Barcelona consigue los niveles más bajos de contaminación por dióxido de nitrógeno desde que hay registros
El pasado 2023, Barcelona tuvo los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) más bajos desde que hay registros (2018). Este gas es el que resulta del tráfico rodado y diversas actividades industriales y es uno de los principales causantes de la contaminación atmosférica. Con todo, los niveles de polución del aire de la capital catalana se acercan a los de los años 2020 y 2021 (cuando hubo una reducción significativa de la movilidad y actividad económica debido a la pandemia).
Así lo constata el último Informe de Evaluación de la calidad del aire de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), que también apunta que se mantienen estables desde 2013 los niveles de PM10 y PM2,5 (partículas contaminantes y perjudiciales para la salud provenientes de la quema y combustión de materiales).
Estos datos han sido conseguidos gracias a diversas estaciones de medida que hay repartidas por la ciudad y que, además de analizar los niveles de contaminación, también estiman el grado de exposición de la población a partículas nocivas para la salud. En este sentido, el informe apunta que la contaminación a la que ha estado expuesta la ciudadanía en el periodo 2020-2023 es un 32% inferior a la del periodo 2018-20219.
Ahora bien, aunque las cifras mejoren, la ASPB alerta de que la contaminación sigue siendo la responsable del 8% de las muertes (el 13% en el periodo anterior), del 36% de casos de asma infantil (51% anteriormente) y del 12% de casos de cáncer de pulmón (antes, 17%). Los investigadores calculan que, si Barcelona cumpliera con los límites de la OMS, la reducción en el impacto sería un 38% mayor.
Y es que, si bien Barcelona está por debajo de los límites legales establecidos por la Unión Europea, sigue por encima de los establecidos por la OMS. Este hecho es relevante, ya que este año el Parlamento Europeo ha publicado el borrador para una nueva directiva que reduce significativamente los límites legales para los principales contaminantes atmosféricos y los equipara a los de la OMS.
La contaminación del aire es el principal riesgo ambiental para la salud pública y la fuente principal es el tráfico rodado. Por eso, la ASPB recomienda seguir reduciendo el uso del coche, implementar el transporte público y ampliar las horas de teletrabajo.
Con todo, desde el Ayuntamiento aseguran que la Zona de Bajas Emisiones ha sido “clave” para la reducción del tráfico en la ciudad y la consecuente bajada de la contaminación. También lo atribuyen a la pacificación de diversas calles de la ciudad o el impulso de la bicicleta.
2