En el equipo de Ada Colau están eufóricos por el protagonismo que la alcaldesa de Barcelona ha tenido en la cumbre de Glasgow. Pese a reconocer que los avances para frenar la crisis climática no serán los deseables, destacan que la COP26 ha permitido reforzar el modelo de Barcelona como referente en políticas medioambientales y visualizar las alianzas de la capital catalana con ciudades como París y Londres.
De regreso ya en Barcelona, la cita política más destacada en su agenda es el acto que protagonizará este sábado en Valencia junto a Yolanda Díaz, Mònica Oltra, Mónica García y Fátima Hamed Hossain. La alcaldesa se felicita por la expectación creada pero insiste en que no se trata de la presentación de una plataforma ni de un acto electoral y quita hierro al hecho de que Podemos no tenga voz en este encuentro. “No todo el mundo tiene que estar siempre en todas partes y en Valencia nos han invitado a unas cuantas pero nos iremos encontrando con otras y en otros lugares”, zanja.
En lo que es tajante es en la defensa a ultranza que hace de Yolanda Díaz y pide calma a los que consideran que la vicepresidenta y ministra de Trabajo debería formalizar ya su candidatura a las próximas elecciones generales: “Millones de personas pensamos que Yolanda Díaz es el tipo de liderazgo que necesita España y precisamente por eso el resto debemos cuidarla y no presionarla”.
¿El acto de este sábado hay que interpretarlo como el inicio de otra refundación de la izquierda?
El acto de Valencia es muy ilusionante y espero que haya muchos más. Es un acto necesario y de sentido común. Somos mujeres, del sector progresista en un sentido amplio, que compartimos objetivos y propuestas, y que nos damos un espacio de diálogo. No es la presentación de una plataforma ni es un acto electoral. No es un mitin, es un diálogo sincero. Entiendo la expectación que ha despertado y me parece un buen síntoma que ilusione un espacio de diálogo porque la política española ha estado muy contaminada por el electoralismo, el corto plazo, las siglas o la crispación. El acto de Valencia es todo lo contrario.
¿Le gusta más Yolanda Díaz que Pablo Iglesias?
Son dos liderazgos diferentes para dos momentos diferentes. Pablo Iglesias hizo algo muy difícil e histórico como fue acabar con el bipartidismo. No lo hizo solo, porque fuimos mucha gente, pero él tuvo la fuerza de estar en primera línea y generó un espacio político plural que ha conseguido llegar al primer gobierno de coalición progresista de este país. Para eso hacía falta mucha fuerza, convicción e inteligencia, y todas ellas son cualidades que Iglesias tiene. Una vez que ese espacio ha entrado en el Gobierno debe consolidarse con capacidad de gestión y ahí creo que el liderazgo de Yolanda Díaz es el mejor para el momento actual. Es el mejor para una buena gestión, con resultados concretos y para impulsar el diálogo y empatía que necesita este país.
¿Las mujeres lideran de forma distinta a los hombres?
No se pueden hacer descripciones absolutas pero sí creo que hay distintas formas de liderazgo y que las mujeres, que históricamente sufrimos el patriarcado, habitualmente tenemos otra manera de hacer las cosas, con más empatía, diálogo. Eso no significa que todas las mujeres seamos así ni mucho menos. Hay mujeres de todo tipo, como afortunadamente cada vez hay más hombres feministas.
¿Por qué cree que Yolanda Díaz aún no ha confirmado que vaya a ser candidata a las generales?
Yolanda Díaz es una mujer muy responsable y trabajadora, que lo está haciendo muy bien. Tengo una relación estrecha con ella y sé lo poco que duerme y que trabaja todos los días de la semana. Es muy consciente de su responsabilidad porque además de ser ministra de Trabajo en un momento crítico, saliendo de la crisis, ha asumido la vicepresidencia. Aunque pueda haber muchas expectativas sobre si puede ser candidata en un futuro, hace bien de centrarse en su trabajo. Millones de personas pensamos que Yolanda Díaz es el tipo de liderazgo que necesita España y precisamente por eso el resto debemos cuidarla y no presionarla. En este espacio debemos también aprender de los errores del pasado, se ha perdido gente por el camino, nos ha afectado un contexto de polarización, con muchas citas electorales que nos han tensionado y ahora es momento de respirar. El acto de Valencia tiene que ver también con eso aunque haya que hacer muchos más actos.
Que en ese acto no intervenga nadie de Podemos se ha interpretado como un mensaje a esta formación.
Podemos es un espacio imprescindible en el ámbito progresista, tiene que estar ahí y tiene un papel. Recientemente he estado en actos con Ione Belarra y con Irene Montero. No todo el mundo tiene que estar siempre en todas partes y en Valencia nos han invitado a unas cuantas pero nos iremos encontrando con otras y en otros lugares.
Hablaba de la gente que se ha quedado por el camino. ¿Le gustaría recuperar el partido de Íñigo Errejón para el proyecto que presenten en las próximas generales?
No se trata de nombres o siglas. Una de las cosas que tenemos que recuperar y reforzar del espíritu del espacio del cambio es poner los objetivos por delante de las siglas. Se trata de sumar al máximo de gente tanto si está organizada en un partido como si no. Eso es lo que ha inspirado el espíritu de los comuns en Barcelona y Catalunya. Que en estos años se hayan roto lazos no es positivo y en la medida de lo posible hay que crear condiciones para retejer alianzas lo más amplias posibles. Si se anteponen objetivos a siglas no sobra nadie.
¿Que Mónica García sí esté en el acto implica una aproximación al 'errejonismo'?
Es que eso ya existe. Mónica García es una muy buena política, con la que coincido en muchas cosas. Insisto en que el acto de Valencia no es electoral.
¿No plantearlo ahora como una plataforma significa que se descarta también de cara a las elecciones?
Cuando lleguen las elecciones también habrá que hablar en términos electorales. Pero no queramos precipitar algo. Cuidar el proceso significa situar los contenidos en el centro y sumar al máximo de gente.
Hay que crear condiciones para retejer alianzas lo más amplias posibles y si se anteponen objetivos a siglas no sobra nadie
¿Cómo explica que un partido como Unidas Podemos y aquí los comuns, que han hecho bandera de la regeneración, voten a favor de que Enrique Arnaldo sea magistrado del Constitucional?
Me parece terrible tener que votar a este señor. Es evidente que no es un buen perfil para el cargo que tiene que ocupar y tanto diputados de Unidas Podemos como socialistas se han expresado en este sentido. Me remito a las palabras de Odón Elorza y efectivamente gobernar tiene contradicciones porque tienes que hacer acuerdos en cosas en las que clarísimamente no estás de acuerdo. Si dependiera solo de mi voto este señor no ocuparía el cargo, pero hay cuestiones de Estado que requieren acuerdos de grandes partidos y son unas negociaciones que llevan ellos y en las que no he participado.
Si nos atenemos a las últimas encuestas publicadas, el PP podría gobernar con la extrema derecha. ¿Cree que es un riesgo real?
Todavía queda tiempo para las elecciones y el Gobierno de coalición tiene que centrarse sobre todo en hacer su trabajo. Es lo que está haciendo con el impulso de políticas útiles, con unos presupuestos expansivos, un refuerzo de los servicios públicos y el aprovechamiento de los fondos europeos. Con liderazgos como el de Yolanda Díaz es por lo que apostamos, por hacer una política útil que atienda a las necesidades de la gente.
Como parte del Gobierno de coalición, ¿los comuns qué decisiones echan en falta?
En poco tiempo han asumido muchos de los compromisos. Siempre se puede pedir más y yo como alcaldesa lo hago. Por ejemplo, una tarea pendiente desde la transición es la de la financiación de los ayuntamientos y eso lo compartimos alcaldes de todos los partidos. Somos la administración más próxima y se nos pide todo: movilidad, seguridad, vivienda, sanidad, educación, servicios sociales... Todo. Pero somos los que menos financiación y competencias tenemos.
Tras la aprobación de la Ley de Vivienda, algunas voces como el Sindicato de Inquilinos o algunos expertos han alertado de que no servirá para bajar los precios del alquiler. Sin embargo, usted la celebró. ¿Cree que servirá para reducir precios?
Con el inicio del trámite parlamentario de esta ley ya hemos conseguido lo más importante: asumir que este país está a la cola de Europa en materia de vivienda. Claro que celebro que por fin tengamos esta ley que plantee la regulación de los alquileres, una medida que planteamos nosotros desde que llegamos al Ayuntamiento. ¿Que hay riesgos? Soy la primera que lo dice y entiendo que los movimientos sociales los señalen. Por mi experiencia dentro y fuera de las instituciones, doy por hecho que en el trámite parlamentario habrá presiones de los lobbies para rebajarla, especialmente al PSOE –que es sensible a ellas–, así que habrá que estar vigilantes. Hay que recordar que ya plantea una congelación de los precios, todo un hito en un país donde se decía que los precios no se pueden tocar jamás. Pero también tiene que garantizar financiación suficiente para hacer vivienda pública. En Barcelona hemos estado muy solos en esto y lo hemos hecho a pulmón.
Tras seis años en el Ayuntamiento, las listas de espera en la mesa de emergencia, para acceder a vivienda social, nunca han bajado de 500 familias. ¿Qué no se ha hecho bien? Entiendo que me dirá que la competencia es compartida…
La principal competencia en vivienda es de la Generalitat, esto es algo que la gente no sabe. Escuchamos que piden competencias nuevas pero no cumplen con las que tienen. Solo este año estamos construyendo más de 2.300 pisos municipales de alquiler social y la Generalitat, 36. Esto es una vergüenza y un escándalo. Es uno de los primeros acuerdos que tuve con el president Pere Aragonès, a quien le tendí la mano para empezar una nueva etapa. Le dije que estamos hartos de estar solos en la política de vivienda, que necesitamos que se pongan las pilas.
¿Entonces no cree que deban hacer autocrítica por no haber podido bajar las listas de espera?
Es que nosotros en emergencia social hemos ampliado los criterios para atender a más gente, hemos aumentado muchísimo las viviendas… Pero la mesa depende de un consorcio de vivienda donde la Generalitat tiene el 60% de la responsabilidad y el Ayuntamiento, el 40%. Y nosotros asumimos el 80%. Hacemos más de lo que nos toca: la Generalitat debe más de 1.000 pisos en la mesa de emergencia.
Estuvo la semana pasada el Glasgow, en la COP26. Díganos una política de acción climática que, en reuniones con otros alcaldes, haya sorprendido y haya pensado: 'Esto me hubiese gustado haberlo aplicado en Barcelona'.
Es que no hay que ir a Glasgow para tener estos intercambios. Las ciudades, con menos competencias o recursos que los gobiernos, estamos acostumbradas a cooperar, nos tenemos que buscar la vida. Hemos compartido ideas en la gestión del turismo, con la reserva del 30% de vivienda protegida en contacto directo con ciudades como París o Londres –que ya tenían esta regulación–, y ahora en la lucha contra el cambio climático. Con París tenemos contacto habitual y ellos apuestan por 'la ciudad de los 15 minutos', bastante parecido a nuestras supermanzanas. Durante la pandemia, el urbanismo táctico fue algo que usamos todas las grandes ciudades porque era una forma rápida de ganar espacio.
Las supermanzanas son la política barcelonesa que más triunfa internacionalmente. Pero en su aplicación en el Eixample, el principal compromiso de este mandato, ha optado por empezar por cuatro ejes verdes de la veintena prevista en diez años. Las entidades ecologistas y vecinales le exigen más ambición. ¿Por qué no ha ido más allá?
Unos quisieran frenar el cambio y otros quieren que vayamos más rápido, como los ecologistas. Avanzamos de forma que podamos hacerlo bien. Y no es verdad que la supermanzana sean solo cuatro ejes verdes del Eixample. Se ha hecho en Sant Antoni, en Poblenou… La pacificación sin precedentes de la Meridiana, la nueva plaza de Glòries con su enorme parque verde y su promoción de vivienda social, todo esto es supermanzana. Hemos reformulado el 22@ para que incorpore más verde. Se hacen procesos de pacificación en todos los barrios. No son cuatro vías verdes del Eixample, es un nuevo modelo de ciudad que no tiene marcha atrás porque es verdad: hay una creciente demanda ciudadana que nos pide más y más rápido y tenemos que conseguir acelerar este cambio en la medida de lo posible.
La otra gran política para avanzar en este sentido es la Zona de Bajas Emisiones, que pronto cumple dos años de vigencia. ¿No cree que es momento de endurecer las restricciones?
En movilidad hay que tener una mirada global. En Barcelona estamos haciendo los deberes y pacificando, porque había una excesiva presencia del coche en el espacio público. Hemos aumentado el presupuesto del transporte público y duplicado los carriles bici. La Zona de Bajas Emisiones la acordamos con la Generalitat y con el Área Metropolitana de Barcelona y ahora hay una ley estatal en trámite que dice que estas se tienen que hacer en todas las grandes ciudades. Dicho esto, lo que echo de menos en Catalunya es un plan de movilidad general. Para avanzar necesitamos que las otras administraciones hagan sus deberes.
¿Se refiere a instaurar un peaje de acceso a la ciudad para los coches?
Antes del peaje, que es una medida a estudiar y se ha hecho en otras ciudades, hemos hecho la Zona de Bajas Emisiones como medida de choque. Pero ahora necesitamos reforzar la alternativa. Echo de menos un plan de la Generalitat para reforzar el transporte público a nivel metropolitano porque la mayoría de desplazamientos que se hacen en la ciudad en coche son de gente que viene de fuera a trabajar. Necesitamos que el Estado corrija la desinversión histórica acumulada en Rodalies, que es una vergüenza. No puede ser que se quiten los peajes y no haya un plan. Lo que me preocupa es que el último gran acuerdo del Estado con el Govern fuesen 1.600 millones para ampliar el Aeropuerto del Prat mientras el Rodalies está desatendido.
¿Cree que hay que tocar las tarifas del transporte público de cara al año que viene?
Hay que congelarlas. No sería aceptable que subieran. Estado y Generalitat deben aumentar la financiación del transporte público para hacerlo sostenible y no aumentar tarifas.
En plena emergencia climática, un estudio desveló en 2019 que la contaminación por cruceros en el Puerto de Barcelona era la más elevada de Europa. ¿Qué hay hacer con esto?
Trabajar para reducir las emisiones del puerto. No solo con planes de movilidad. Cuando llegamos planteamos la electrificación del puerto y la primera respuesta fue que no; ahora es que sí. El último informe de la ONU de IPCC dice que tenemos esta década para evitar los efectos más devastadores del cambio climático. En el puerto hay que reducir drásticamente las emisiones, no hay alternativa.
Ahora mismo están negociando los presupuestos de 2022. ¿Con quién los van a aprobar?
No desvelo ningún secreto si digo que el socio prioritario ha sido y es ERC. Es con quien hemos hecho grandes acuerdos de ciudad, desde la conexión del tranvía a políticas de vivienda o los dos últimos presupuestos. Con la llegada de los fondos europeos y el margen excepcional que ha dejado el Estado para finanzas locales tenemos un margen 200 millones que están por asignar de forma concreta y podemos codecidir cómo invertirlos. Entiendo que en ERC sean exigentes, pero se dan las condiciones para un acuerdo como ha sucedido en las últimas cuentas.
El alcalde José Luis Martínez-Almeida afirmó que Madrid ha adelantado a Barcelona como referente de ciudad moderna y atractiva económica y culturalmente. ¿Qué le responde?
Primero hay que distinguir entre ciudad y gobernantes. Con Madrid tengo una excelente relación y nadie conseguirá lo contrario por mucho que quieran confrontarnos. Quien busque hacerlo es un mal político. Lo que me distingue de Almeida o Ayuso es el modelo de ciudad. En eso sí somos distintos y podemos compararnos. Que Almeida diga que es moderno cuando instala su proyecto en el negacionismo climático no es muy coherente. Nosotros somos la capital española con mayor inversión social y ellos presumen de quitar impuestos a los ricos. Tras la pandemia, Madrid ha desatendido los servicios públicos y ha abandonado la sanidad pública. Barcelona está por lo contrario.
Que Almeida diga que es moderno cuando instala su proyecto en el negacionismo climático no es muy coherente
El Gobierno se está planteando descentralizar algunas instituciones del Estado, pero a usted no le hemos escuchado reclamar ninguna. ¿Le gustaría alguna para Barcelona?
No tengo ninguna preferencia en concreto. Que el Estado se plantee políticas de descentralización me parece bien, pero debería reconocer primero a las administraciones que estamos a pie de calle con pocos recursos. Si quieren fortalecer la descentralización, lo que tienen que hacer es creer en los ayuntamientos y vernos como cómplices.
Una de sus primeras promesas cuando consiguió la alcaldía fue hacer consultas ciudadanas anuales, un proyecto que quedó aparcado primero por falta de apoyo político y luego por sentencias judiciales. Ahora están reescribiendo el reglamento. ¿Se hará alguna en este mandato?
Nosotros dijimos que impulsaríamos en general la participación, pero hemos sufrido una guerra judicial por parte de grupos de derechas y de Agbar. Nos han bombardeado a querellas por querer hacer una consulta sobre la municipalización del agua hasta paralizar el reglamento, que me parece algo inaudito. Pero desde luego vamos a persistir en el reglamento y a hacer consultas a la ciudadanía aunque a una multinacional no le guste. Y participación ya hemos hecho, por ejemplo con unos presupuestos participativos con 30 millones de euros que ha decidido la ciudadanía.
Pero no puede decir si entrará alguna consulta este mandato.
No renunciamos a las consultas y la haremos cuando tengamos todas las garantías. Sigue siendo nuestra propuesta.
Los delitos se han reducido en Barcelona muy por encima de la media española. ¿Todavía cree que hay que endurecer las penas para los reincidentes de robos y hurtos?
Es cierto que se han reducido mucho y lo celebro. Ahora hay que ver si se consolida o si cuando vuelva el turismo vuelve a atraer estos efectos menos deseables, como los robos. Lo que nos dicen los policías en su día a día es que el grueso de los delitos son robos y que unos pocos centenares de reincidentes acumulan cientos de antecedentes, que les sale a cuenta robar porque entran y salen del juzgado. Hay que ver si con la legislación actual se puede hacer una interpretación diferente o si lo que se tiene que hacer es cambiar una frase del Código Penal.
¿Nos puede aclarar de una vez si volverá a presentarse a las municipales?
Vuelvo a decir que no es el momento de tomar esta decisión. Estoy volcada en hacer de alcaldesa e ilusionada por los resultados que vemos de los últimos seis años: más vivienda pública que nunca, la transformación urbana de la ciudad… Lo que sí le puedo decir es que no estoy pensando en presentarme a otra cosa. Ni a elecciones en Madrid ni en Catalunya.
Hay quien la ve de ministra.
Pues no me lo he planteado en ningún momento. Estoy ilusionada en consolidar el proyecto de ciudad y cuando se acerque la cita electoral ya lo valoraremos con la organización.