Bankia reducirá en casi un 60% el número de sucursales del grupo en Cataluña, una medida que supondrá también un adelgazamiento de la plantilla, de al menos 681 personas. Es decir, que la entidad plantea despedir a un 39% de los trabajadores que tiene actualmente en activo en Cataluña, que son 1.726. Este es el contenido que incluirá en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que presentará pronto el grupo, según fuentes de la negociación, y que de momento ya se ha dado a conocer a los representantes de los trabajadores.
La entidad tiene en Cataluña las oficinas de la antigua Caja Madrid y las de Caixa Laietana. Tras su reestructuración, fruto de un rescate con dinero público, la entidad financiera tendrá en el Principado 146 oficinas distribuidas por las cuatro provincias.
La empresa no ha comunicado ningún otro elemento del ERE que plantea. Sólo ha dicho que pretende aplicar bajas voluntarias y, si no se cubre la cifra prevista, recurrir a despidos.
Bankia anunció hace unos meses unas condiciones que facilitaban la reducción de personal por vía voluntaria. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), nombre del organismo público que ostenta el control de la entidad de ahorro desde su nacionalización, había ofrecido a los empleados una indemnización de 30 días por año trabajado con un tope equivalente a 22 meses de salario más una prima de 2.000 euros por cada tres años de antigüedad. Esta propuesta pretendía reducir la plantilla del grupo en 3.200 personas, el 22% del total. Ante estas condiciones las peticiones para acogerse superaban a finales de julio pasado en 500 casos la pretensión inicial del grupo. Las bajas comunicadas en esta ocasión podrían formar parte de una segunda tanda que pretendería ya resolver definitivamente la reestructuración. La Unión Europea ha exigido que el grupo de entidades encabezado por Caja Madrid reduzca en un total de 4.500 personas su plantilla antes de 2015.
Contrariamente con lo que pasa con CatalunyaCaixa y NovaCaixaGalicia, la iniciativa de los propietarios de Bankia no responde a urgencias para vender la entidad, porque a diferencia de estas otras dos antiguas cajas la Administración central no pretende deshacerse de Bankia a corto plazo.
Beneficios con un gran agujero financiero
Bankia ha declarado en el primer semestre unos beneficios de 428 millones de euros y confía terminar el año con unas ganancias de 800 millones. Todo esto después de haber sido nacionalizada por el gobierno del PP al descubrir que estaba en quiebra fruto de un agujero de 19.000 millones de euros. Esta medida fue seguramente clave para que el gobierno de Mariano Rajoy pidiera a la Unión Europea un rescate financiero de 43.000 millones, de los que casi la mitad se destinaron a Bankia, una entidad presidida por Rodrigo Rato, exvicepresidente del gobierno bajo el mandato del PP.
Bankia afirma que ha dotado 525 millones de euros para hacer frente a las reclamaciones por preferentes y subordinadas cuyos titulares hayan recurrido al arbitraje. Al finalizar el mes de junio Bankia tenía una cartera de créditos refinanciados por importe de 22.113 millones, de los que el 44,2% están clasificados como morosos.