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Torra exige a Sánchez que cese al jefe de la Guardia Civil en Catalunya por “su ofensa a los Mossos y al pueblo catalán”

Torra, en el Parlament

Oriol Solé Altimira

Cuando parecía que la tensión por el discurso del jefe de la Guardia Civil en Catalunya, Pedro Garrido, se había rebajado, la Generalitat ha exigido al Gobierno que cese al máximo responsable del cuerpo en la comunidad. El Govern ha pedido la destitución de Torres por la “ofensa al cuerpo de Mossos y para todo el pueblo catalán” que, a su juicio, supusieron las palabras con tinte político del general durante la conmemoración de la patrona de la Guardia Civil en Catalunya este miércoles.

En una carta dirigida a la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, la consellera de Presidència, Meritxell Budó, tilda “provocación, agravio y ofensa” el discurso del general Pedro Garrido. Más aún, añade el Govern, “a las puertas de conocer una sentencia que, nos tememos, no hará más que incrementar el nivel de conflicto”, en referencia al fallo del procés que se publicará en los próximos días. El Govern se muestra especialmente crítico con las alusiones de Garrido a que la última operación contra los CDR mostró que “la pretendida revolución de las sonrisas se ha convertido en odio”.

Sin llegar al nivel de la consellera de Presidència, en la cúpula de la policía catalana sentó mal el elogio de Garrido al “trabajo exhaustivo” de la Guardia Civil en los casos del procés en el Supremo “y las sentencias que en el futuro puedan emitir otros tribunales sobre hechos relacionados”, que fue interpretado como una referencia indirecta al major Trapero, pendiente de juicio por rebelión en la Audiencia Nacional. En consecuencia, los jefes y mandos de los Mossos abandonaron la fiesta de la Guardia Civil en Catalunya al acabar los discursos, sin acudir al refrigerio.

La delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, se reunió este mismo miércoles con la cúpula de los Mossos d'Esquadra tras el episodio ocurrido en el cuartel de la Guardia Civil de Sant Andreu de la Barca (Barcelona). Por parte de los Mossos d'Esquadra asistieron el secretario general de Interior, Brauli Duart; el director general de la policía, Pere Ferrer; y el comisario jefe, Eduard Sallent.

El encuentro transcurrió en un buen ambiente y ambas partes pudieron limar asperezas y constatar su voluntad de mantener la “máxima colaboración” entre los cuerpos. A este fin se ha sumado este jueves a primera hora de la mañana el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande–Marlaska, que si bien ha evitado valorar el discurso de Garrido ha enviado varios elogios a los Mossos, a los que ha definido como “un lujo de cuerpo policial”.

Por la tarde ha llegado la respuesta del Govern en forma de carta exigiendo el cese de Garrido. “No corresponde al máximo mando de un cuerpo policial hacer declaraciones con contenido político, no respetar escrupulosamente la presunción de inocencia de procesos judiciales aún abiertos o atribuir al cuerpo que dirige competencias que corresponden a la Generalitat de Catalunya y a la policía que depende de ella”, expone la misiva de Budó.

“Actitudes como la de ayer nos recuerdan tiempos pasados que creíamos que, por suerte, en nuestro país habían desaparecido hace ya años”, apostilla Budó en su carta, para a renglón seguido pronosticar que la actuación “fuera de lugar” de Garrido “tendrá efectos a largo plazo y socaba la relación de colaboración” entre Mossos y Guardia Civil, algo que los mandos de la policía catalana evitaron expresar tras reunirse con Cunillera.

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