El diseño es cada vez más cercano, pero también más refinado y exigente. Así lo demuestra, entre otros, el FADFest, el festival de diseño en Barcelona, una ciudad referente en este campo. Hace seis meses, el Fomento de las Artes y el Diseño renovaba su junta directiva y Nani Marquina (1952), la reconocida diseñadora de alfombras, sustituía al arquitecto Miquel Espinet. Seis meses después, el FAD ha celebrado su festival y el nuevo equipo comienza a trabajar en su proyecto, que mira hacia el extranjero para crecer y consolidar una marca tan potente como la de Barcelona.
Está ya en marcha la FADexpo, pocas semanas después de que se pusiera el punto y final a los premios FAD. ¿Cuál es la valoración que hace, teniendo en cuenta que sólo hace seis meses que se encuentra en la junta?
Ha sido una edición de los premios completamente continuista. Pero enseguida nos hemos puesto a trabajar y nos hemos dado cuenta de que hay más proyectos que capacitado para llevar a cabo de forma óptima. Y Tenemos problemas para comunicarlos.
Por tanto, habrá cambios de cara al próximo año.
El FADFest es el evento que da más visibilidad sobre qué es el FAD, donde se concentra todo el trabajo realizado durante el año en torno a los diversos ámbitos del diseño. Hemos hecho unas sesiones de trabajo, incluso con gente externa, y lo que vemos es que tendremos problemas para hacerlo en 2015. Hay muchas cosas que deberían mejorar y cambiar.
¿Por qué?
Dentro del FAD hay cinco asociaciones y son todas ellas independientes a la hora de organizar sus actividades. En el FAD se presentan los premios de cada asociación y cada una lo hace a su manera, eso es lo que nosotros vemos que llega a traer confusión porque no es compacto. Tenemos muchas dificultades para que la gente lo entienda.
¿Cuál es vuestra propuesta?
Nosotros queremos hacer el FADFest del futuro, un formato redondo. Queremos que haya un trabajo más transversal y más coordinado entre todas las asociaciones que conforman el FAD. Nuestra idea es unificarlo, que tenga sentido. Las exposiciones de los premios deberían estar trabajadas de forma más didáctica, se deben definir muy bien los espacios y contarlos. Queremos que las exposiciones lleguen a más gente, no sólo a los profesionales del diseño. El FADFest debe ser el referente del diseño en Barcelona.
No lo es ahora?
Ahora también existe la Barcelona Design Week, que además nos coincide por fechas. No sabemos si es bueno que durante un mes seguido se hable de diseño en Barcelona y el resto del año no. Debemos ser capaces de generar un producto atractivo para un público que ha evolucionado.
Un público que, como en todos, los ámbitos, cada vez es más exigente.
Es un público que sabe dar valor a las cosas. Barcelona está llena de ofertas y muchas de ellas internacionales, como el Festival OFFF. El público es cada vez más joven porque hay muchas escuelas de Diseñar y como está muy bien informado, es muy exigente. No tienen problemas para moverse y viajar por varias ciudades, y esto nos abre el mercado porque podemos atraer extranjeros.
De hecho, uno de los puntos más destacados de su programa para los próximos cuatro años es la internacionalización del FAD.
Para ser internacionales debemos hacer las cosas muy bien hechas. El FADFest puede ser nuestra bandera, pero se debe hablar en las escuelas de diseño de Italia o de Londres. Esto no se consigue en cuatro años, pero se puede dibujar. Debemos trabajar esta diversidad que tenemos en el FAD. Desde la moda hasta el diseño industrial, si consiguiéramos unificar esto y exportarlo, seríamos los únicos.
Barcelona es referente en el campo del diseño.
En Barcelona hay empresas importantes dentro del mundo del diseño a nivel mundial. Nani Marquina lo es, también Santa & Cole, entre otros. Además, Barcelona tiene algunas de las mejores escuelas de diseño del mundo. Es referente también para Latinoamérica está muy interesada en Barcelona. Y además, para que los profesionales liberales del diseño, exportan su trabajo.
La creatividad es la clave de todo. Desde cuando?
Barcelona es una ciudad muy creativa y muy potente. Los Juegos Olímpicos supusieron un antes y un después en la historia de la ciudad. Que Maragall tuvo la feliz idea de encargar la figura de Cobi a un artista como Mariscal hizo mucho. Un pequeño gesto que hizo que la mascota de los Juegos Olímpicos fuera la clave para convertir Barcelona en la ciudad del diseño. Una ciudad que entonces enseñó al mundo.
Pero la crisis económica también le ha tocado de cerca. Ha habido empresas que han tenido que cerrar y otros que sufren por resistir. Como lo ha vivido, la recesión, el mundo del diseño?
Esta crisis ha hecho que muchas empresas que están en Barcelona hayan tenido que cerrar o hayan visto frenado su crecimiento. Y hay otros que, por culpa de la crisis, no han aparecido. Creo muy firmemente en la cultura del ciudadano y en el gusto por las cosas bien hechas. Barcelona es una ciudad donde ha habido grandes arquitectos y grandes diseñadores, y esto influye. Ahora bien, debemos tener claro que no nos pasará como al textil, que desapareció por la falta de inversión y la fuerte competencia extranjera. El diseño se vale de la creatividad.
¿Cuál es la ilusión de la junta del FAD para el final de mandato?
Poder decir que lo tenemos todo a punto para exportar la marca del FAD, que se hable en todas partes. Es difícil, pero no hay nada imposible.