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Los barceloneses que piden limitar el turismo superan por primera vez a los que quieren más

Los vecinos de Barcelona son conscientes de que el turismo es la gallina de los huevos de oro de la ciudad, pero empiezan a decir basta. A las protestas contra la masificación que se suceden desde hace meses en los barrios más saturados de visitantes se le ha sumado ahora la estadística: los barceloneses que piden limitar el turismo han superado por primera vez a los que quieren más.

Así lo revela el Informe de Actividad Turística 2016 que ha hecho público este sábado el Ayuntamiento de Barcelona. Por primera vez el porcentaje de vecinos que creen que se ha llegado al límite para dar servicio al turista (48,9%) supera al de residentes que creen que Barcelona debe atraer más turismo (47,5%). El resultado es ajustado a nivel de ciudad, pero el desglose por barrios denota un hartazgo vecinal en las zonas más turísticas.

Por ejemplo, en los barrios del centro, como la Barceloneta, el Gòtic o Sant Pere, pero también en la Sagrada Familia, Sant Antoni, Gràcia y el Poblenou, los vecinos que han dicho basta superan el 60%, mientras que los partidarios de atraer a más visitantes rondan el 30%. Por contra, en los distritos más alejados de los centros turísticos, como Les Corts o Nou Barris, entre el 50 y el 60% de los vecinos quiere que vengan más turistas a Barcelona.

También por primera vez desciende del 90% el porcentaje de barceloneses que cree que el turismo es beneficioso para la ciudad, que aún así siguen representando una amplia mayoría del 86,7%, por un 11% que cree no lo es. Que Barcelona está saturada no solo lo notan los vecinos: hasta un 40,3% de los turistas encuestados creen que lo más negativo de la capital catalana es que hay demasiada gente para hacer visitas.

La comparación con años anteriores también permite observar el hartazgo de algunos barceloneses con el turismo. Y es que 2012, la misma encuesta indicaba que el 71,8% creían que había que atraer más turistas, porcentaje que ahora ha descendido hasta el 47,5%. Además, hace cinco años los que creían que se había llegado al límite solo eran 25%, y ahora ya son el 48,9%.

Los efectos del turismo –masificación, subida de alquileres, proliferación de viviendas turísticas, problemas de convivencia– también se valoran de forma distinta en función de los barrios. Así, aunque un 66,2% de los barceloneses opina que el turismo no influye en los precios en los barrios con mayor actividad turística, más del 80% de los vecinos del Gòtic o la Barceloneta considera, por el contrario, que sí los encarece. Destaca el caso de Ciutat Vella, donde el 65% de los vecinos creen, además, que hay demasiados hoteles, albergues y viviendas turísticas en sus barrios.

Todo ello mientras la ciudad sigue batiendo récords de visitantes: según los datos del informe, los hoteles de Barcelona acogieron el año pasado 7,49 millones de turistas, un 5,5% más que en 2015. Los viajeros realizaron un gasto medio en alojamiento de 60 euros y en 352,2 euros fuera de los hoteles, la mayoría en comida y bebida. Las pernoctaciones aumentaron el 5,5%, hasta los 19,5 millones y el ingreso medio por habitación subió un 11,6%, hasta los 113,69 euros.

El concejal de Empresa y Turismo, Agustí Colom, ha valorado que de estos datos se desprende que “una mayoría de vecinos y vecinas que valora el turismo también muestra la necesidad de que disminuya el impacto que genera en la ciudad”. Entre las críticas de los barceloneses a la gestión del Ayuntamiento figuran la mala gestión de los apartamentos turísticos (15,7%), la falta de efectivos (14,2%) o una permisividad excesiva con los turistas (12,9%).