La Generalitat de Catalunya tiene previsto poner fin al confinamiento comarcal a partir del lunes. Tras una Semana Santa en la que se permitió la movilidad por todo el territorio -aunque solamente en burbujas de convivencia-, las autoridades sanitarias decretaron de nuevo el 9 de abril estos cierres perimetrales preocupadas por un posible aumento de los contagios. La voluntad del Govern ahora, a la espera de que el Procicat -el comité que gestiona la pandemia- le de el visto bueno definitivo el jueves, es levantar esta medida al constatar que no se han disparado los positivos en las últimas semanas, pese a que las UCI siguen cerca de los 500 ingresados.
Este mismo martes al menos dos cargos del Govern se han referido a la voluntad de acabar con el confinamiento comarcal en la comunidad, aunque siempre supeditando la decisión a que la evolución de la epidemia sea favorable. Una de ellas ha sido la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, que ha avanzado que entre el miércoles y el jueves se acabará de cerrar la propuesta. “Si los datos se consolidan con esta estabilización y pequeña tendencia a la baja, esto podría conllevar medidas de reapertura de la movilidad”, ha asegurado en rueda de prensa.
Quien se ha referido también al probable fin del confinamiento comarcal a partir del lunes ha sido el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon. “Estamos analizando la posibilidad de ampliar el confinamiento comarcal. La voluntad está ahí, pero todavía no tenemos ningún resultado”, apuntaba en una entrevista en Rac1. Tampoco aclaró si esta modificación supondría nuevos cierres por veguerías –tal como se especuló la semana pasada– o por regiones sanitarias o si directamente dejaría solo el confinamiento perimetral de la comunidad.
En estos momentos, la situación de la pandemia en Catalunya es de relativa estabilidad. El temor de las autoridades sanitarias de que se disparasen los contagios después de Semana Santa no se ha acabado materializando. Los diagnósticos de COVID-19 se encuentran en una suerte de altiplano y desde hace un mes se reportan entre 9.000 y 11.000 casos a la semana. En cuanto a las UCI, el escenario que más preocupa a la Generalitat, las cifras siguen oscilando alrededor de los 500 ingresados desde hace días. Esto significa que no ha habido un aumento sustancial de los pacientes críticos, pero el volumen de este tipo de hospitalizados se sigue considerando muy elevado.