Barcelona restringe la apertura de bares en el Eixample para evitar su concentración en las calles peatonales

La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado inicialmente un plan especial que regula y restringe la implantación de nuevos restaurantes, comercios alimenticios o actividades turísticas, entre otros, en todo el distrito del Eixample. 

Según el gobierno municipal, el objetivo principal del nuevo plan de usos es “preservar el comercio de proximidad y evitar la gentrificación” en un distrito donde se prevé que se peatonalicen cuatro calles este mandato y más de veinte en los próximos diez años. Es lo que la alcaldesa Ada Colau ha bautizado como Supermanzana Barcelona.

Con la nueva regulación de la actividad comercial se quiere seguir el modelo de la calle Girona y evitar que haya saturación y problemas de convivencia por exceso de locales de hostelería, por ejemplo. El plan nuevo plan del Eixample introduce requisitos de densidad y distancia entre locales y superficies mínimas y máximas para restaurantes, actividades musicales, comercios alimenticios y actividades vinculadas al turismo.

Una vez aprobado inicialmente el documento, el plan se abre ahora a un período de exposición pública de dos meses y se iniciará un proceso participativo para recoger las aportaciones del vecindario, entidades y grupos políticos de cara a la aprobación definitiva del documento, que podría introducir cambios. 

En concreto, se introducen requisitos para actividades de pública concurrencia –restauración, actividades musicales, gimnasios, juegos, atracciones y actividades audiovisuales–, establecimientos alimentarios y locales vinculados a la actividad turística, como el alquiler de bicicletas, motos o patinetes o la comercialización de servicios turísticos.  

Para ordenar la implantación de nuevos establecimientos, se ponen condiciones en cuanto al número máximo de locales de un mismo tipo en un radio determinado, a la distancia entre ellos y las superficies mínimas y máximas y el ancho de las calles. 

Concretamente, se permitirá un máximo de cinco locales en un radio de 50 metros y un máximo de 18 locales en un radio de 100 metros para las actividades de restauración, actividades musicales, autoservicios, comercio alimenticio con degustación y tiendas de conveniencia. Además, las actividades musicales y audiovisuales sólo podrán implantarse en calles de más de 25 metros de ancho. Por otra parte, se fijan distintas distancias entre los locales según la tipología. No podrá haber nuevos bares en menos de 25 metros el uno del otro.

Por último, el plan fija que no pueden implantarse actividades relacionadas con la exhibición de material pornográfico y sexual y la prostitución ni establecimientos con máquinas expendedoras de alimentos ni tiendas anexas a gasolineras. 

Actualmente, en el Eixample hay 14.416 locales, y un 28% están destinados a la restauración, autoservicios, comercios alimenticios, tiendas de conveniencia y actividades musicales. Sólo las actividades de restauración y degustación suman hasta 3.279 establecimientos, que suponen el 20% de todos los del Eixample y casi el 30% de los locales dedicados a la restauración del conjunto de la ciudad. 

Para poder extender el ejemplo de Girona al conjunto del distrito, en marzo del pasado año el consistorio hizo una suspensión de licencias de los ejes de Consell de cien, Rocafort y Comte Borrell, que posteriormente se amplió a Enric Granados. Básicamente se quiere evitar un monocultivo de actividades principalmente vinculadas a la restauración y al turismo, hacer compatible la actividad económica con la vivienda y potenciar la implantación de comercios como charcuterías, librerías, pescaderías, etc.