“Hay mucha gente que no es de familia musulmana, pero viene a manifestarse igual”. Amel hace dos años que llegó a Barcelona desde Argelia y, aunque no es estudiante, se ha unido a la manifestación que los universitarios han organizado en la capital catalana, tras pasar una semana acampados en la sede central de la Universitat de Barcelona en protesta contra el “genocidio en Gaza”. Cuando habla de la situación de Palestina, se le llenan los ojos de lágrimas. Le conmueve ver a los jóvenes movilizarse y da “gracias a Dios” por su implicación en la causa.
La manifestación, que ha salido a las 12 horas desde Plaça Universitat, se enmarca en una huelga estudiantil convocada en diversos centros catalanes. Para ello, han escogido la fecha del 15 de mayo, que coincide con la celebración de la Nakba (catástrofe en árabe), que llevó al éxodo masivo a los palestinos y, desde 1948, ha afectado a más de 5 millones de ellos. Este año se celebra su 76 aniversario.
Las acciones han sido convocadas por el Sindicat d'Estudiants, Esquerra Revolucionària, Acampada per Palestina y la coalición Prou Complicitat. Junto a otras organizaciones de la sociedad civil, han desfilado por las calles del centro de Barcelona hasta la delegación del Gobierno para exigir que finalice “la complicidad” con Israel por parte de las instituciones, tanto académicas como legislativas.
La huelga y manifestación, a la que también se han unido estudiantes de secundaria y bachillerato, ha conseguido reunir cerca de un millar de personas a pesar de que el tiempo, con lluvias intermitentes, amenazaba con estropear la movilización. “Lo que está pasando es un genocidio de Israel a Palestina y, aunque no podemos hacer demasiado porque somos estudiantes, por poco que podamos aportar, lo vamos a hacer”, han explicado Amanda y Dunia, estudiantes de bachillerato.
Una semana de acampadas
Como consecuencia al conflicto entre Israel y Palestina, en abril diversas universidades de Estados Unidos empezaron a organizar acampadas para demandar a sus instituciones académicas y gubernamentales la ruptura de relaciones con Israel. Esta iniciativa se extendió también por Europa y llegó el pasado 6 de mayo a España.
El claustro de la Universitat de Barcelona fue el primero del país en movilizarse. El grupo acampado en la sede académica pudo permanecer en el recinto incluso durante las elecciones del 12 de mayo, cuando la universidad hace las veces de colegio electoral.
Una semana más tarde del inicio de las acampadas, han decidido ir más allá y han convocado esta jornada de huelga y protestas, que ha empezado a primera hora de la mañana. Los estudiantes han formado piquetes para frenar la entrada a la Universidad. “Hemos negociado para cerrar todas las puertas menos una, la del profesorado”, explica la portavoz de la acampada, Emma Cercós.
Pasadas las dos del mediodía, con una lectura de parlamentos delante la Delegación del Gobierno, la movilización ha terminado sin incidentes. Se ha ido vaciando y la gente ha vuelto a sus lugares, ya fueran las aulas o tiendas de campaña.
Una manifestación y una ocupación
Paralelamente a la huelga y la manifestación, un centenar de manifestantes ha ocupado la sede de Acció - la agencia para la competitividad de la empresa, dependiente del Departament de Empresa de la Generalitat- para exigir el cierre de la oficina en Tel-Aviv.
Los manifestantes han lamentado que el Govern no haya cancelado sus lazos económicos con Israel después de siete meses de conflicto. “Acció continúa presentando a Israel como una economía fuerte, segura e innovadora”, ha apuntado Alys Samson, miembro de la Coalició Prou Complicitat. “La actividad empresarial no es neutra”, ha añadido. “Se lleva a cabo, en este caso, en un contexto de ocupación, vulneraciones masivas de derechos humanos y apartheid reconocido”.
Igualmente, los concentrados han pedido a los partidos políticos que ahora deben negociar para formar gobierno que cierren la sede de Acció en Israel, que pongan fin a las relaciones económicas y diplomáticas con el país y que se acabe “toda represión” al movimiento en solidaridad con Palestina.
Con esta reclamación han hecho referencia a que los Mossos d'Esquadra ha decidido intervenir y desalojar la convocatoria mientras se llevaba a cabo una 'performance'. “La actuación era pacífica”, ha lamentado el cofundador de la Comunidad Palestina en Catalunya, Salah Jamal. Por su arte, Samson ha lamentado que la policía actuara mientras había personas “arrodilladas y con los ojos vendados”.