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Hace unos años eran de las pocas voces que reivindicaban la independencia, y no sólo de Cataluña, sino de los Països Catalans. Ahora ven como el partido de Artur Mas ha monopolizado el discurso soberanista y han decidido reivindicar “la autodeterminación en todos los sentidos –social, político y económico– como un elemento de democracia política profunda”, dice David Fernàndez. Es el independiente elegido para encabezar la lista que la Candidatura d'Unitat Popular (CUP) presenta a las elecciones al Parlament. A pesar de no ser militante, es el retrato de lo que quieren representar: Activista en causas diversas, trabaja en la cooperativa de finanzas éticas Coop57 y, hasta que lo nombraron candidato, como periodista en La Directa, semanario de los movimientos sociales.
La CUP tiene sus orígenes en 1968, cuando se configura el independentismo de izquierdas con una premisa básica: “es imposible que haya liberación nacional sin que exista al mismo tiempo la liberación social”, explica el candidato. Aunque viene de lejos, se trata de una formación minoritaria, pero fueron la gran sorpresa de las elecciones municipales de 2011, cuando pasaron de 22 a 104 concejales y se hicieron con cuatro ayuntamientos catalanes. Estos resultados se explican, más que por la reivindicación independentista, por su modelo de hacer política: el municipalismo asambleario, desde abajo y vinculado a los movimientos sociales. Hasta ahora, esta experiencia se había limitado a la escala municipal, pero después de tres semanas intensas en las que se han consultado asambleas abiertas, en las que se ha implicado la militancia pero también personas externas, la CUP decidió hacer el paso de presentarse a las elecciones autonómicas.
Esta decisión se explica, según Fernàndez, por “una situación de emergencia social y también de encrucijada histórica”. Considera que hay un vacío de la voz de la calle y quieren dar un espacio político para la gente que lucha y no se siente representada. La candidatura de la CUP-Alternativa de Izquierdas aporta, según el cabeza de lista, “las máximas aspiraciones en los dos ejes históricos de la política catalana: el eje nacional, con una apuesta por la máxima libertad política, y el eje social, con las máximas aspiraciones de justicia social e igualdad”. Fernàndez aún destaca un tercer factor: “La cuestión de la calidad de la democracia, porque la CUP ejerce otra manera de hacer política, entendida como acción colectiva en favor de la comunidad y en favor de mejores condiciones de vida”.
“Lo queremos todo”
Desde el independentismo hay quien critica la apuesta de la CUP, y considera que la prioridad está en la cuestión nacional, con la que no se deben mezclar colores políticos. Es la postura de Carme Forcadell, presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, que remarca que han dejado de lado la cuestión social para reunir gente de todos los partidos. “Siempre se nos dice que lo queremos todo. Pues sí, lo queremos todo”, afirma David Fernàndez sobre la cuestión, y añade: “Después de 40 años años reivindicando la autodeterminación, no tenemos que demostrar nada, obviamente votaremos que sí, pero será la única franja de segundo en que coincidiremos con nuestra burguesía nacional”.
El candidato dice que tienen claro “que este pueblo se va, y no porque lo diga un presidenciable, sino porque quiere la independencia como marco de construcción nacional”, por lo que ya están “con el cambio de chip de qué país vamos a hacer”. Para ellos, el centro de la campaña no estará en el debate soberanista, sino en decir “lo que permanente nos quieren negar”. Fernàndez dice con ironía que “vivimos en un país tan modélico que tenemos tres millones de personas pobres en los Països Catalans, dos millones de parados, 80 mil desahuciados y casos de corrupción como el de Millet, que es la joya de la corona”.
Cuando se le pregunta si hay que llegar al Parlament para construir alternativa, este cooperativista no duda en la respuesta: “No. El territorio más liberado para construir otro mundo posible es nuestra vida cotidiana”. Por eso pone algunos ejemplos prácticos, como las finanzas éticas, las cooperativas de consumo o la cooperativa energética SomEnergia. Entonces, ¿por qué se presentan a las elecciones? “Queremos que haya un pie de calle en el Parlament, de aquella calle donde nunca bajan”, explica el candidato, que considera que las tres patas de la CUP son la movilización social, la desobediencia civil y también la vía electoral.
Recogida de avales
David Fernàndez no se atreve a prever si entrarán o no en el Parlament, pero asegura que hay posibilidades y energía, y que cuando la asamblea decidió presentarse “fue para entrar en las mejores condiciones posibles”. Tomaron la decisión a una semana de la fecha límite para entregar los 5.000 avales que necesitan para poder presentarse a las elecciones, pero varias entidades de barrios y pueblos de toda Cataluña se han volcado en esta causa y las previsiones parecen indicar que superarán ampliamente esta cifra.
Esto lo explica el hecho de que, según el candidato, a pesar de ser un proyecto de la Esquerra Independentista, la CUP va mucho más allá y reivindica recoger las aportaciones de los movimientos sociales: “Queremos reconectar con la esperanza, reconectar con la utopía y –con la reminiscencia que tiene para la Unidad Popular– con el Chile de Allende, con la posibilidad de construir comunidades con justicia y libertades”.