El ministro de Turismo, Álvaro Nadal, ha reconocido “un descenso tremendo” de reservas internacionales de avión hacia Barcelona el fin de semana inmediatamente posterior a los atentados de Barcelona y Cambrils. Según el titular ministerial, después de una reducción drástica, las reservas de vuelos internacionales han recuperado el crecimiento por encima del 7%. Este crecimiento se debe, según ha dicho el ministro, a que la “marca Barcelona” cuenta con una imagen y solidez “a prueba de bomba”.
Nadal ha recordado que, antes de los atentados, el crecimiento interanual de reservas (para el período situado entre el 1 de septiembre y el 30 de noviembre) de vuelos internacionales en la capital catalana era del 10%. Tras los atentados, el ministro ha informado que se bajó el crecimiento cuatro puntos, situándose en el 6%. Según ha confirmado, con datos de un muestreo de Turespaña, en los últimos días se ha producido la recuperación del crecimiento a un ritmo del 7,4%.
Pero, este “descenso tremendo” de reservas de vuelos internacionales que reconoce el ministro, ¿ha afectado a las contrataciones de alojamiento en los hoteles? ¿Y los precios? Según la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no ha habido ninguna influencia en la actividad del sector. Tras anunciar la creación de un grupo de seguimiento para determinar los efectos sobre el sector, Colau avanzó que tras los atentados las anulaciones de reservas en la ciudad han sido “menores”.
El teniente de alcalde de Barcelona Jaume Collboni (PSC) se mostró más explícito y aseguró este martes que en Barcelona se habían producido “cero cancelaciones” y que el nivel de ocupación hotelera en Barcelona estaba alrededor del 85%. Tanto Collboni como el ministro Nadal aseguran, eso sí, desconocer “que se hayan bajado precios para evitar cancelaciones”.
La semana pasada el consejero delegado de Ryanair, Michael O'Leary, aseguró que el tráfico de pasajeros hacia Barcelona no se había visto afectado por los atentados porque la aerolínea ha bajado “automáticamente” sus precios. Ryanair ha mantenido el tráfico de reservas con una reducción de entre un 5% y un 7% de los precios.
Por su lado, el presidente de la Asociación Catalana d'Agencias de Viajes Especializadas (ACAVe), Martí Serrate, recuerda que “los precios suben y bajan según la ocupación” y que en este caso, por ejemplo “una compañía aérea baja el precio si ve que no llena, igual que un hotelero que plantea una oferta”. Serrate recuerda como las previsiones de excursiones, congresos, cruceros se encuentra “dentro de la normalidad”.
Según un informe de la consultora especializada en el negocio turístico BRIC consulting, que entre el 17 al 23 de agosto entrevistó a los responsables de 32 hoteles de la ciudad, asegura que “todos los directivos y propietarios hoteleros consultados declararon haber experimentado cancelaciones de reservas en sus establecimientos”, que se situaron alrededor del 2% y el 3%. Coinciden en que esta reducción de las reservas es pequeño, y que pudo resolverse mediante la reducción de las tarifas.
Según el informe, los descuentos oscilaron entre el 8 y el 15%, pero que en determinadas cadenas de hoteles llegaron al 35%. En el caso de los hoteles más próximos al Barrio Gótico, barrio que colinda con la Rambla, las ofertas llegaban al 50%. Con esta estrategia del sector hotelero de la ciudad, dice la consultora, ayudaron a mantener los índices de ocupación del mes de agosto cercanos al 90%. Pero este informe avisa que con estas reducciones “colaborarán en que el precio medio y la rentabilidad se vean algo reducidas a final de ejercicio”.
Por parte de Airbnb, una de las principales operadores de alquiler de alojamientos, se asegura que “el impacto ha sido mínimo, prácticamente imperceptible, y la tónica general es de mantenimiento de las reservas programadas”.
El Ayuntamiento ha anunciado que se harán informes del estado del negocio turístico con una perspectiva de 30, 60 y 90 días. Martí Serrate, de la Asociación Catalana d'Agencias de Viajes Especializadas (ACAVe) y miembro de esta comisión de seguimiento, cuenta como se acordó entre el sector “unificar criterios para que no salieran mensajes contradictorios” sobre la afectación de los atentados en el turismo de la ciudad. “Si damos una imagen de poca cohesión esto afectaría la marca Barcelona”, asegura. Un mensaje al unísono de un sector que necesita mostrarse más fuerte que nunca.