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Cuenta atrás para crear una moneda catalana complementaria al Euro

Susana Martín

Economista —

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Hoy mismo se está debatiendo en la sede de PIMEC, la asociación de pequeñas y medianas empresas de Catalunya, la posibilidad de crear una moneda complementaria en Catalunya. Se trata del proyecto Eurocat. Esto quizá demuestra que hay vida más allá del euro. El acto ha contado con expertos como Bernard Lietaer, uno de los padres del Euro, Ernest Maragall, economista y vicepresidente de la Fundació Catalunya Europa, que patrocina el acto, y Jordi Angusto, presidente de la comisión de innovación del Colegio de Economistas, entre otros.

Al margen de las opciones soberanistas de cada uno, salir o no de la moneda única europea es un debate muy habitual en la actualidad. Los favorables a una y otra postura defienden sus posiciones con argumentos válidos. Es verdad que salir del euro sería muy inconveniente para nuestra integración económica en Europa y un elemento de inseguridad jurídica. Es verdad también que adaptar zonas económicas de distinto nivel competitivo a una moneda única fue desde el principio un despropósito, sobre todo si después íbamos a utilizar el crédito barato del euro en financiar y fomentar sectores que reducen nuestra competitividad todavía más, como la construcción, en lugar de haber usado ese crédito para invertir en sectores que optimizasen nuestra competitividad, mejorando nuestra educación y nuestra producción en I+D.

La cuestión es que al margen de esta decisión, que es muy difícil, pues se trata de elegir entre lo malo y lo peor, existen otras posibilidades a las que hay que prestar más atención.

Una de estas posibilidades es la de crear una moneda complementaria (o varias). En este sentido, la falta de información es brutal. La opinión pública desconoce que en Suiza, por ejemplo, existe una moneda complementaria llamada WIR desde hace 80 años, que ha ayudado a las pymes suizas a pasar por las crisis financieras con el mínimo daño posible, empezando en el año 34, en medio de la gran depresión, con 17 empresas, y llegando hasta nuestros días con 60.000 empresas y más de 3.000 millones de wir (equivalentes al franco suizo) en facturación anual.

Pero este no es un caso aislado. Hace tan solo dos años, un grupo de economistas encabezados por Thomas Mayer, execonomista jefe del Deutsche Bank, emitió una declaración en la sede de la asociación de pymes alemana, la BMWV, animando a los países en dificultades de la zona euro a crear monedas paralelas.

En Catalunya hoy existen distintos sistemas de monedas complementarias y alternativas. Se calcula que hay unos 4.000 sistemas de este tipo en todo el mundo. Los argumentos a favor son: la posibilidad de crear liquidez para desarrollar la economía real no especulativa, así como fomentar una economía de proximidad con un componente de sostenibilidad mucho mayor que en la economía del euro. No menos importante es la primicia de introducir algún tipo de control social del crédito, tan necesario después de sufrir los efectos de financiar alocadamente una burbuja especulativa en el sector inmobiliario.

El proyecto Eurocat ha anunciado un periodo de un mes, para que todas las empresas y particulares que así lo deseen, puedan inscribirse y formar así parte del grupo de participantes fundadores de la moneda. El 4 de mayo empezará otro proceso de un mes en el que dichos fundadores tomarán, de forman participativa, las decisiones más críticas sobre el funcionamiento de la moneda, para terminar su configuración final y salir a la luz en el mes de Junio de 2014.

Quizá no se trata de quedarse o salir del Euro; el Euro siempre será útil para las transacciones con el exterior. Quizá se trata más bien de modificar su funcionamiento con algo más efectivo que la Unión Bancaria y acometiendo la necesaria reforma institucional, desde la propia sociedad civil, que permita la creación de fuentes de financiación alternativas, fomentando un cambio no rupturista.

Más información en: www.euro-cat.cat

Susana Martín Belmonte es economista y autora del libro “Nada está perdido. Un sistema monetario y financiero alternativo y sano.” y es co-fundadora del proyecto Eurocat y del Instituto de la Moneda Social.

Hoy mismo se está debatiendo en la sede de PIMEC, la asociación de pequeñas y medianas empresas de Catalunya, la posibilidad de crear una moneda complementaria en Catalunya. Se trata del proyecto Eurocat. Esto quizá demuestra que hay vida más allá del euro. El acto ha contado con expertos como Bernard Lietaer, uno de los padres del Euro, Ernest Maragall, economista y vicepresidente de la Fundació Catalunya Europa, que patrocina el acto, y Jordi Angusto, presidente de la comisión de innovación del Colegio de Economistas, entre otros.

Al margen de las opciones soberanistas de cada uno, salir o no de la moneda única europea es un debate muy habitual en la actualidad. Los favorables a una y otra postura defienden sus posiciones con argumentos válidos. Es verdad que salir del euro sería muy inconveniente para nuestra integración económica en Europa y un elemento de inseguridad jurídica. Es verdad también que adaptar zonas económicas de distinto nivel competitivo a una moneda única fue desde el principio un despropósito, sobre todo si después íbamos a utilizar el crédito barato del euro en financiar y fomentar sectores que reducen nuestra competitividad todavía más, como la construcción, en lugar de haber usado ese crédito para invertir en sectores que optimizasen nuestra competitividad, mejorando nuestra educación y nuestra producción en I+D.