La confirmación de la exhumación del cadáver de Franco del Valle de los Caídos ha devuelto a la política el debate sobre la presencia en el espacio público de monumentos dedicados al dictador o a los vencedores de la Guerra Civil. En Catalunya, el foco se ha puesto ahora en la desconocida cripta del Tercio de Requetés de Montserrat, en la que yacen 319 combatientes del bando sublevado. La Generalitat analiza su existencia tras una denuncia del PSC y una posterior petición de investigación del Defensor del Pueblo catalán, que exige aclarar si el mausoleo incumple la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007.
Justo debajo de la Plaza de los Apóstoles, en un terreno que pertenece al monasterio, se encuentra este discreto mausoleo con los cuerpos de 319 soldados del Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat, una unidad que llegó a estar formada por cerca de 2.000 personas, todos ellos catalanes y la mayoría carlistas, y que luchó en el bando de Franco. Al lado de la cripta se levanta un monumento con la estatua de un requeté moribundo y la siguiente inscripción: “Recuerda su ejemplo y sacrificio. Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat. 1936-1939”.
Para el PSC, que ha registrado en el Parlament una propuesta de resolución para revisarlo, el monumento incumple la Ley de Memoria Histórica. “Es un contexto de exaltación a los requetés y a la sublevación”, expresa el diputado. En esta línea, el Síndic de Greuges, defensor del pueblo catalán, ha pedido al Departamento de Justicia de la Generalitat, del que depende el área de memoria histórica, que aclare por qué este conjunto no consta entre los 3.647 símbolos fascistas que se censaron en Catalunya en 2010 (la mayoría de los cuales eran placas de vivienda).
El propio Síndic recuerda que la ley obliga retirar aquellos escudos, insignias, placas u otros objetos que exalten la sublevación, la Guerra Civil o la represión franquista.
La Administración catalana no ha respondido todavía a la petición, aunque fuentes de Justicia expresan que no pueden actuar “de oficio” para intervenir en el mausoleo, puesto que pertenece a Montserrat. Y ponen como ejemplo el monumento franquista de Tortosa, que el Ayuntamiento de la localidad, con Ferran Bel (CiU) como alcalde, decidió someter a votación popular. Una amplia mayoría decidió mantenerlo.
En este sentido, las mismas fuentes recuerdan que la nueva consellera, Ester Capella, se comprometió en julio a elaborar una nueva ley que sí faculte a la Administración catalana a retirar la simbología franquista de calles y plazas.
La comparación con el Valle de los Caídos
En su propuesta de resolución, el PSC considera que deberían ser los expertos los que decidan qué hay que hacer con la cripta una vez retiradas las manifestaciones de exaltación, aunque descartan que sea necesario trasladar los cuerpos de los requetés. A diferencia del Valle de los Caídos, en este mausoleo solo hay combatientes franquistas, no republicanos enterrados en contra de la voluntad de sus familias, tal como sucede en el mausoleo fascista de Cuelgamuros.
Sobre una posible comparación con el Valle de los Caídos, se pronunció este domingo en La Vanguardia Hilari Raguer, monje en Montserrat, historiador y antifranquista, para precisar que, a diferencia de los franquistas, los requetés del Tercio de Montserrat “no quisieron la guerra”. Raguer, que integró el comité creado por Zapatero para evaluar el futuro del Valle de los Caídos, explica que muchos de esos jóvenes fueron católicos catalanes que escaparon al otro bando para no ser “cazados como conejos”, y recuerda que precisamente sus familiares rechazaron que estos 319 soldados fuesen enterrados en el Valle de los Caídos al no considerarse a si mismos como franquistas.
Con todo, la cripta, inaugurada el 1 de mayo de 1961, recibió la visita del dictador en 1966. “Que su sacrificio por Dios y por España esté siempre presente en esta montaña, que es el mejor modo de honrarles. ¡Dichosa la nación que cuenta con tales hombres!”, les elogió Franco, según recogió la crónica de La Vanguardia.
Pese a las diferencias evidentes con el Valle de los Caídos, una similitud, más allá de ser tumba de soldados sublevados, es que ha sido punto de reunión de carlistas y nostálgicos del franquismo. El historiador Raguer asegura que el lugar no recibe congregaciones de personas con banderas, solo la visita anual de “un pequeño grupo de familiares”. Pero en algunos de los encuentros de simpatizantes han intervenido figuras como Javier Barraycoa, fundador de la entidad ultraderechista Somatemps, que en su discurso este año elogió el papel del Tercio dentro de la “cruzada del 36”.