La polarización que domina la política provoca en muchas ocasiones que los líderes reciban el aplauso acrítico de los propios y la censura sin matiz de los ajenos. Una excepción a esta regla se encuentra en el estudio del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat –el CIS catalán– sobre el debate de política general celebrado en el Parlament hace dos semanas. En la encuesta, los votantes de Ciudadanos son los únicos que suspenden a su líder, Lorena Roldán, por su intervención en el debate más importante del año. Le dan un 4,5. Por contra, el resto de líderes recibe bien un aprobado bien un notable de sus votantes.
Además de suspender a Roldán, los votantes de Ciudadanos en las últimas elecciones catalanas puntúan mejor a los otros dos líderes constitucionalistas del Parlament. Así, otorgan igualmente un suspenso, aunque más cerca del aprobado que Roldán, al socialista Miquel Iceta (4,67), mientras que sí dan el visto bueno por la mínima con un 5,09 a Alejandro Fernández, del PP.
En conjunto, todos los líderes políticos suspenden. Los que más cerca están del aprobado son Sergi Sabrià (ERC) y Carles Riera (CUP), con un 4,61. Pero las malas percepciones de Roldán tanto de sus votantes como del resto de partidos la convierten en la líder parlamentaria menos valorada, con una puntuación 1,72 sobre 10. Un 69,4% de los 800 encuestados suspende a Roldán, el porcentaje más alto con diferencia –le sigue Fernández con un 58,7%–.
La líder de Cs en Catalunya también ostenta el menor porcentaje de aprobados –solo un 11% de los encuestados–, dos puntos menos que Fernández y casi 35 menos que Iceta. El primer secretario del PSC es el líder político que recibe un porcentaje de aprobados (45,5%) más similar al de suspensos (49%). El del resto es más dispar, con diferencias mínimas de 10 puntos entre aprobados y suspensos.
Roldán también tiene el dudoso honor de ser la líder parlamentaria con la que menos de acuerdo estuvieron los encuestados. Un 56% se muestra en total desacuerdo con lo que expresó Roldán en el debate, porcentaje que se reduce a un 25% en Iceta o a un 27,5% en el caso del president de la Generalitat, Quim Torra. Con todo, el pesimismo da muestras de haberse instalado entre los encuestados: solo un 4% opina que el debate sirvió para solucionar los problemas de Catalunya, por un 91% que cree que estuvo marcado por las críticas y reproches de unos contra otros.
Las intervenciones de los líderes políticos en el debate de política general del pasado 25 de abril estuvieron marcadas por la detención, dos días antes, de siete miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) acusados de terrorismo, que permanecen en prisión provisional desde hace dos semanas.
Mientras Torra defendió a ultranza el pacifismo del independentismo, las réplicas de la oposición al discurso del president fueron una enmienda a la totalidad a su gestión, aunque con importantes diferencias de tono entre unos y otros. Iceta optó por formas suaves para reclamar a Torra que dimita, pero Lorena Roldán no tuvo problemas para vincular al independentismo catalán con ETA y hasta enseñó una imagen del atentado de ETA contra la casa cuartel de Vic de 1991, para exigir a Torra que lo condenara.
Las acusaciones de Roldán fueron subiendo de grado durante los treinta minutos de discurso, que cosechó dos llamadas al orden por parte del presidente de la Cámara. Torrent aplicó esta medida disciplinaria en dos ocasiones, después de que Roldán se negara a retirar una frase en la que acusaba al president de la Generalitat, Quim Torra, de tener “comandos”. “No vamos a permitir que usted siga invisibilizando a todos esos catalanes. Porque cuando sus comandos salen a fregar con lejía...”, dijo Roldán en el momento en que Torrent le cortó.