Las secuelas mentales de los trabajadores que se dedican a revisar contenidos de redes sociales como Facebook o Instagram son responsabilidad de sus empleadores. Así lo ha determinado el Juzgado Social 28 de Barcelona, que ha reconocido como accidente laboral los trastornos de un moderador que trabajaba para una subcontrata de Meta.
El afectado, que trabajaba para la empresa CCC Barcelona Digital Services, llevaba cinco años bajo tratamiento psiquiátrico a resultas de su labor. El Institut Nacional de la Seguridad Social (INSS) dictaminó que las secuelas eran un accidente laboral y no una enfermedad común.
Ante esto, la empresa denunció al INSS, pero el juez acaba de dar la razón al trabajador y ha confirmado que las secuelas psicológicas deben contemplarse como accidente laboral, tal como apunta la sentencia, que ha adelantado La Vanguardia.
El hombre, representado por el abogado Francesc Feliu del Espacio Jurídico Feliu Fins, trabajaba como moderador de contenidos en esta empresa desde septiembre de 2018 y estuvo de baja de mayo de 2019 a febrero de 2021, con “ataques de pánico, conductas de evitación, aislamiento en el domicilio y rumiaciones hipocondriformes, sensación de disfagia, despertares nocturnos e importante tanatofobia”.
En su trabajo tenía que clasificar contenidos para que los inadecuados no llegaran a publicarse, y como miembro del equipo de 'high priority', tenía que ver contenido relacionado con terrorismo, suicidios, automutilaciones, decapitaciones de civiles a manos de grupos terroristas y torturas.
“Cada escena la tenía que ver el actor varias veces, de manera completa, para asegurarse de que la política aplicada a ese contenido gráfico era la adecuada”, remarca el juez, que añade que la web de la empresa califica a sus trabajadores como héroes no reconocidos en Internet por su trabajo de limpiar las redes de contenido inadecuado.