¿Hasta qué punto atroz pueden llegar los celos y el machismo? A esta pregunta se enfrentan desde este lunes los cuatro hombres y cinco mujeres que forman el jurado de la Audiencia de Barcelona encargado de determinar si Mariano Daniel V.A. dejó morir a su pareja de diabetes mientras la grababa pidiendo ayuda. Fue el último capitulo de un historial de maltrato físico y psicológico que duró meses.
El juicio es de los que permiten observar el lado más oscuro del ser humano. La pena solicitada por la Fiscalía y las acusaciones de los familiares de la víctima es la más dura que se puede pedir en España, la prisión permanente revisable. El delito principal, asesinato. Pero no se trata de una puñalada o un tiro, sino de un crimen por omisión: según las acusaciones, el hombre dejó morir a su pareja de un ataque derivado de la diabetes que sufría.
Todo ello mientras la grababa para intentar salir exculpado simulando que la ayudaba, aunque las grabaciones se han convertido en la principal prueba de cargo contra el acusado. Ocurrió en la casa de la víctima de Viladecans la madrugada del 17 de junio de 2019. Se habían conocido en febrero del mismo año.
Durante la primera sesión, acusaciones y defensas han querido fijar el marco del juicio en el jurado. El que más claramente ha señalado el móvil del crimen ha sido el letrado Miguel Capuz, que representa a la madre y al hermano de la víctima. “Sabía perfectamente que la estaba matando y fue por celos, ese es el motivo”, ha aseverado el letrado, que ha incidido en que el acusado permaneció impasible viendo cómo la víctima “moría de forma cruel, inhumana y salvaje”.
Además de los vídeos que grabó el acusado, el jurado también oirá las conversaciones y los audios que se enviaron la víctima y su presunto asesino. El motivo es que la mujer instaló en su móvil una aplicación para grabar las llamadas por el miedo que sentía por su pareja, según las acusaciones. En los audios se oye a la mujer relatar los “guantazos” que le daba su pareja (el acusado se enfrenta también a delitos de maltrato). Para la defensa en cambio el registro de llamadas responde a las deudas económicas que arrastraba la mujer.
No ha sido la única explicación alternativa a las tesis de las acusaciones que ha formulado el letrado defensor del acusado, José Luís Bravo. Según la defensa, la víctima no murió por la inacción del hombre, sino por una sobredosis de cocaína. Bravo ha desplegado su alegato inicial en dos direcciones, la personalidad de la víctima y las pruebas científicas. El letrado ha alegado que la víctima “no era el prototipo de mujer maltratada porque regentaba un bar al que solo iban hombres”. Es más, ha reprochado que las acusaciones presenten a Mariano David V.A. como “un monstruo y un maníaco”.
Al contrario de lo que mantiene la Fiscalía, la defensa se agarra a que los informes forenses y la autopsia no dejan del todo claro si la causa de la muerte fue una subida o bajada de azúcar, lo que le permite explorar la hipótesis de una sobredosis. En cualquier caso, se trata de un intento de sembrar la duda en el tribunal que para las acusaciones supone desviar el foco del hecho que el acusado no hizo nada para ayudar a la víctima.
La defensa cuestiona el móvil del crimen, ya que, según su versión, el acusado fue a casa de la víctima a cocinar y “traerle medicamentos”. Mantiene además que la mujer había tenido otras dos crisis similares anteriormente, por lo que el hombre no podía prever que moriría. Y a su juicio, las grabaciones tenían como objetivo mostrarlas a la víctima para que dejara de consumir drogas.
La acusación particular del hijo de la víctima y de su padre biológico ha rebatido este intento de la defensa de poner el foco en la víctima en vez del acusado. “Como víctima S. merece un respeto, da igual que consumiera, no significa que mereciera la muerte”, ha afirmado la letrada Cristina Sánchez.
En su alegato inicial, el fiscal Víctor Alegret ha expuesto al jurado el funcionamiento del juicio de forma didáctica. Y sobre los hechos concretos, ha definido la relación de víctima y acusado como “tóxica”, en la que ella “desea” estar con él “pese a saber que la situación será de todo menos feliz”. Para ejemplificarlo ha citado un “poema o canción”: “Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, contigo porque me matas y sin ti porque yo me muero”. El acusado declarará este martes.