Yo conocí a Correa a final del verano de 2004, nos presentó un amigo común que era Jesús Merino, y a partir de ahí, él me ofrecía cosas en general, en municipios de toda España, pero yo le pedía que nos pasara la información. Esto lo analizaban los departamentos técnicos de mi empresa y en todos los casos no nos encajó las posibilidades que nos ofrecía y dijimos que no”, ha comenzado explicando a la fiscal. Así fue hasta que se le ofertó el proyecto de adjudicación de la parcela UA de la manzana M7 del Polígono B del Plan de Ordenación Urbana de Boadilla. Según Ulibarri, esa fue “la única relación” que tuvo con la causa por la que está sentado en el banquillo de los acusados.
“Me comenta (Correa) que tiene la posibilidad de influir en la adjudicación de suelo y dije, bueno, pues mándame las condiciones, el pliego, cómo sale. Y me mandó la documentación técnica. Los departamentos técnicos nuestros (de la empresa UFC SA) lo estudiaron e hicimos una oferta, la que creíamos mejor”, ha relatado. El empresario ha respondido a la fiscal que Correa no le especificó sobre quién tenía esa influencia para adjudicar suelo. “La verdad es que yo no le pregunté y él nunca me mencionó con quién. Yo me imaginé que era con el alcalde (Arturo González Panero, también acusado) pero es una suposición mía porque yo nunca tuve...vamos ni he estado en el Ayuntamiento de Boadilla, ni conozco a su alcalde, ni al anterior, ni al actual, ni a ninguno y no sabía, me imaginé que podía ser el alcalde pero no lo puedo asegurar”, ha declarado.
“No sé si hizo gestiones, porque nuestra oferta no era mala”
La adjudicación prometida se produjo. “El me dijo, cuando me ofreció la posibilidad, que si era, nosotros estudiábamos, poníamos la cifra de la oferta, la que entendíamos que era rentable y me dijo que eso costaba un millón de euros, y dije bueno”, ha comentado. Sin embargo, José Luis Ulibarri ha llegado a poner en duda que Correa llegase a hacer algo, porque para él, la oferta que presentó era buena.
“Yo, ahí, ahora veo, bueno ya desde hace tiempo, vi el error cometido, me arrepiento de él pero bueno, admití que él podía hacer gestiones, que desconozco las que hizo y si las hizo, porque luego hemos visto mucha documentación y nuestra oferta no era mala. Porque esta operación de suelo no era en subasta, era en concurso, en la cual había que presentar un proyecto unas mejoras y una serie de condiciones, las que creímos que podíamos cumplir, que luego por razones de mercado, no terminamos”, ha declarado.
Ulibarri también ha precisado que no se habló de porcentaje por la gestión pero que cuando vio que la oferta de licitación era de 33 millones y le pedían un millón “está claro que era una comisión del 3% más o menos”. El empresario también ha respondido a la fiscal sobre cómo se procedió al pago de esa mordida, y ha señalado que Correa conocía, por conversaciones que tuvieron, que sus empresas “no manejaban dinero B” con lo cual “los pagos tenían que ser a través de unas facturaciones”.
“Ya está adjudicado. Ahora me tienes que pagar”
Una vez que se produjo la adjudicación a UFC SA, Correa llamó a Ulibarri. “Ya está adjudicado. Ahora me tienes que pagar”, le dijo. “¿Cómo lo hago?”, preguntó Ulibarri. “Me pasaron dos facturas de una empresa que es CGI- Consultoría y Gestión de Inversiones- que luego he visto que es del señor Jacobo Gordon -socio de Correa y también acusado- que yo no conocía, lo conocí a posteriori y yo hice dos pagos de 500.000 euros”, ha desgranado.
Las facturas tenían como concepto de honorarios por desarrollo y realización de trabajos de estudio y preparación de ofertas, proyectos realizados encaminados a adquisición de terrenos de la calle Aragón, trabajos que, según ha admitido José Luis Ulibarri, nunca se realizaron. “Esos servicios eran falsos y eran para el pago del señor Correa. Yo admito el error.”, ha reconocido. Sobre cómo se repartieron esas cantidades, el constructor ha dicho que “hoy” sabe “algo más”. “Cuando yo hice el pago no me enteré de nada, simplemente hice el pago. Luego he visto que se ha hecho un reparto de ese dinero pero yo no sabía a quién iba, ni las razones, ni por qué”, ha dicho. Por segunda vez, el empresario dudó de que Correa hiciese algo por él, insinuando que le engañó. “Tampoco sé con quién habló. Yo temo, después del tiempo que llevamos, que no habló con mucha gente, pero bueno, yo me había comprometido a pagarle ese dinero y se lo pagué en base a que estaba adjudicada la parcela”, ha cuestionado.
Las facturas se abonaron “con su iva correspondiente”. Más tarde, en 2006, y por consejo de su entonces abogado, “regularizó” la situación, volviendo a ingresar el iva a esas facturas. A preguntas del abogado del Ayuntamiento de Boadilla, Ulibarri ha reconocido que su actuación, “aceptando las condiciones del señor Correa, pudieron modificar la licitación normal de la parcela” y por ello ha consignado 500.000 euros. Lo ha hecho “con conocimiento de causa e intentando compensar de alguna manera el mal que haya podido causar al Ayuntamiento” con una actuación que “en aquel momento” no valoró pero que “hoy sí”.