La reforma del Estatut ha sido un tabú en la política catalana desde la experiencia del 2006. Tras el recurso del PP y el recorte del Constitucional, la mayoría de los sectores que la impulsaron la veían como una opción fracasada. Sin embargo, en los albores de la campaña del 21D, la propuesta para revisar el marco del autogobierno catalán de forma pactada con el Estado ha vuelto a ponerse sobre la mesa.
El líder de los comuns, Xavier Domènech, ha desplegado este lunes la propuesta de su formación en este asunto. Para el diputado, la clave pasaría por construir un nuevo acuerdo político, económico, social y nacional, con capacidad de sumar a grandes mayorías. “Como mínimo las mayorías para reformar el Estatut”, ha explicado, inscribiendo el pacto en un “marco constituyente”.
Según ha explicado Domènech , el acuerdo que su formación quiere impulsar sería en clave catalana, pero con la fortaleza suficiente como para desencadenar cambios a nivel estatal, en la Constitución. El cabeza de lista de Catalunya en Comú ha apuntado a una clarificación de las competencias catalanas –con blindaje del modelo lingüístico y educativo–, una hacienda “propia y solidaria” o una nueva institucionalidad para asegurar los derechos sociales, como puntos claves del acuerdo que propone.
La invitación de los comuns llega solo unos días después de que el PSC propusiera, en una línea similar, un referéndum sobre un nuevo estatuto, que para los socialistas debería combinarse con otro referéndum sobre la reforma constitucional. El plan de los de Miquel Iceta es que la comisión sobre la Constitución en el Congreso acabe dando sus frutos, aunque no sea en el corto plazo, y que ello permita un nuevo marco de autogobierno para Catalunya.
Para el PSC, esto debería suponer el rescate de buena parte del Estatut del 2006, si no de todo. “Queremos una reforma federal de la Constitución, pero mientras tanto no nos quedaremos de brazos cruzados”, explicaban este lunes fuentes del partido. Lo que proponen es que desde Catalunya se empiece a avanzar en línea de la reforma estatutaria, mediante amplios acuerdos.
Las posturas de socialistas y 'comuns', que convergen respecto a la necesidad de un nuevo marco para el autogobierno, han encontrado una nueva ventana de oportunidad tras la aprobación de la DUI y la respuesta del Gobierno en forma de 155. Incluso los partidos independentistas, salvo la CUP, se plantean abandonar la vía unilateral, sin renunciar a la secesión.
Con todo, no basta con un pacto entre los de Iceta y los de Domènech para alcanzar los “acuerdos amplios” de los que ambos hablan. Ante el que seguramente será el Parlament más fragmentado desde la recuperación de la democracia, el recorrido de la reforma del autogobierno depende, por un lado, de los independentistas y, por el otro, de los partidos que en su momento se mostraron más reacios al Estatut del 2006, PP y Ciutadans.
Por la parte de los independentistas, la vuelta a la senda pactada para vehicular sus aspiraciones republicanas permitiría un giro de este tipo. Este lunes la candidata virtual de ERC, Marta Rovira, ha visto con buenos ojos un “gobierno de concentración” en el que participaran todos los independentistas junto a los 'comuns'. Tanto los republicanos como los neoconvergentes han recordado en los últimos días que ellos nunca descartaron la vía del referéndum pactado ni de la bilateralidad.
Precisamente la bilateralidad es uno de los conceptos sobre los que pivota la propuesta de Domènech, que considera que Catalunya y España deben hablar “de tú a tú”, en clara apelación confederal. La otra pata de su oferta es una ley de claridad, a la canadiense, que pueda permitir un referéndum pactado. “No hace tanto que el PSC defendía esta vía, deben poder estar dispuestos a hablar sobre ello”, aseguran fuentes de la formación morada.