Ciutadans y PP se prometen lealtad mutua tras el 21D para desgastar al PSC
Que unas elecciones se planteen en clave plebiscitaria da ventaja a los opciones políticas que se identifican más nítidamente con las posturas en debate. Esto lo sabe bien Ciutadans, que en las elecciones del 27-S de 2015 vio su voto multiplicado por ser la formación que mejor expresaba el 'no' rotundo a la independencia. En la carrera hacia las elecciones del 21D, la competición por convertirse en el voto más claro contra la independencia está más disputado que nunca.
Ciutadans y PP, los partidos que de entrada tienen más capacidad de representar la oposición total a la secesión, han mostrado los límites de esa competición prometiéndose lealtad mutua tras el 21D. Este martes, el líder conservador, Xavier García Albiol, ha propuesto un acuerdo programático de tres puntos a Ciutadans y PSC, consistente en no llegar a acuerdos con independentistas, no pactar referéndums “ni legales ni ilegales” y apoyarse en la búsqueda de un gobierno alternativo.
Desde Ciutadans se ha respondido enseguida positivamente a la propuesta de Albiol. El portavoz, Fernando de Páramo, ha recordado que el objetivo de C's es llegar a la presidencia de la Generalitat, para lo que “extenderá la mano a los constitucionalistas”. El compromiso de lealtad llegó, sin embargo, con regalo, al recordar De Páramo que el PP “pactó con los pujols del 3%”.
Más allá de la crítica puntual, el gesto de reconocimiento mutuo entre Ciutadans y PP es sobre todo una forma de cohesionar el bloque constitucionalista, que sabe que podría quedar lejos del 50% si no cuenta a los comuns en su bando. Pero, además, es una fórmula para presionar y exprimir algunos votos del PSC.
El primer secretario socialista, Miquel Iceta, ha respondido con sorna a García Albiol. “Tampoco deseo un referéndum ilegal. En cambio, quiero otros dos referéndums, uno de reforma constitucional y otro de reforma estatutaria”, ha zanjado. Eso sí, Iceta se ha cuidado de aclarar que no investirá a ningún candidato independentista. Con todo, el líder de los socialistas se ha negado a hacer “frentismo”, según ha dicho, por lo que ha querido desmarcarse del bloque de Ciutadans y el PP.
En la tarea de desmarcarse de la política de bloques se hallan también los comuns de Ada Colau. La alcaldesa ha negado este martes que su partido tenga intención de formar Gobierno con los partidarios de la independencia unilateral, pero tampoco con los que defienden el 155. “No haremos pactos con ninguna de las opciones que defiendan estas posibilidades extremas”, ha asegurado, dejando abierta la puerta a que las formaciones se retracten.
El cortafuegos impuesto por los comuns a un gobierno con Ciutadans y PP, posición reafirmada por la reciente ruptura del pacto con el PSC en el gobierno de Barcelona, es, de hecho, uno de los mayores obstáculos del bloque para conseguir la presidencia de Inés Arrimadas. Ciudadanos ha depositado en la jefa de la oposición toda su apuesta para lanzarse a la conquista de la Generalitat, pero tanto ellos como el PP saben que ni la encuesta más optimista proyecta una mayoría constitucionalista en el Parlament.
Por ello, sin renunciar a la presidencia y mucho menos de forma pública, la estrategia de Ciutadans pasa por pescar todo lo posible a ambos lados, PSC y PP, con una lista de corte continuista. El partido ha presentado una lista en la que repiten la mayoría de las caras conocidas de la formación, entre ellas, el portavoz Carlos Carrizosa, el secretario segundo en el Parlament, José María Espejo-Saavedra, Fernando de Páramo y Sonia Sierra. A la lista sí se incorporará el periodista Nacho Martín Blanco, cara frecuente en las tertulias televisivas.