El movimiento del 1 de octubre ha dejado de ser una mera idea de Carles Puigdemont para convertirse en partido plenamente operativo. Un grupo de personas afines al expresident de la Generalitat ha registrado ante el ministerio del Interior la formación Moviment 1 d'Octubre, con el exalto cargo Agustí Colomines como secretario y el abogado convergente Jordi Ferrés en el cargo de presidente.
Corrientes del entrono próximo de Puigdemont buscan desde hace meses dar un respaldo organizativo a la exitosa candidatura de JxCat, concebida como un movimiento transversal que pueda albergar a buena parte del independentismo y que vaya más allá de las siglas del PDeCAT. Esta necesidad se aceleró este mes, por el riesgo de repetición electoral ante las dificultades del bloque independentista para investir a un candidato, que se acabó resolviendo con la candidatura de Quim Torra.
Con todo, el núcleo duro del equipo del expresident, ahora reunido en torno de la figura de Torra, como Elsa Artadi, Damià Calvet o Albert Batet, no forman parte de los impulsores de este nuevo partido. Por su parte, fuentes conocedoras del proyecto del Moviment 1-O aseguran que el registro se trata de una mera previsión de futuro y que, de momento, no está previsto que tenga actividad inmediata. El partido existe desde el 14 de mayo, el mismo día que el Parlament convirtió a Torra en president de la Generalitat.
El nombre de Agustí Colomines, que fue director de la Escuela de Administración Pública de Catalunya hasta su cese por el 155 en abril, estuvo ligado en su momento a la formación de la asociación de diputados independientes de JxCat, con el nombre de Junts per la República. La idea de aquella plataforma fue agrupar a los miembros de la candidatura sin militancia en el PDeCAT, y fue impulsada también por Toni Morral, uno de los diputados que sonó con más fuerza como posible sucesor de Puigdemont. Junto a Colomines y Ferrés, en el registro ante el Ministerio aparecen los nombres de Joaquim Jubert, Marta Domingo y Laura Carrasco.
El nuevo partido tiene además una página web inactiva y con un dominio registrado en marzo pasado. En ese mismo mes tuvo lugar una de las grandes crisis entre el entonces president cesado y su formación, el PDeCAT, cuando el primero anunció en una reunión telemática con miembros de su partido que sus intenciones pasaban por formar “un movimiento político”. Estas palabras no cayeron bien en la cúpula del PDeCAT, que se apresuró a matizar que el president cesado no hablaba de crear nuevas estructuras.
Dos meses después, esas estructuras están creadas y a punto para actuar. Diversas corrientes en JxCat apuestan sin ambages por superar las costuras del partido sucesor de Convergència y lanzarse a por las simpatías de todo el campo independentista. La idea que subyace a estos proyectos es la de construir un gran movimiento independentista único, a imagen del Partido Nacional Escocés (SNP). En marzo pasado, el éxito de las siglas de Puigdemont desató una carrera por registrar marcas locales de JxCat en diversos municipios de Catalunya.
El nuevo partido nace además en un momento de movimientos de fondo en el PDeCAT. Una corriente de diversos líderes municipales, encabezada por el exalcalde de Molins de Rei Joan Ramon Casals, apuesta por una renovación del partido que lo enfile hacia posiciones más cercanas a las tesis de Puigdemont. Ante esto, la actual cúpula de Marta Pascal y Mercè Conesa anunció este martes que el congreso que se celebrará el próximo julio permitirá abordar un debate programático pero no se renovarán equipos, según intentaron zanjar las dos líderes.