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Segunda condena por corrupción contra el exalcalde socialista de Sabadell Manuel Bustos

Segunda condena por corrupción contra el exalcalde socialista de Sabadell Manuel Bustos. La Audiencia de Barcelona ha condenado a Bustos a tres años de prisión por dos delitos de tráfico de influencias por haber acordado con los jefes de la policía local de Sabadell la retirada de multas de tráfico a su mujer y a sus hijos.

El fallo deja a Bustos a un paso de tener que entrar en prisión, al tratarse de su segunda condena por corrupción derivada del macrocaso Mercurio, que acumula una decena de piezas separadas abiertas. Y es que Bustos ya está condenado en firme también por tráfico de influencias por haber intercedido para que se otorgara un puesto directivo por concurso público en el Ayuntamiento de Montcada y Reixac (Barcelona) a una persona afín al PSC.

La sentencia del caso de las multas considera probado que Bustos usó su influencia como alcalde para que un intendente de la policía local de Sabadell retirara dos multas a familiares. La primera, de marzo de 2012 y por un importe de 200 euros, le fue impuesta a su mujer de aquella época por aparcar en una parada de autobús. La segunda, en el mes de junio del mismo año, sancionó también con 200 euros a uno de sus hijos por estacionar en una zona de carga y descarga.

La sección 10 de la Audiencia de Barcelona avala los pinchazos telefónicos autorizados por el juez que investiga el caso Mercurio, en el que se oye al exalcalde pedir al intendente Josep Miquel D.M. que se ponga en contacto con su mujer para “arreglar el tema de los 200 euros” de multa. Un día después, el intendente le comunica que el “servicio de reparación de errores” ha resuelto el asunto.

En su sentencia, el tribunal condena además a 15 meses y un día de cárcel y a 11 años y medio de inhabilitación para cargo público a Josep Miquel D., el exintendente de la Policía Local que anuló las multas, por un delito de tráfico de influencias y otro de prevaricación administrativa.

Por el contrario, absuelve a Xavier I., excoordinador de Espacio Público de Sabadell del delito de malversación del que se le acusaba, al no haber podido probar que pagara una de las multas con dinero público, como el propio procesado explicó a Bustos en una conversación telefónica intervenida.

La sala ha impuesto a Manuel Bustos la condena por tráfico de influencias en su mitad superior, al considerar el delito agravado, puesto que el exalcalde “consiguió el propósito buscado”, que era que se anularan las multas a sus familiares. Para el tribunal, la conducta de Bustos “supone un menoscabo para el interés general, atacando la objetividad e imparcialidad de la función pública”, cuando como alcalde tenía “una obligación mayor de proteger el interés público, al haber sido elegido por la generalidad de las personas para salvaguardar dicho interés”.

La sentencia reconoce que el intendente asintió a las indicaciones de Bustos, asegurándole que “como siempre tenía la razón” y, “prevaliéndose de su situación de superioridad jerárquica, dio la órdenes correspondientes” para que la sanción no prosperara.

Respecto a la segunda multa, el tribunal concluye que la grúa municipal se llevó el vehículo que los dos hijos de Bustos habían dejado estacionado en una zona de carga y descarga, debidamente señalizada, de Sabadell. Luego, el exalcalde indicó a sus hijos que fueran a la Jefatura de la Policía Local para que los atendiera el intendente, donde un agente se encargó de formalizar los trámites necesarios para sacar el vehículo del depósito municipal.

Para hacerlo, añade la sala, el intendente pagó la tasa de la grúa, que costó 133 euros, sin que esté acreditado que la suma procediera de la caja de anticipos de titularidad pública, que estaba bajo su custodia.

Poco después, el intendente garantizó a Bustos en una conversación telefónica que “todo estaba arreglado” y que interpondrían un recurso para que los hijos del exalcalde no tuvieran que pagar cantidad alguna por el incidente de la grúa. El intendente, en consecuencia, elaboró un informe con unas alegaciones a la sanción impuesta, lo que motivó que el 2 de agosto de 2012 el servicio de multas de Sabadell anulara la multa, mantiene la Audiencia de Barcelona.

Tras analizar las conversaciones telefónicas intervenidas, el tribunal concluye en su sentencia que Bustos “no tenía ningún reparo” en llamar al intendente para que anulara las sanciones a sus hijos y que el exalcalde “usaba y abusaba esa situación de superioridad jerárquica”, sin que su subalterno alegara “una sola excusa”.