Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) vive uno de los mejores momentos de su historia. Bajo la batuta de Oriol Junqueras y con el tándem Terricabras-Maragall como cabezas de lista, la formación consiguió sobrepasar en votos por primera vez a CiU en las elecciones europeas, en las que se colocó como primera fuerza en Catalunya. En aquellos comicios también lograron ser el partido más votado en la ciudad de Barcelona, un escenario que tradicionalmente se les había resistido.
Con estos antecedentes, ERC celebra hoy las primarias para elegir al cabeza de lista de la formación en las elecciones municipales del próximo año al Ayuntamiento de la capital. 2.500 militantes, simpatizantes y “amigos” del partido podrán elegir entre Oriol Amorós, diputado en el Parlament, y Alfred Bosch, diputado en el Congreso, como candidato para tratar de ganar la alcaldía de Barcelona, una posibilidad que, según los sondeos, es ahora más fácil que nunca para los independentistas.
La salida del exlider municipal Jordi Portabella a principios de junio dio paso a la renovación del equipo local, para la que se postularon Amorós y Bosch. La campaña entre ambos se ha desarrollado en clave interna y con el ritmo marcado por pequeños debates cerrados a militantes. Alfred Bosch se negó a discutir cara a cara en los medios aunque finalmente los candidatos se midieron ante el público en un único debate celebrado en el CCCB.
Alfred Bosch ha presentado su proyecto como el más renovador y se ha reivindicado como el candidato independiente, puesto que dejó de ser militante de Esquerra en 2010. Además ha subrayado la proyección pública ganada al frente del grupo de ERC en el Congreso de los Diputados en los últimos 3 años, una notoriedad que podria ser clave para hacerse con el consistorio barcelonés. La propuesta estrella del diputado es potenciar un gran cinturón verde productivo que conecte las zonas industriales del Llobregat con las del Besós, pasando por los centros académicos de Collserola.
Por su parte, Oriol Amorós es el candidato más cercano al antiguo lider municipal, Jordi Portabella. El diputado en el Parlament ha centrado su campaña en el empleo, para lo que ha prometido destinar 100 millones de euros para crear 8.000 nuevos puestos de trabajo. Acusado de continuísta del anterior proyecto municipal, Amorós ha jugado la carta de su gran conocimiento de la ciudad y ha prometido tratar de unir a todas las izquierdas en favor del derecho a decidir.
Las posibilidades de que ambos contendientes llegaran a un acuerdo para pactar una lista conjunta se fueron disipando a medida que avanzaba la campaña y los políticos marcaban perfil en una contienda que empezó con guante blanco pero terminó no exenta de dardos y reproches mutuos. Pese a eso, se han ofrecido el uno al otro ser número dos de las respectivas candidaturas.
Tanto Amorós como Bosch han fabulado con la posibilidad de llegar a la alcaldía de la capital de la Catalunya independiente, ya que la fecha prevista para la consulta, el 9 de noviembre, llegaría antes que las municipales. Un acontecimiento que, si bien podria redefinir –de nuevo– el mapa político catalán, los independentistas no creen que pueda erosionarles. Bien al contrario, en cualquiera de las opciones que se bajaran, la celebración de la consulta o la convocatoria de plebiscitarias, la formación independentista podría seguir marcando la agenda.