José Manuel Lara Bosch ha muerto este sábado, según han comunicado fuentes allegadas a la familia. Era, desde el año 2003, presidente del grupo Planeta, un gran conglomerado de la industria editorial.
Además del ámbito editorial, Lara presidía las sociedades que controlan la mayoría del capital de las cadenas de televisión Antena 3 y La Sexta, y de radio, Onda Cero. También presidía la editora del diario La Razón.
José Manuel Lara Bosch presidió el grupo Planeta a partir del año 2003 tras la muerte de su padre, José Manuel Lara Hernández, que de la nada creó un potentísimo conglomerado formado por varias editoriales.
Influencia económica y política
Pero Lara no fue sólo un empresario, siempre tuvo una presencia activa en la vida ciudadana y económica. Por ello, entre los años 2005 y 2008 presidió el Círculo de Economía, considerado un grupo de opinión y de presión económica y política de primer orden en Cataluña.
El jefe de Planeta había sido condecorado por la Generalitat con la Cruz de Sant Jordi y había recibido también otros galardones tanto en Cataluña como en España.
Lara, economista de formación, diversificó el imperio editorial que heredó de su padre. A través de la sociedad Atresmedia corporación de la que era presidente, gestionaba Antena 3, La Sexta, Nueva, Nexo y la cadena de radio de ámbito estatal, Onda Cero. Era también el accionista de control del diario conservador La Razón. Pero en los negocios Lara fue siempre ecléctico. Así, entre los años 2004 y 2008 fue accionista, con un 40% del capital, del diario Avui donde compartía el control con el Grupo Godó, que tenía otro 40% mientras que el 20% restante estaba en manos del Instituto Catalán de Finanzas, el banco público catalán.
Seguidor del Espanyol
En el mundo deportivo, Lara también siguió las huellas de su padre, ferviente españolista. Si el padre fue un generoso mecenas del club que tenía el estadio en Sarrià, el hijo llegó a ser el máximo accionista hasta que en el año 2009 decidió venderse sus participaciones.
Lara se consideraba a sí mismo un liberal, alguna vez había expresado simpatías por el PP, especialmente cuando gobernaba José María Aznar. Pero eso no evitó que los medios de su propiedad criticaran al partido conservador si su línea editorial así lo indicaba. En el aspecto político fue contrario al proceso soberanista catalán. Tanto, que llegó a anunciar que si Cataluña se declaraba independiente, él retiraría de Barcelona la sede del grupo Planeta para llevársela a un lugar donde la lengua fuera la castellana. Esto no evitó que Planeta, que agrupa a un centenar de editoriales, se convirtiera en accionista mayoritario de Grup 62, un conjunto de editoriales catalanas con sellos como Proa, La Columna y edicions 62 entre otras.