Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) fue el último candidato confirmado para las elecciones del 12 de mayo. No porque él no estuviese convencido de que repetiría como cabeza de lista del PP en Catalunya, sino porque cuando los periodistas preguntaban por quién sería el elegido, en la sede de Génova daban largas.
No era la primera vez que Fernández parecía estar en la cuerda floja, pero si algo tiene es capacidad de aguante y también un verbo fácil que igual le sirve para discrepar de los coqueteos de Feijóo con Junts que para arrancarse con una de Manolo Escobar en la tribuna del Parlament. Esta vez tiene el viento a favor y, como ya pasó en Barcelona, sus votos pueden acabar decidiendo quién preside la Generalitat.
La encuesta que menos le da vaticina que el PP pasará de tres a 10 escaños y algunas le otorgan hasta 15. ¿Cuál es su apuesta?
Lo que tengo seguro es que vamos a crecer de manera muy notable y que vamos a liderar el espacio constitucional en Catalunya. Hacía nada más y nada menos que una década que el PP había perdido ese honor, desde las europeas de 2014, cuando Ciudadanos coge el liderazgo. No estoy en disposición de hacer quinielas pero tenemos unas expectativas muy notables.
¿Mérito suyo o los adversarios le están ayudando?
Ya sabe que me gustan las metáforas futbolísticas y Johan Cruyff hablaba de los adversarios que se marcaban solos. Es cierto que tenemos unos adversarios que lo han hecho muy mal, pero creo que también está pasando otra cosa con el PP: gente que se había sentido abandonada en otros tiempos ha recuperado la confianza en nosotros.
Puigdemont ha avisado a Sánchez que si Illa repite una operación como la de Barcelona, apoyándose en ustedes y los comuns para que no gobierne Junts, le retirarán el apoyo al PSOE. Al PP eso no le debe parecer mal, ¿no?
A mí me trae sin cuidado. Lo único que veo es que la supuesta operación de reconciliación, concordia y de buen rollito con Puigdemont no parece muy viable. La idea que trasladaba Illa era que con la amnistía se iba a acabar la tensión, que íbamos a estar en una especie de Arcadia feliz. Y lo que vemos por parte de Puigdemont es un desafío multiplicado, chulería multiplicada y haciéndolo con un tono que si yo fuese Illa no aceptaría en la vida porque es una humillación.
¿Pero si pasa como en Barcelona y está en sus manos escoger entre tener de presidente de la Generalitat al candidato de Junts o al del PSC, a quién elegirá?
A quien decida acabar con el proceso separatista. Y se acaba cuando los separatistas no tengan ni el gobierno en Catalunya ni la influencia en Madrid ni el poder en las grandes instituciones de aquí. Yo no me fío de Illa, yo quiero hechos. Si rompe con el separatismo en el conjunto de la política española, y eso incluye la catalana, nos podemos sentar a hablar. Eso significaría pasar página al procés. Lo que no voy a hacer es dar los votos del PP para continuar igual. O nuestros votos sirven para acabar con el procés o nos iremos a la oposición a asumir el papel que nos toque. Pero no vamos a regalar los votos del PP a nadie a cambio de nada.
¿Si no es a cambio de nada podría ser, llegado el caso, pedirle a Illa que el PP entrase en su gobierno?
No estoy especialmente obsesionado por entrar en el gobierno. Evidentemente nos presentamos para gobernar. Yo mismo he tenido la oportunidad de ser primer teniente de alcalde y gobernar en la Diputación de Tarragona. Lo que tengo claro es que más allá de gobernar de lo que se trata es de acabar con el procés. Está destruyendo Catalunya porque no trae la independencia sino que trae la decadencia.
Lo que vemos por parte de Puigdemont es un desafío multiplicado, chulería multiplicada y haciéndolo con un tono que si yo fuese Illa no aceptaría en la vida porque es una humillación
¿Se fía menos de Illa que de Puigdemont?
Parto de una idea y es que no es que me fíe más o menos de Puigdemont, es que él renuncia a ser un interlocutor. Lo he explicado otras veces y usted me lo ha escuchado. Yo he gobernado con la antigua Convergència y no es que sea un gusto para nadie gobernar en coalición, porque todos preferiríamos una mayoría absoluta. Pero tú gobiernas con alguien que te reconozca y te respete, como hacíamos Josep Poblet y yo en la Diputación de Tarrragona. Con alguien que dice que todos los que no piensan como él son 'feixistes' y 'opressors' no tengo nada que hablar, y por eso para mí es indistinto lo que pueda opinar Puigdemont.
¿Las conversaciones del PP con Junts se hicieron a sus espaldas?
Lo que está claro es que yo manifesté mi opinión en su momento de manera rotunda y también está claro que hoy la conexión con la dirección nacional de mi partido es absoluta. Nadie puede discutir que he sido sincero y que he dado mi opinión libremente cada vez que se me ha pedido.
¿Le molestó?
No me dedico a la política para mis sentimientos personales. Represento a la gente que nos ha votado. La última vez fueron 110.000. Pero póngalos en fila india y son el Camp Nou llenito. Es mucha gente. Por eso la cuestión no es si yo me siento molesto o no. La cuestión es para qué y por qué la gente ha depositado la confianza en nosotros. Tengo muy claro que uno de los motivos es la defensa del orden constitucional y la unidad de España. Ese es un principio innegociable.
Junts dijo que algún día todo se sabrá. ¿Sospecha a qué se referían?
Eso se lo tendrá que preguntar a alguien de Junts. Esas amenazas me recuerdan el refrán de 'perro ladrador, poco mordedor'. Si alguien tiene algo, que lo diga. Si no hay dos opciones: o es un mentiroso o es un cobarde. Aún hay una tercera y es que sea ambas cosas, un mentiroso y un cobarde. Yo estoy tranquilísimo.
Hace poco defendió que el PP no debe hablar con Junts porque es “un movimiento nacional populista de corte supremacista”. Pero en cambio gobiernan con Vox en varias comunidades y esa definición que hace de Junts encaja bastante con la extrema derecha de Abascal.
Hay una diferencia substancial y es que yo no creo en los cordones sanitarios. Que no quiera pactar con Junts no significa que pida un cordón para ellos. No he pedido que se les niegue la palabra o la participación en los debates. Lo que digo es que cuando tienes un interlocutor delante debe haber respeto y la negociación es entre iguales. Eso con Vox se ha producido. Junts, y lo está haciendo con Illa, se dedica a faltar al respeto al interlocutor con el que negocia.
Pero entre hacer un cordón sanitario, no hacerlo y gobernar con ellos hay diferencias.
¿Y si los demás no quieren gobernar contigo, qué opción tienes? Porque si no llegaríamos a la opción peronista de que gobierne el PSOE toda la vida. Hombre, no vamos a ser tan primos de caer en esa trampa. Siempre que se habla de cómo Alemania bloquea a la extrema derecha se dice que el partido socialista y los conservadores alcanzan acuerdos. Claro, pero allí tienen un pacto y es que el que llega primero gobierna y el otro le apoya para no dejar pasar a los extremismos. Aquí el PSOE no acepta que el PP sea el primer partido y lo que no puede hacer el PP es quedarse eternamente en la oposición porque el PSOE lo diga. Eso sería hacer el idiota.
¿Teme que llegado el caso su partido le haga lo que Aznar a Vidal-Quadras, quitarlo de en medio para que el PP pueda pactar sin problemas con Junts?
Estoy muy orgulloso de que en mi partido puedas discrepar en público y ser el candidato. Hay otros como el PSOE donde si discrepas, como Nicolás Redondo Terreros, te expulsan. Es una diferencia notable. Por lo tanto no tengo miedo a nada.
¿Se lo pone más difícil Feijóo o Casado?
Tenía buena relación con Casado y la tengo con Feijóo. En lo personal no tengo reproche que hacer ni a uno ni a otro.
Se acordará que tanto Vidal-Quadras como Josep Piqué se quejaban del “exceso de tutelas” y de los “bandazos ideológicos” del partido. ¿Ese es su principal problema?
Creo que le estamos dando la vuelta y una prueba es que yo he acabado siendo candidato.
Seis de cada 10 catalanes apoyan la amnistía. Usted está entre los que las rechazan. La alternativa a esta ley sería que entrasen más independentistas en la cárcel. ¿Serviría eso para recuperar una cierta normalidad en Catalunya?
Por esa regla de tres, cuando se producen muchos delitos de cualquier naturaleza se podría decir que es que son demasiadas personas para ir a la cárcel. En el Estado de Derecho cuando cometes un delito debes responder. Una figura como un indulto, y ya no le digo una amnistía, debe servir a un bien, primero de arrepentimiento y después de reconciliación. Y no se ha producido ni arrepentimiento ni propósito de enmienda. ¿Usted ha cometido algún delito? Que yo sepa no. Usted y yo estamos tranquilos. Ahora bien, si usted decide cometer un delito, ya le digo yo que no la van a amnistiar.
Una figura como un indulto y ya no le digo una amnistía debe servir a un bien, primero de arrepentimiento y después de reconciliación. Y no se ha producido ni arrepentimiento ni propósito de enmienda
Según los datos de la Generalitat, los catalanes pagan cada año más de 20.000 millones en impuestos que no vuelven a esta comunidad. ¿Usted tiene alguna propuesta para rebajar el déficit fiscal?
Yo quiero una mejor financiación para Catalunya. El PP ha sido protagonista de dos de los tres acuerdos de mejora histórica de esa financiación. Dos con el mandato de Aznar y uno con el de Zapatero. No es casualidad que desde el 2012 no haya habido ninguna mejora. El procés es incompatible con mejorar la financiación. Envenena las relaciones, genera desconfianza y hace imposible los acuerdos estables.
¿Su propuesta es bajar impuestos a los más ricos, como ha hecho la Junta de Andalucía?
No comparto esa visión. Las comunidades autónomas gobernadas por el PP han suprimido el impuesto de sucesiones, un impuesto que nos afecta a todos porque a todos se nos van a morir los padres. A todos nos puede ocurrir que se nos mueran los hermanos o nuestros cónyuges. Esa supresión es igualitaria y democrática. Afecta a los ricos y a los pobres. Igual que aquí reclamamos la supresión del impuesto del CO2 porque hay gente humilde que no se puede permitir el lujo de comprarse cada tres años un coche eléctrico.
Que se mueran los padres, como dice, puede ser ley de vida. Pero no todos hemos tenido que pagar el impuesto de sucesiones.
Evidentemente. A mí me ha ocurrido exactamente igual que a usted porque murió mi padre y vengo de familia humilde. Pero también le digo una cosa, ¿qué significa ser rico? ¿Heredar una casa mínima y repartirla entre cuatro hermanos es ser rico? Y estos son los que tienen que acabar pagando el impuesto de sucesiones. Por eso digo que es democrático y que no creo que eso sea quitarles impuestos a los ricos.
Pero, por ejemplo, el impuesto de Patrimonio en Andalucía lo pagaban el 0,2% de los contribuyentes, las 18.900 personas más ricas de la comunidad.
Sí, pero también le digo una cosa. Si usted envía el mensaje a las empresas de que justo al lado no se paga, lo que hacen es irse. Eso está demostrado. Vivimos en un mundo libre pero se van. En Catalunya lo sabemos muy bien. De aquí se han ido 5.000 empresas porque consideran que es un infierno fiscal.
El procés es incompatible con mejorar la financiación. Envenena las relaciones, genera desconfianza y hace imposible los acuerdos estables
¿Le parece bien que se haya acordado el traspaso de Rodalies a la Generalitat?
Se lo diré cuando vea la aplicación. No tengo un perjuicio a priori porque no es una cosa ilegal. Tenemos que esperar a ver si funciona. Tengo algunas dudas de que los gobernantes que hemos tenido, que no han sido capaces ni de organizar unas oposiciones telemáticas, sean capaces de organizar un sistema de Rodalies.
La vivienda es uno de los grandes problemas. ¿Usted está a favor de limitar el precio de los alquileres?
Solamente le diré una cosa y es que en ocho años con Ada Colau el precio del alquiler se ha multiplicado por dos. Eso ocurre porque cuando obligas a alguien a poner un precio concreto que no le conviene, o no lo pone en alquiler o lo pone a la venta. No estamos en la Rumanía comunista aunque a Colau le gustaría un escenario de esa naturaleza. Cuanto más liberalizado esté el alquiler, mejor. No deja de ser una transacción entre dos particulares.
Pero no todos los propietarios son particulares, hay también fondos de alquiler o grandes tenedores.
Y también estudiantes. Yo estuve en Cerdanyola y estuve cuatro años viviendo en una habitación con personajes de toda naturaleza porque era lo que pasaba en los pisos de estudiantes. Era una transacción libre. No sé por qué hablan de los fondos de inversión y esas historias. No lo comparto, no funciona. Es mentira.
¿Entonces que pongan el precio que quieran y ya está?
Es que si limitas el precio del alquiler, el alquiler sube. Y la prueba es Barcelona. Berlín hizo el mismo experimento y en el momento en que han vuelto a liberalizar han vuelto a bajar los precios. Es la ley de la oferta y la demanda.
O sea liberalizar y nada más.
No, todo lo contrario. Usted me habla del precio del alquiler. Luego corresponde a los poderes públicos garantizar el derecho a la vivienda a través del parque de vivienda social.
No estamos en la Rumanía comunista aunque a Colau le gustaría un escenario de esa naturaleza. Cuanto más liberalizado este el alquiler, mejor
Aunque en las últimas municipales consiguieron triplicar la cifra de concejales, el PP tiene solo 4 alcaldías en Catalunya. ¿Por qué les cueste tanto?
Yo he sido muy claro en el diagnóstico cuando usted antes se ha referido a las opiniones que habían vertido Josep Piqué y Alejo Vidal-Quadras. Pues eso lo vamos a cambiar ahora. Eso se acabó. Vamos a ser capaces de hacer un proyecto ganador, propio, sin tutelas, desde Catalunya. Por eso nos va a ir muy bien.
¿Ya lo saben en Génova que será un proyecto sin tutelas?
Creo que lo he dicho públicamente. No me he escondido. Y soy el candidato.
¿Usted considera “un asunto particular” que la vivienda de lujo donde reside la presidenta Ayuso se pagara tras un fraude fiscal con facturas falsas y empresas pantalla, con el dinero de una comisión millonaria durante la pandemia y los ingresos de Quirón, el principal proveedor de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid?
Ese mismo sofisma argumental lo podría utilizar para difamar a Salvador Illa en relación a su gestión con las mascarillas. Y no lo voy a hacer. No soporto las cacerías que no están sustentadas en imputaciones y juicios en los tribunales. Si alguien considera que una persona ha cometido un delito que vaya al juzgado y que denuncie.
La Fiscalía lo ha hecho.
La Fiscalía puede hacer lo que quiera, pero hasta donde yo sé existe la presunción de inocencia hasta que te condenan.
Pero este señor reconoció que había cometido un delito fiscal.
Dice este señor pero usted me está hablando de su pareja. Le vuelvo a repetir. No voy a participar en cacerías personales. No lo voy a hacer con mis adversarios, no lo he hecho en mi vida y mire que me han intentado involucrar en ello y menos lo voy a hacer con compañeros de partido.
¿Israel está cometiendo un genocidio en Gaza?
España en el año 91 organizó la conferencia de paz más exitosa en un papel en el que le correspondía hacer no solo de socio fiable de la UE sino de mediador en la comunidad internacional. La postura de Pedro Sánchez respecto a Israel ha liquidado la influencia que teníamos como mediador. Es un auténtico desastre. Estoy totalmente en contra de lo que ha hecho Sánchez en relación a Israel.
Pero no le preguntaba por la gira o las peticiones de Sánchez, le estaba preguntando si cree que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza.
A mí lo que me sorprende es que no me pregunte por lo que hicieron contra Israel en octubre del año pasado. ¿Por qué una cosa es genocidio y la otra no? En toda guerra hay alguien que empieza y no ha sido Israel.
Le preguntaba por Israel porque el Derecho Internacional define el genocidio como un delito perpetrado con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
¿Y usted cree que Israel no ha sido víctima de ese tipo de políticas a lo largo de su historia? Hubo líderes que decían que había que expulsar a lis judíos al mar. ¿Usted cree que las víctimas de Auschwitz y Treblinka no han sido víctimas del genocidio? Venga, hombre, por el amor de Dios.
Vea la entrevista íntegra a Alejandro Fernández.