El recién estrenado calendario del 2020 del Palau de la Generalitat ya exhibe borrones en la mayoría de sus páginas. El Govern ha vuelto a cambiar este martes el compás y ha abierto la puerta a alargar la legislatura varios meses después de la aprobación de los presupuestos, que se prevé para mediados de marzo o, como tarde, durante abril. Pese a que la ley electoral permite convocar las elecciones en un plazo de 54 días, el Ejecutivo de Quim Torra contempla ahora dejarlas para después del verano, es decir, casi medio año después de que el Parlament avale las nuevas cuentas.
La consellera portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha reconocido este martes que la posibilidad de alargar la legislatura está sobre la mesa y que queda al criterio exclusivo de Torra. Según ha indicado Budó, el president se comprometió hace dos semana a anunciar la fecha de las elecciones una vez hubiera nuevos presupuestos, pero no a convocar oficialmente los comicios en dicha fecha ni de forma inminente. “Aún no hay una fecha fija después del 28 de marzo”, ha asegurado la consellera.
Que el Govern no está pensando en unas elecciones inminentes era un hecho con el que se había especulado durante las últimas semanas. Fuentes de la defensa de Quim Torra consultadas por eldiario.es contaban hace unas semanas con un calendario electoral incierto pero que podía extenderse hasta septiembre de este año, siempre que el Supremo no ordenara antes la inhabilitación firme del president. También el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, había advertido de la posibilidad de que las elecciones se alargaran en este diario.
Este martes, sin embargo, ha sido la propia portavoz del Ejecutivo quien ha puesto de manifiesto que la fecha de las elecciones podría hacerse esperar aún varios meses. Una opción que contrasta con la tajante afirmación de Torra, que hace dos semanas aseguró que la legislatura estaba “agotada” y “había llegado al final del camino”.
Los 44 puntos de Sánchez, a la comisión bilateral
Otro de los ejes sobre los que Torra aseguró que haría pivotar el final de su mandato era la mesa de negociación entre la Generalitat y el Gobierno central. Después de que la semana pasada Torra consensuara con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, iniciar la mesa a lo largo de este mes, los trabajos para preparar esta negociación han avanzando poco. Según ha explicado Budó, por el momento no se ha constituido la comisión técnica anunciada por Torra ni tampoco se han decidido los participantes en la mesa, aunque sí se da por seguro que al president le acompañará Pere Aragonès, igual que en el otro lado de la mesa se sentará Pablo Iglesias.
Lo que sí ha dejado claro este martes la portavoz del Govern es que el espacio de diálogo que se inicie será una negociación “para solucionar el conflicto político” y, por lo tanto, donde no tendrán cabida los 44 puntos que Sánchez trasladó a Torra el pasado jueves. Entre las propuestas del presidente del Gobierno hay “incumplimientos reiterados de hace años y otros son temas que podrían solucionarse de forma unilateral por parte de un Consejo de Ministros”, ha asegurado Budó.
“Son temas sectoriales y de gestión competencial”, ha subrayado, por lo que a su entender deben ser tratados en la comisión bilateral del Estatut y no en la mesa de negociación. Dos espacios que la consellera ha querido mezclar lo menos posible, pues en el Govern tienen la sensación de que el Gobierno central tiene interés en que uno y otro se confundan.
Mesa independentista, fuera de foco
Esta confusión de espacios de diálogo con diversos actores no es exclusiva del Ejecutivo de Pedro Sánchez. El Govern también tiene activados a la vez varios foros de partidos sin que esté claro cuáles son los objetivos de cada uno. Al llamado Espacio de Diálogo promovido por el PSC y en el que también participan los 'comuns' se ha superpuesto ahora otro al que solo se convocan a organizaciones independentistas, es decir, a los socios del Govern, la CUP y las dos entidades sociales, Assemblea y Òmnium.
Es este último espacio, creado a mediados de enero, donde Torra se siente más cómodo y el que ha elegido como foro idóneo para discutir sobre las posiciones que el Govern debe adoptar en la negociación con el Estado. Además el Govern tiene previsto que a partir de ahora las reuniones de este grupo puedan celebrarse “fuera del foco mediático”, es decir, sin convocatoria pública ni comparecencias al finalizar, como sí se hizo en su reunión constitutiva, para evitar una “presión mediática” excesiva, ha dicho Budó.
Según ha explicado la portavoz, Torra tiene previsto trasladar a este espacio la decisión sobre si el mediador, que genera roces entre los socios del Govern. “La mesa catalana se reunirá en los próximos días”, ha asegurado Budó, que ha indicado que Torra tratará de consensuar en ella su posición sobre si la figura del mediador debe ser o no una línea roja antes del inicio de las conversaciones con Sánchez.