La Diputación de Barcelona ha reunido este viernes a buena parte de sus 311 alcaldes para presentar su plan de mandato, que abarca desde este momento hasta 2019, y que contempla que el organismo lance su propio “plan de emergencia social”, dotado con 15 millones de euros. Con él pretenden reducir los casos de pobreza energética y emergencia habitacional, a través de la nueva ley que prepara la Generalitat y con la pretende esquivar al Constitucional tras la suspensión de la anterior ley.
La presidenta de la institución, Mercè Conesa, ha dado a conocer las líneas maestras del plan, que durante su mandato se centrarán en la salida de la crisis, la mejora de los servicios sociales y en convertir a la Diputación de Barcelona en un actor más del proceso soberanista. Como organismo centrado en dar apoyo a las entidades locales, una de sus prioridades será la atención a la dependencia y la asistencia telemática, que llevan a cabo los municipios y que en estos momentos se encuentran “desbordados”.
Pese a este desbordamiento de las necesidades sociales, una de las cifras que desde la Diputación se ha remarcado es la disminución de la tasa de endeudamiento de los ayuntamientos, que según ha explicado se ha reducido hasta un 15%. “En un momento en el que tuvimos graves dificultades, que nos cambiaron la normativa estatal, que teníamos más demanda que nunca, de gasto social pero también de inversión, esta cifra es impresionante”, ha felicitado Conesa a los alcaldes presentes.
“Estamos en una situación de incertidumbre. Tenemos indicadores que dicen que las tendencias económicas comienzan a ser positivas, pero aún no podemos decir que hayamos salido de la crisis”, ha considerado Conesa. Respecto a esto, la vicepresidenta Meritxell Budó ha explicado que la Diputación quiere convertirse en la principal estructura de apoyo a los municipios respecto a cuestiones como la pobreza energética o la inserción sociolaboral, cuya carga ha recaído en las entidades locales durante la crisis. Además, Budó se ha comprometido a promover el trabajo local por la igualdad efectiva, sobre todo de género.
En el capítulo de la promoción económica, el vicepresidente Marc Castells ha colocado como principales ejes la industria, el comercio y el turismo. “La industria es una apuesta histórica de la Diputación de Barcelona, queremos ser una diputación industrialista, y no sólo de presente, sino se futuro”, ha explicado, recalcando que hasta el momento la intermediación de la Diputación ha conseguido mantener en el territorio 300 empresas. En segundo lugar, Castells se ha referido a otro de los motores económicos del área, como es el turismo, recordando que Barcelona fue la primera ciudad en el mundo en recibir el certificado de turismo sostenible de la Unesco.
El proceso soberanista no es un aspecto olvidad por la Diputación de Barcelona. En este sentido, Conesa ha asegurado que desea convertir a la Diputación en “la primera veguería de Catalunya”. “La diputación no quiere ser sólo una espectadora de este proceso para conseguir un nuevo modelo de país”, ha explicado Conesa, comprometiéndose a que la Diputación de Barcelona, como estructura local, se convierta en un actor de impulso del 'procés'.