“Miradla, sí, es ella. Puta traidora”. “Sabéis qué es lo más feo de lo que está ocurriendo en Cataluña? Esto... FEAAAAAA. Al más puro estilo etarra”. “¿Quieres decir a la Gabriel no le conviene un buen clavo? Tiene cara de estar mal follada”. “No es que quieran separarse de España: es que quieren que las echemos. Por horrorosas y antiestéticas”. Estos son solo algunos ejemplos de los miles de comentarios insultantes y machistas que recibieron las diputadas de la CUP en los medios y las redes sociales en los últimos meses.
Las mujeres de la candidatura anticapitalista catalana han denunciado este miércoles en rueda de prensa el acoso al que se vieron sometidas durante el periodo de negociaciones sobre la investidura con Junts Pel Sí, cuando el foco mediático estuvo sobre ellas. “Hemos sido víctimas de una oleada machista en un momento de especial tensión política donde nuestras compañeras han tenido protagonismo”, han explicado las activistas Maria Colera, de Endavant y Natàlia Càmara, de Arran. La rueda de prensa de este miércoles ha servido para convocar un nuevo acto feminista, el 11 de febrero, en el centro cívico de Cotxeres de Sants.
La oleada de insultos machistas que las mujeres de la CUP han denunciado llegó a sus cotas de más virulencia entre la asamblea Sabadell y el pacto con JxS por el que Artur Mas abandonó la pretensión de volver a ser presidente. Las redes sociales se llenaron de descalificaciones y comentarios sobre el aspecto o la sexualidad de las diputadas, que lideraron tanto las negociaciones como los mensajes públicos. Pero el acoso machista no solo ocurrió en las redes sociales. Los medios de comunicación, columnas y tertulias, también fueron escenario de comentarios vejatorios y discriminatorios hacia las mujeres.
“Soy Gabriela Serra, soy vieja, gorda y fea, pero quiero que se me juzgue por llegar a los 64 años implicada en luchas activistas”, ha explicado la diputada. “Me llamo Eulalia Reguant y soy retrasada, estúpida y tonta por defender un sistema de salud 100% público y una educación de calidad”, ha añadido la diputada Reguant, que fue objeto de una oleada de tweets ofensivos la noche del domingo en la que se dio a conocer el pacto de investidura. Como ellas el resto de diputadas de la CUP han ido explicando los insultos recibidos, remarcando que los reciben por su exposición pública y por lo que representan como mujeres con iniciativa propia.
Las militantes de la CUP no han circunscrito el acoso machista a su espacio político, sino que han incorporado en la reivindicación a otras políticas que en el último tiempo han denunciado las actitudes machistas recibidas, como la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas. “Las descalificaciones hacia Arrimadas son también agresiones al conjunto de las mujeres”, han considerado. La de C's criticó las parodias sobre ella y Albert Rivera aparecidas en la televisión pública catalana.
“Se nos descalifica por nuestro aspecto y no por nuestro discurso político”, han denunciado las militantes y representantes de la CUP, “la finalidad de todos estos comentarios machistas es convertir a las mujeres en objetos y no en sujetos”. Por esto, las políticas han querido dar una respuesta contundente y unitaria, dejando claro que van a plantar cara los mensajes de acoso. Al contrario, han defendido la necesidad de que las mujeres participen plenamente en el debate “para poder construir una república feminista, sin ser descalificadas ni objeto de comentarios machistas por ello”.