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La Fiscalía y el jefe de las investigaciones del 1-O fracasan al intentar aportar a última hora documentos contra Trapero

El teniente coronel Daniel Baena, a su llegada a la Audiencia Nacional este lunes.

Oriol Solé Altimira

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La tercera semana del juicio al major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y la antigua cúpula de la conselleria de Interior ha empezado con sorpresa. No por los ataques a la línea de defensa del major acometidos por el testigo de este lunes, el teniente coronel de la Guardia Civil Daniel Baena, sino por el intento del jefe de las investigaciones del procés y de la Fiscalía de introducir a última hora dos documentos comprometedores para el major. El tribunal lo ha rechazado, tal y como había reclamado la defensa de Trapero.

Baena ha sacado de su carpeta un documento para contradecir la línea de defensa del major, consistente en desvincularse y mostrar su enfrentamiento con el Govern de Puigdemont. Se trata de una carta que Puigdemont escribió al major Trapero en octubre de 2017, una vez el major ya estaba imputado, en la que el president arropó al major: “Un policía que usa el civismo como parte de su armamento merece honores y no castigos”. Hubiera sido un tanto para la Fiscalía, que pide once años de prisión para el major al acusarle de estar alineado con los intereses soberanistas del Govern para facilitar el 1-O.

Pese a formar parte del sumario de la causa del procés en el Tribunal Supremo y que la Fiscalía es parte en ambos procedimientos, la carta, desvelada en 2018 por eldiario.es, no estaba incorporada a la causa contra Trapero en la Audiencia Nacional. Si olvidar un documento tan importante para la acusación ya puede calificarse de sorprendente, más sorpresa aún ha causado entre las defensas que, tras hablar Baena de la carta, el fiscal Pedro Rubira haya pedido incorporarla a la causa y que por lo tanto el tribunal la pudiera tener en cuenta a la hora de redactar la sentencia del major.

El fiscal ha alegado que pese a no incorporarse en fase de instrucción, el juicio del Supremo había sido “público”, por lo que las defensas ya conocían del documento. Las defensas de los cuatro acusados se han opuesto a su incorporación al rechazar que fuera el momento procesal correcto para añadir la carta y que les generaba indefensión. Finalmente el tribunal ha acogido la petición de las defensas y ha cerrado la puerta a la petición de la Fiscalía, por lo que la carta ha quedado fuera del caso como prueba documental.

Minutos antes el tribunal había tomado la misma decisión ante otra propuesta del fiscal para incorporar otro documento mostrado por Baena, un comunicado interno a la jefatura de Mossos redactado por Trapero en 2015 por el que el major comunicó que asumía la responsabilidad de la investigación de cualquier delito relacionado con el proceso independentista tras unas pesquisas abiertas por la Fiscalía de la Audiencia Nacional.

Pese al varapalo recibido sobre los documentos, Baena los ha usado –de hecho, hasta ha leído casi toda la carta de Puigdemont al major– para contestar a las preguntas de la Fiscalía y alinearse plenamente con las tesis acusatorias del Ministerio Público. Según Baena, con esa carta a la jefatura empezó un proceso por el que Trapero se unió a los intereses soberanistas del Govern y que se manifestó con la supuesta connivencia del major con el 1-O. Pero en el turno de la defensa, la letrada de Trapero, Olga Tubau, ha logrado que Baena admitiera que literalmente la carta no dice que Puigdemont “se reunió” con el major, como el teniente coronel había afirmado a preguntas del fiscal, sino que el expresident trasladaba al major por carta lo que había expresado “en una reunión”, sin concretar los asistentes.

Un ascenso por el 1-O

Baena ha sostenido que el “liderazgo” de Trapero y su nombramiento como major en 2016 fue “fundamental para garantizar el buen fin” del referéndum. A preguntas de la defensa ha tenido que reconocer que Trapero fue propuesto como major por un director general que militaba en el PSC y que abandonó el Govern en desacuerdo con la vía unilateral, Albert Batlle. Pese a ello el teniente coronel ha enmarcado el ascenso de Trapero en la cúpula del cuerpo con el “giro a favor de los intereses del Govern de una estructura de estado ya creada como los Mossos d’Esquadra”.

“El círculo se cerró el 2 de octubre”, ha abundado Baena, con la carta de Trapero a todo el cuerpo en la que agradeció a los agentes su actuación el 1-O, y que, según ha interpretado Baena, muestra que la actuación de los Mossos “trata de aparentar que se cumplen mandatos de jueces y fiscales” cuando en realidad se obedecían las órdenes del Govern.

Y ha vinculado todo ello con el contenido del documento apócrifo ‘Enfocats’, incautado en casa del exnúmero dos de Junqueras Josep María Jove. Considerado como prueba de importancia para la Fiscalía, el Tribunal Supremo lo desdeñó en el caso del procés: no lo mencionó ni una sola vez en la sentencia.

Dudas ante las preguntas de la defensa

Toda la seguridad que Baena ha mostrado a preguntas del fiscal Pedro Rubira ha desaparecido a la hora de responder las preguntas de la letrada del major, Olga Tubau. Para empezar, Baena ha descargado en sus subordinados la mayoría de preguntas que le ha lanzado Tubau sobre el operativo del 20-S, después de afear a los Mossos, a preguntas del fiscal, que contestaran de forma “no satisfactoria” las peticiones de apoyo de la Guardia Civil el 20-S en Economía.

Cuando Tubau ha preguntado a Baena por peticiones concretas de apoyo o por las contradicciones en sus atestados respecto a las armas que se quedaron en los vehículos de la Guardia Civil frente a la conselleria –Baena escribió que en todo momento fueron vigiladas por agentes y también que quedaron “a merced” de los concentrados–, la respuesta del teniente coronel a la abogada ha sido que preguntara a los tenientes o a los agentes que estuvieron en el departamento. “El teniente y el agente sabrán”, ha llegado a decir.

Asimismo, Baena ha terminado por reconocer que cuando escribió en un atestado que los Mossos no impidieron el 1-O se trataba de “valoraciones de lo vivido, de lo visto, de cómo se desarrolló todo aquel día y no pruebas determinantes”. Algo similar ocurrió con otro testigo de cargo contra Trapero, el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, cuya contundencia al responder al fiscal se difuminó al contestar a Tubau.

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