La cárcel de Lleida decide que los presos condenados por homicidio no trabajen más en cocinas
La prisión de Ponent (Lleida) ha decidido que los internos que cumplen condena por delitos de homicidio o asesinato dejen de trabajar en la cocina. La medida se ha tomado como reacción al crimen de hace dos semanas de la jefa de cocina de la cárcel de Mas d'Enric (Tarragona) a manos de un interno que después se suicidó.
Según ha adelantado TV3 y han confirmado fuentes del departamento de Justicia, la decisión de la cárcel de Lleida se ha tomado en el seno de la dirección de la cárcel, mientras la conselleria sigue revisando el protocolo, vigente desde 2002, de trabajo en la cárcel para decidir si los presos condenados por asesinato pueden seguir trabajando en las cocinas.
Fuentes de Justicia han remarcado que en el contexto actual la prioridad es reforzar la seguridad y la percepción de seguridad, y no han visto inconvenientes en estos cambios. Ahora los internos seguirán trabajando en otras instalaciones de la cárcel como la lavandería, han apuntado desde la conselleria.
Trabajadores de Ponent han pedido ir más y que se externalice el servicio de cocinas, así como el de la cafetería, donde hay internos con cuchillos y productos de limpieza que pueden verter a la comida.
El Ejecutivo catalán, a falta de cerrarse la investigación de los Mossos d'Esquadra, concluyó que, si bien el crimen de Tarragona era imprevisible dados los 14 controles que no detectaron un riesgo alto en el interno, sí se podían revisar protocolos. El objetivo, minimizar el riesgo, que nunca puede desaparecer en una prisión.
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