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Un guardia urbano afirma que ordenó identificar al independentista acusado de tirar una botella porque lo vio “más mayor”

Visto para sentencia el juicio contra un hombre y una mujer acusados de desórdenes públicos en la manifestación contra la detención de Puigdemont de marzo del año pasado. Lluís M.E. y Eulàlia R.P., una pareja de 50 años de L'Hospitalet sin antecedentes penales, han negado haber movido contenedores, y el primero también ha rechazado que lanzara una botella de cristal a un furgón de los Mossos, tal y como sostiene la Fiscalía.

En la sección 2 de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado este lunes el juicio contra Lluís M.E. y Eulàlia R.P. La Fiscalía ha mantenido los seis años de cárcel que pide para él y los dos que reclama para ella después de escuchar a sus testigos, dos guardias urbanos de Barcelona que son los únicos testimonios presenciales de los supuestos disturbios.

Los guardias se han contradicho sobre dos aspectos clave del caso. Así, mientras el sargento ha dicho que Lluís M.E. lanzó la botella de cristal cuando los agentes antidisturbios ya estaban fuera de las furgonetas, el agente que lo acompañaba ha dicho que en el momento del lanzamiento no había mossos en la calzada. Además, el sargento ha dicho que no identificó a la pareja hasta una hora después de los hechos debido a supuestos “disturbios” en la zona, pero el agente ha sostenido que tuvo un “camino tranquilo” mientras siguió a la pareja por el centro de Barcelona.

Al ser preguntado por los criterios policiales que lo llevaron a seguir y a identificar a Lluís M.E. y Eulàlia R.P., y no al resto de personas que, según su versión, estaban causando disturbios, el sargento ha argumentado: “Pues porque lo vi más mayor y la vestimenta era fácil de seguir”.

En su declaración, el sargento de la división de información de la Guardia Urbana ha reconocido que actuó por su cuenta y que no avisó de que iba a seguir y a identificar a la pareja a los Mossos d'Esquadra. Ha asegurado que Lluís M.E. y Eulàlia R.P., formaban parte de “una masa” que, junto a “varios jóvenes”, lanzaron objetos a los Mossos. Más tarde, ha precisado que los contenedores que supuestamente movieron ambos acusados no eran los de la basura, de mayor tamaño, sino dos más pequeños de un restaurante.

El sargento también ha reconocido que confeccionó el atestado varias horas después de los hechos y que la hora que aparece en el documento –21:30h– es aproximada, ya que, en sus palabras, “se estableció cuando recapitulamos todo y dijimos que más o menos sería esa hora”. Los dos agentes vestían de paisano el día de los hechos, y el sargento ha reconocido que, tras identificar a la pareja en la Gran Via mientras se tomaba una cerveza, no les dio ninguna copia de ninguna minuta, pero sí les informó de que serían denunciados.

“Es que los podíamos haber detenido, pero no teníamos recursos”, ha apostillado el sargento.  Por su lado, la defensa de la pareja, que ejerce la letrada Laia Serra, ha confiado en que los tres vídeos aportados como prueba, que no muestran disturbios en la zona donde la Guardia Urbana asegura que ocurrieron los hechos, sirvan para lograr la absolución.