Los Mossos d’Esquadra han explicado ante el Tribunal Supremo los “errores en el dispositivo” para detener a Carles Puigdemont en su fugaz regreso a Catalunya el pasado 8 de agosto. En un informe remitido al juez instructor del procés, Pablo Llarena, reconocen que nunca previeron que el expresident fuera a darse a la fuga antes de llegar al Parlament, pero añaden otros detalles hasta ahora desconocidos, como por ejemplo que su dron perdió la pista del líder de Junts justo antes de su escapada.
El informe, que ha adelantado El Confidencial, lo firma el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, el mismo que ya reconoció el día siguiente que habían fallado en la detención. Su incapacidad de capturar a Puigdemont tras su intervención en Arc de Triomf, seguido de una fracasada ‘Operación Jaula’ en las principales carreteras catalanas, provocó una crisis interna en la policía autonómica además de malestar en el Gobierno y feroces críticas de la oposición.
Tal como pidió el juez Llarena tanto a los Mossos como al ministerio del Interior, Sallent ha dado cuenta en el informe de cuál fue el operativo previsto para la detención y quiénes fueron sus responsables. Sobre esto último, ha dado hasta 15 nombres de agentes, mientras que ha detallado que en conjunto actuaron ese día casi 600 policías. 40 de ellos efectivos de la Comisaría General de Información y 18 del Grupo Especial de Intervención.
El instante más decisivo del operativo, según el relato de Sallent a Llarena, fue cuando Puigdemont terminó su breve discurso ante los manifestantes, se retiró a las carpas tras el escenario y todo el mundo dio por sentado que se dirigía hacia la comitiva que iba a conducirle hasta el Parlament. Fue entonces cuando el expresident salió por un lateral, a través de una valla que le había abierto un colaborador, y se introdujo en el coche blanco que le facilitó la fuga.
Uno de los fallos del dispositivo es que justo en ese momento el dron de los Mossos que sobrevolaba la escena dejó de enfocar al vehículo blanco junto a la valla. Su cámara se dirigió hacia la comitiva de políticos que se desplazaban hacia el Parlament, y cuando regresó hacia ese punto, menos de un minuto más tarde, el coche ya no estaba en el lugar.
Quien sí detectó los movimientos de Puigdemont para dar esquinazo a la policía fue uno de los agentes de paisano infiltrado entre la multitud. Según el relato del policía, Puigdemont se quitó la americana y se puso una gorra para despistar a los Mossos. Él llegó a avisar a sus superiores y siguió el coche a la carrera, pero no consiguió atraparlo.
La jornada terminó con la detención de tres Mossos d’Esquadra acusados de colaborar con el plan de fuga de Puigdemont. En paralelo, Salvador Illa fue investido president de la Generalitat, y en una de sus primeras acciones en el cargo optó por visitar precisamente a la policía catalana, en una muestra de respaldo inequívoca tras su fallo con Puigdemont.
Por su parte, el informe que el Ministerio del Interior remitió al Supremo, cuyo contenido se hizo público el martes de la semana pasada, indicaba que el Estado ofreció a los Mossos d'Esquadra el apoyo de los cuerpos de la Policía Nacional y la Guardia Civil para el operativo de detención del expresidente de la Generalitat, pero éstos no lo requirieron. También apuntaba que los dispositivos de control y vigilancia de los cuerpos policiales del ejecutivo español no detectaron “en ningún momento” la presencia de Puigdemont en fronteras, puertos y aeropuertos.