El tira y afloja entre la CUP y Junts pel Sí ha sido una constante desde el mismo momento en que ambas formaciones firmaron el acuerdo de estabilidad parlamentaria. Este domingo, las bases de los anticapitalistas han aprobado una enmienda en su Asamblea Nacional que insta a la CUP a “librarse” del pacto, un verbo que cada militante ha interpretado a su manera. Así, para algunos significa, de facto, liquidar el acuerdo con Junts pel Sí para poder ejercer una “oposición dura” al Govern, tal y como recoge la enmienda aprobada. Por contra, en declaraciones a los medios, el miembro del Secretariado Nacional, Xevi Generó, ha negado la mayor. “Nosotros no rompemos ninguna legislatura ni nada”, ha afirmado.
En cualquier caso, la enmienda sí supone elevar el listón del acuerdo con Junts pel Sí hacia unos extremos que Convergència y, en parte, ERC, no están dispuestos a aceptar, empezando por la ruptura y la desobediencia al Estado, la celebración de un referéndum unilateral sobre la independencia como tarde en enero de 2017 o la reversión de privatizaciones. Generó ha reiterado la “mano tendida” de la CUP hacia JxSí siempre que sea para avanzar en el proceso soberanista y en políticas que reviertan los recortes, algo que a su juicio no se ha producido hasta ahora.
En palabras de Generó, la enmienda implica que “o se materializa la ruptura en pasos firmes o nosotros no vamos a estar ligados de pies y manos en una estabilidad que no suponga avanzar en este camino”. La CUP quiere que la mayoría parlamentaría independentista y el Govern desplieguen en profundidad la declaración independentista aprobada el pasado 9 de noviembre, texto que desde JxSí dan por amortizado.
“La CUP tiene que ampliar la base del independentismo por la izquierda y por eso tiene que tener las manos libres para hacer oposición dura al Govern en la medida que no apueste por la ruptura democrática y siga avalando políticas de recortes. El acuerdo de estabilidad parlamentaria con JxSí supone un obstáculo para estos objetivos. La CUP-CC tiene que librarse de ello para poder ejercer su función de dinamizadora de la ruptura independentista y de una alterantiva a las políticas autonomistas, del neoliberalismo y del patriarcado”, reza la enmienda que han aprobado los militantes de los anticapitalistas.
La Asamblea de la CUP se ha celebrado pocos días antes de que el vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, presente los presupuestos. Tal y como habían anunciado los diputados de la CUP, las bases han ordenado que la formación evite entrar en una negociación sobre las cuentas cuyo resultado sea “avalar unos presupuestos que no se planteen la desobediencia clara y frontal” en relación a un amplio abanico de partidas.
La enmienda aprobada concreta líneas rojas como la reversión de los recortes y privatizaciones, incluir impuestos suspendidos por el Constitucional, así como sobre la “desobediencia” a los límites de déficit –extremo que no se plantea Junqueras. Está por ver cómo la CUP materializa internamente la enmienda aprobada (la formación todavía digiere la división interna de las negociaciones de investidura), y, en especial, cómo la interpretan Convergència y ERC.
Sin grandes cambios internos
A nivel interno, el acuerdo más relevante ha sido un cambio en el método de elección del Secretariado Nacional, el órgano más ejecutivo de una formación asamblearia como la CUP. Así, si hasta ahora sus 15 miembros se escogían en votación secreta en la Asamblea Nacional entre los candidatos que se presentaban en listas abiertas, ahora el sistema se ha cambiado por la elección por vía telemática del Secretariado.
Además, 11 de los 15 miembros del Secretariado serán elegidos a través de candidaturas colectivas, y 4 de candidaturas individuales. No se prevé que este cambio beneficie en especial a ninguna corriente interna, ya que si ningún equipo consigue un mínimo del 65% de los votos se pasará a distribuir las 11 plazas de manera proporcional a los votos obtenidos por cada candidatura.
El resto de órganos internos de la CUP que algunos sectores habían puesto en duda, como el Grupo de Acción Parlamentaria, mantienen su estructura actual. Tampoco se ha aprobado fomentar una estructura de personas liberadas dentro de la CUP.