La previsible llegada a España de personas que huyan del régimen talibán ha hecho reaccionar a diferentes administraciones locales y autonómicas, que han reclamado al Gobierno que abra sus fronteras. Ese ha sido el caso de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona, dos instituciones que han mostrado su disposción a ofrecer plazas de acogida para refugiados afganos.
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, lo hizo este lunes, en una conversación mantenida con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el que trasladó que Catalunya estaba dispuesta a acoger “tantos refugiados como haga falta”. “Debemos prepararnos porque habrá una ola de exiliados y una necesidad de ofrecer asilo y refugio a cientos de miles de personas”, ha argumentado Aragonès en una entrevista a la agencia ACN.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau hizo una oferta concreta de 50 plazas iniciales para mujeres y niñas afganas en una mensaje en su Instagram, en el que reclamó al Gobierno “medidas humanitarias de emergencia”. “Son los estados los que deben establecer corredores seguros para que puedan llegar cuanto antes”, aseguró Colau.
Aragonès y Colau no han sido los únicos dirigentes catalanes que se han referido a la situación en el país afgano tras la toma del poder de la milicia talibán. La presidenta del Parlament, Laura Borràs, difundió este lunes una declaración en la que expresaba la solidaridad de los catalanes con el pueblo afgano. La jefa del Legislativo autonómico instaba además a defender a los ciudadanos afganos y a no olvidar a las mujeres de este país dado que su “libertad, vida y derechos fundamentales como la educación están ahora mismo en riesgo”.