Me gusta la cabalgata de Reyes pese a la polisemia de la palabra ahora que soy adulto. Siempre fue el preludio de una noche mágica de infancia con nervios, rituales y el despertar corriendo para abrir los regalos llegados de Oriente.
Como en las fechas de un día tan especial estoy fuera de Barcelona la disfruto más porque en el pueblo todo transcurre en el carrer Major. Los pajes tiran caramelos, todo el mundo los recoge y la alegría es generalizada. Mi favorito de los tres monarcas era el negro, el mismo que al ser hace ya mucho tiempo el padre de un amigo desveló el secreto de secretos, la pérdida de la inocencia. Cuando termina el desfile se produce el vacío de la joya y se inaugura el suspense anterior a la llegada de sus majestades.
Los que lean este artículo serán adultos, no me cabe la menor duda, ciudadanos enterados de la última propuesta de la ANC consistente en distribuir, los que los adquieren dan la voluntad porque la independencia no tiene precio, farolillos con la estelada con motivo de la cabalgata de reyes en Vic, aunque también se propuso ampliar la idea a Barcelona.
El líder de la Asamblea desmintió que con la acción se implicara a los niños en política. Lo dijo mientras presentaba en algún punto periférico de la Ciudad Condal una campaña con el lema som futur con dos escolares sacados de las señales de circulación. Seremos cándidos e inocentes, casi pueriles, pero quizá deberíamos resucitar la palabra xaronisme para definir todo lo que está pasando. Según el Diccionari de l’Enciclopèdia Catalana el término define a certes manifestacions literàries produïdes entorn de la meitat del segle XIX a Catalunya que es caracteritzen per un col·loquialisme de base popular i de gust dubtós. Aplicado a un ámbito social hoy en día encajaría perfectamente con Populismo, y no pasa nada por decirlo. Hay una Catalunya que quiere hechos y otra que se recrea con performances que parecen naïf.
¿Pero lo son? No, son muy peligrosas. En Primer lugar porque los adultos si tenemos dret a decidir, no así los niños. En segundo porque se pervierte una fiesta destinada a los más pequeños instrumentalizándola, algo que ya habíamos visto en alguna que otra Diada, donde se recogían declaraciones de críos enfundados con camisetas repletas de símbolos independentistas. El micrófono, pueden deducirlo sin muchas complicaciones, era de TV3, la nostra, la misma cadena que retransmitirá el evento de la capital de Osona, la que a finales del siglo XIX hizo surgir un Catalanismo ultraconservador, Catalunya será cristiana o no será según Torras i Bages, que se mantiene con el paso del tiempo, como si el ruralismo carlista de antaño se hubiese transformado en la zona de Nacionalismo más recalcitrante de la actualidad.
Por eso mismo la elección de Vic no es casual. La ANC quiere que los Reyes le traigan este año la República Catalana, lo que no deja ser un bonito oxímoron. Mientras sucede la enésima polémica absurda, la cuestión es inventar historias para mantener el foco mediático, la revista digital Político ha mencionado a Carles Puigdemont como una de las doce personas que pueden arruinar 2017. En el párrafo que la publicación dedica al Molt Honorable se compara el duelo del referéndum con el derbi ibérico por antonomasia. No deja de ser humorístico observar que así analiza el problema un medio tan prestigioso. Por su parte Neus Munté dice que aparecer entre los seleccionados significa estar inmersos por completo en la escena internacional y recibir el reconocimiento tan anhelado por la Generalitat.
Lo que peor me sabe es coincidir en lo esencial con ciertos portavoces que, sin embargo, no analizan y sólo despotrican. A este paso Catalunya, aunque puede que ya lo sea, va a ser la mayor base psiquiátrica política del Continente. Entre unos y otros dan que hablar, pero sólo eso. Nadie propone y la desesperación sigue a sus anchas. Uno de los que abre la boca con criterio ha dicho que lo mejor sería convocar elecciones, y pese a estar en desacuerdo en este punto con Xavi Domènech creo que sabe muy bien que de darse la situación podría surgir un tripartito de izquierdas encabezado por ERC, que tendría como socios a los Comunes, deseo de todo corazón que abandonen las siglas de Catalunya Si que es pot por su bien electoral, y quizá, sólo quizá, el PSC. Entonces volveríamos a una nueva casilla de salida y quizá, sólo quizá, se calmarían las aguas. No habría una Ferrusola para decir que ens fan fora de casa. Lo único cierto es que la serie continuará. Permanezcan atentos a sus pantallas y eso, que los Reyes no existen.
Me gusta la cabalgata de Reyes pese a la polisemia de la palabra ahora que soy adulto. Siempre fue el preludio de una noche mágica de infancia con nervios, rituales y el despertar corriendo para abrir los regalos llegados de Oriente.
Como en las fechas de un día tan especial estoy fuera de Barcelona la disfruto más porque en el pueblo todo transcurre en el carrer Major. Los pajes tiran caramelos, todo el mundo los recoge y la alegría es generalizada. Mi favorito de los tres monarcas era el negro, el mismo que al ser hace ya mucho tiempo el padre de un amigo desveló el secreto de secretos, la pérdida de la inocencia. Cuando termina el desfile se produce el vacío de la joya y se inaugura el suspense anterior a la llegada de sus majestades.