Los partidos de la oposición se han volcado este miércoles contra Artur Mas y su partido, CDC, acusado este por el juez del caso Palau de haber recibido comisiones de Ferrovial a cambio de adjudicar obra pública. Unos con más dureza, como Ciutadans, que ha pedido dimisiones, y otros con cierta moderación, como ERC, han cargado contra el president. Las continuas acusaciones han disparado la tensión parlamentaria y la presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, se ha visto obligada a llamar al orden en diferentes ocasiones.
En el primer pleno del Parlament posterior al repunte de los casos de corrupción que salpican a CiU y PP, había dudas de si Alicia Sánchez Camacho, teniendo en cuenta la gravedad del caso Bárcenas, se atrevería también -como ya hicieron ayer la mayoría de partidos- a atacar a Convergència. Pues bien, la presidenta del PPC, que raramente se deja guiar por la prudencia, no ha dudado en criticar a CDC argumentando que en su caso “es el juez quien acusa, no un presunto corrupto que está en la cárcel”, en alusión a Bárcenas.
El primero de disparar, sin embargo, ha sido David Fernández, de la CUP, que ha criticado “la impunidad de la corrupción” y ha puesto como ejemplos los pactos de partidos con la fiscalía -en el caso Turismo- y los constantes indultos a políticos condenados. El presidente, Artur Mas, ha reconocido la existencia de corrupción, pero ha asegurado que “la sociedad tiene instrumentos para defenderse”, y ha recordado que también hay políticos y empresarios condenados pero que “se habla poco” de ellos.
Mucho más duro ha sido Albert Rivera, de Ciutadans, que ha comenzado su intervención recordando las acusaciones de Maragall: “Usted tiene un problema, y ââse llama 4%”. Rivera ha dicho que “ha llegado el momento de asumir responsabilidades políticas” y le ha ofrecido dos opciones: asumir su culpa y dimitir o decir qué responsables de su partido son culpables y cesarlos. “No haga usted como Rajoy”, ha pedido. Mas ha recordado que las acusaciones del 3% que hizo Maragall, en relación a comisiones ilegales cobradas por CDC, ya se investigaron “y no tuvieron más recorrido”. El president ha garantizado que las adjudicaciones a Ferrovial, que según el juez instructor se hacían para cobrar comisiones que ingresaba CDC, eran legales y que esta constructora era “la que estaba mejor situada” en los concursos.
“¡Qué cara!”
Quien ha elevado más la temperatura de la cámara ha sido Joan Herrera, de ICV-EUiA. Dolido por el acuerdo entre CiU y PSC que esta tarde evitará que Agustí Colom, responsable del informe Crespo, pueda ser elegido Síndico de Cuentas, Herrera ha atacado con dureza. Ha criticado que el veto se debe a que es un síndico incómodo “porque no miró hacia otro lado” en el caso de presunto desvío de fondos que salpica a Xavier Crespo (CiU), diputado y exalcalde de Lloret de Mar. Mas le ha reprochado que no se hubiera puesto en contacto con el presidente de CiU en el Parlament, Jordi Turull, para pactar con él el nombre de Colón, y Herrera se ha indignado. Desde su bancada, ha empezado a golpearse las mejillas mientras gritaba: “¡Qué cara!”. Ante el gesto insólito, un rumor ha cubierto toda la sala. La presidenta ha llamado al orden y Herrera ha tenido que hacer grandes esfuerzos para calmarse.
Pero la paz ha durado poco. Alicia Sánchez Camacho ha utilizado el caso Palau como munición y de nuevo se ha vuelto a sentir un rumor y algunas risas en la sala. La dirigente popular ha dicho que en el caso Palau “es un juez que acusa, no un presunto corrupto que está en la cárcel”. Animada por el griterío y dirigiéndose a ERC, Camacho disparado: “Ya sé que cuesta mantener a un gobierno así. Por cierto, ustedes tuvieron un conseller que hacía tráfico de tabaco”, en referencia a Jordi Ausàs. Mas, atónito, le ha respondido: “Le falta un poco de sentido de la moderación, señora Camacho, y no voy más allá para no ofenderla”.
También Pere Navarro ha pedido explicaciones a Mas por el caso de las comisiones de Ferrovial, y le ha exigido que deje claro “si usted es presidente gracias a una campaña pagada con dinero sucio”. Le ha recordado que, según dijo el propio Mas hablando de la ley de transparencia, las responsabilidades políticas se deben tomar cuando hay acusaciones de un juez, como es el caso, y Mas le ha respondido que sí, que lo dijo, pero que en este caso concreto no se ha imputado a ningún diputado de CDC.