El president Pere Aragonès aseguró este lunes que el espacio de diálogo con el Gobierno estaba “bloqueado” y, un día después, el Govern ha exhibido que las relaciones entre Madrid y Barcelona son o no fluidas dependiendo del foro del que se trate. El Gobierno y la Generalitat están en estos momentos acabando de perfilar el orden del día de la Comisión Bilateral que se celebrará este viernes en Barcelona liderada por la ministra Isabel Rodríguez y la consellera Laura Vilagrà. Pero, con la otra mano, el Govern está urgiendo al Gobierno a convocar de forma inmediata la mesa de diálogo, dando a entender que desentenderse ahora de este foro puede generar un choque entre gobiernos negativo para ambos.
“La mesa de negociación es el mejor instrumento que tenemos”, ha asegurado la portavoz del Govern, Patricia Plaja, que ha recordado que el compromiso de ambas partes era volver a reunirla a principios de año. “Estamos en un marco temporal que permite cumplir aún los acuerdos. Ni los procesos electorales ni los intereses electoralistas son una justificación [para aplazar la mesa]”, ha considerado. Plaja se ha remitido a las palabras de Aragonès en su conferencia del MNAC para asegurar que lo contrario a una “resolución democrática del conflicto” es dar aire a las fuerzas reaccionarias de la extrema derecha como Vox.
La portavoz del Govern ha intentando además aclarar algunas de las cuestiones del discurso del president que han levantado ampollas en los socios de Junts. Para empezar, sus palabras sobre los indultos como “la primera prueba de la voluntad de diálogo del Estado”, por las que el líder de JxCat Jordi Sànchez ha reclamado que se aclare si hubo negociación para conceder las medidas de gracia. “Nadie habló de negociación”, ha subrayado Plaja, “fue la victoria del independentismo la que obligó a moverse al Estado”.
La portavoz también se ha referido a la petición de Aragonès para que el Supremo retire las causas sobre Carles Puigdemont, que el propio expresident ha matizado. En palabras de la portavoz, no hay ninguna novedad sobre esta reclamación para que decaigan las ordenes de detención, que se hace de forma general “para todos los exiliados y las exiliadas”.
Una agenda poco ambiciosa para la Bilateral
En paralelo, el Govern prepara ya el regreso de la Bilateral, que no se reúne desde agosto pasado en Madrid. En esta ocasión lo hará en Barcelona y de la reunión el ejecutivo catalán está seguro de que podrá sacar algún acuerdo. Con todo, el orden del día desvelado por la portavoz no destaca por su ambición. Por el momento todo lo que hay son traspasos de infraestructuras menores, como las autovías metropolitanas B-23 y B-30, la gestión de las becas, un asunto que hace décadas que colea, o la cesión del observatorio del Turó de l’Home, en el Montseny.
El Govern también quiere hablar de la cesión del Ingreso Mínimo Vital, una ayuda que ya fue reclamada por la Generalitat por vía judicial al considerar que invadía competencias catalanas, pero que el Constitucional desestimó. Con todo, la gestión autonómica del IMV es un caballo de batalla de la conselleria de Asuntos Sociales catalana, como lo es también del PNV en el caso vasco. Hasta el momento el ministerio de Seguridad Social siempre se ha negado a un traspaso total y considera que la forma adecuada es llegar a un convenio para ceder únicamente la gestión.
Aunque el orden del día está sin cerrar, por el momento tampoco parece que esta reunión de la Bilateral vaya a ser la que dé el gran empujón al traspaso de los fondos para la gestión catalana del servicio de Rodalies, las cercanías de Renfe. En este momento técnicos del Gobierno y la Generalitat continúan tratando de llegar a un acuerdo sobre la cuantía de los fondos que deberían traspasarse a Catalunya para que el Govern pudiese gestión este servicio ferroviario con garantías. Hasta que esta cifra no se cierre, será difícil que el traspaso avance.