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La autoridad fiscal señala las pensiones como principal riesgo de España ante una nueva recesión

España es uno de los estados europeos que corrigen menos la desigualdad, tanto a la hora de recaudar como en el gasto. Las causas de esto son diversas, como las excepciones fiscales, que suman hasta 40.000 millones anuales, o que buena parte del gasto público se va en pensiones. De hecho, es la alta factura de las mensualidades del cada vez mayor sector de la población jubilada lo que se ha convertido en uno de los factores de riesgo más importantes de España ante una nueva recesión.

Así lo constató este jueves el presidente de la AIReF, José Luís Escrivá, en una conferencia ofrecida en el Cercle d'Economía de Barcelona. El supervisor ha apuntado a las principales debilidades que tiene la economía española ante una nueva recesión, entre los cuales ha situado el alto desempleo estructural, la complicada estabilidad presupuestaria y, de forma muy destacada, la desigualdad.

Según ha explicado, España está en peor situación que hace 20 años para superar una nueva sacudida mundial, entre otras cosas porque las pensiones se han “comido” todo el colchón con el que se entró en 1999 al euro, mientras que los ingresos son prácticamente los mismos. Escrivá ha detallado que, en 1999, España contaba con 2 puntos porcentuales de superávit primario. Mientras, el gasto en total ha aumentado 2,5 puntos porcentuales y, el de las pensiones, en 2,7, por encima de la media.

El presidente de la AIReF ha considerado que España necesita hacer reformas estructurales si quiere avanzar en la convergencia europea, que obliga a pasar del 100% de endeudamiento actual a un 60% en 15 años. Para ello, Escrivá ha asegurado que su organismo prepara una reforma integral de marco impositivo y presupuestario. “En Europa todos los países están sometidos a las mismas reglas y el desempeño de cada uno ha sido diferente. Los países que han ido y vuelto al 60% son Austria, Alemania y Holanda. Hay que mirar como lo consiguen ellos”, ha indicado el presidente de la AIReF.

Más competencias a los ayuntamientos

Su enfoque a la hora de hacer estas propuestas, según ha avanzado, será revisar los problemas de financiación de cada nivel de la administración pública (ayuntamientos, comunidades y Estado central), y también la organización del gasto entre ellas. Por ejemplo, Escrivá ha indicado que el sector local en este momento tiene un superávit primario de más de medio punto y las CCAA están equilibradas. El agujero negro del desequilibrio, según ha indicado, está en el binomio de administración central del Estado y Seguridad Social, es decir, de nuevo quien paga la alta cuenta de las pensiones y la sanidad derivada del envejecimiento.

En vista de este mapa de ingresos y gastos por niveles, la AIReF considera que debe levantarse ya la barrera de gasto a los ayuntamientos, tal y como están reclamando hace años las administraciones locales, y además que estas deben de ganar competencias sociales para aliviar a las CCAA. A juicio del supervisor, esto acercaría España a lo que es más habitual en Europa, donde las ciudades tienen un peso más importante a la hora de prestar públicos del estado de bienestar.

Escrivá además ha abogado por no dejar pasar la reforma del sistema de financiación autonómica, que a su parecer debe profundizar en la equiedad y en la corresponsabilidad fiscal. “Cuando tienes comunidades infrafinanciadas, no tienes autoridad moral para sancionar por desajustes entre gastos e ingresos”, ha explicado, defendiendo un verdadero modelo federal para financiar las autonomías que hasta ahora no ha ocurrido y ha dado lugar a grandes desigualdades. “Hay que poner el contador a cero en la financiación autonómica”, ha resumido.

La desigualdad, foco de populismos

El presidente de la AIReF se ha mostrado muy preocupado por el aumento de una desigualdad que “ha venido para quedarse”. Según ha explicado, durante los últimos 10 años de crisis las rentas más altas no han perdido capacidad económica e incluso han crecido, mientras que las rentas más bajas han caído a plomo. Los datos que maneja el organismo indican que los salarios más bajos se desplomaron un 25% entre 2007 y 2014.

De hecho, aunque España ha superado a Italia en la mayoría de indicadores, aún sigue redistribuyendo por debajo del país mediterráneo, lo que le coloca en la cola europea. A juicio de Escrivá, esta debe ser una preocupación de importancia para España, pues la desigualdad genera populismos. “Cuando el Estado no cubre bien a los ciudadanos hay una tendencia a la informalidad, debilita las bases tributarias y entras en un círculo vicioso, que en parte hemos visto durante la crisis”, ha advertido el economista.