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El Govern marca como línea roja a la CUP cumplir el objetivo de déficit de Montoro

El Govern ha mostrado este martes una de las líneas que no piensa cruzar en la negociación de los presupuestos con la CUP: El límite de déficit impuesto por el Gobierno central del 0,7%. La consellera portavoz del Govern, Neus Munté, ha asegurado que incumplir el límite de déficit dejaría a Catalunya “en una situación muy complicada” ya que no tendría cómo financiar el exceso de gasto. Este ha sido el mensaje de unidad lanzado por el Ejecutivo después de que CDC y ERC mostraran diferencias de criterio el lunes sobre la enmienda a la totalidad de los anticapitalistas. Para la CUP, en cambio, cuestionar el límite de déficit es uno de los requisitos para entrar a la negociación presupuestaria con JxSí.

Los anticapitalistas, que han registrado su enmienda a la totalidad este martes, no se conforman con menos que la retirada del actual proyecto de presupuestos y la presentación de unos nuevos “que incorporen parte de la visión que tiene la CUP sobre lo que tienen que ser los presupuestos”. Según ha explicado la diputada Eulàlia Reguant, si el conseller de Economía, Oriol Junqueras, no les presenta unas nuevas cuentas, están dispuestos a llevar la enmienda hasta el final, lo que significaría derribar el proyecto de ley en el pleno del día 8 de junio. Si esto llegara a ocurrir, la aprobación de las cuentas de 2016 podría retrasarse hasta después del verano.

Para el nuevo proyecto que le reclaman a Junqueras, la CUP plantea una “desobediencia” al objetivo de déficit fijado por Bruselas pero que Montoro reparte entre las comunidades autónomas y hace cumplir bajo amenaza de sanción. Los anticapitalistas buscan unas cuentas que incumplan deliberadamente el límite del desfase entre ingresos y gastos. Tras la rebelión autonómica del pasado mes de abril, Montoro elevó el objetivo de déficit para 2016, del 0,3 al 0,7%.

“Nuestro objetivo no cargarnos ninguna legislatura”, ha asegurado Reguant, quien también ha señalado a asuntos como la incorporación de los impuestos anulados por el TC, reformas impositivas en el tramo del IRPF, Sucesiones y Patrimonio, y en general, que “se reviertan los recortes y privatizaciones de los últimos cinco años”. La CUP espera que al menos “una parte” de estas reclamaciones figuren en el nuevo proyecto presupuestario que esperan que Junqueras presente.

Tanto Convergència como ERC han afeado a la CUP su actitud. La portavoz del Govern y consellera de Presidencia, Neus Munté, ha valorado que resulta “poco compatible hacer un llamamiento a la negociación y al diálogo y presentar enmienda a la totalidad, que deja poco margen a la negociación”.

El cumplimiento con el déficit es la línea roja más gruesa que el Govern ha dibujado hasta ahora. La razón hay que buscarla en la debilidad financiera de la Generalitat –el 95% de los ingresos del Govern dependen de Hacienda. Plantear una rebelión del déficit podría facilitar a Montoro el bloqueo de la administración catalana.

“¿Si incumplimos el objetivo de déficit, quién financiará el déficit de más que hagamos? Si no te financia ninguna entidad financiera, ni el FLA, te lo están financiando los proveedores, y eso quiere decir hospitales, ayuntamientos y entidades sociales”, ha razonado el secretario de Economía del Govern, Pere Aragonès, en declaraciones a la ACN. Por su lado, Munté ha reiterado que “no existe margen” para incumplir el déficit.

Con todo, en los últimos años una vez finalizado el ejercicio, el déficit siempre ha superado la barrera impuesta por Hacienda. El año pasado, la Generalitat casi cuadruplicó el objetivo con un 2,7% de déficit, siendo líder en el desfase fiscal entre las comunidades autónomas.