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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Puigdemont asegura que viajó a Bruselas para evitar “una durísima oleada de represión y violencia”

El president de la Generalitat cesado por el 155, Carles Puigdemont, ha asegurado que se desplazó a Bruselas tras declarar la independencia en el Parlament para evitar “una oleada de violencia en las calles de Barcelona y de Catalunya”. “El Estado preparaba una oleada durísima de represión y violencia de la que nos pretendía hacer responsables”, ha expresado en Catalunya Ràdio.

En una entrevista en la radio pública catalana junto con los cuatro exconsellers que permanecen en Bruselas –Lluís Puig, Clara Ponsatí, Meritxell Serret y Antoni Comín–, Puigdemont ha reiterado que se encuentran en la capital de Bélgica para internacionalizar la causa catalana y para garantizar “la legitimidad y continuidad” del Govern, cuyos integrantes se encuentran junto a él o en la cárcel en España.

Puigdemont ha criticado con dureza a las instituciones de la Unión Europea, que no sólo no le han recibido en los diez días que lleva en Bruselas sino que han avalado al Gobierno en la aplicación del 155 y a la Audiencia Nacional por el encarcelamiento de Oriol Junqueras y siete exconsellers (la UE sólo lamentó las cargas policiales del 1-O).

En este sentido, ha afeado a la UE “la más absoluta indiferencia” y la “tolerancia” que, a su juicio, ha demostrado con “el autoritarismo del Estado”. “Es una deriva muy preocupante para el futuro y el conjunto de Europa”, ha dicho. “Hay una desconexión absoluta entre la élite eurocrática que obedece sólo a los Estados y lo que le interesa a la gente”“, ha añadido, tras acusar a los máximos responsables comunitarios de ”traicionar y corromper la defensa de los valores fundacionales de Europa“.

Después de que este domingo un juez de instrucción belga rechazara detenerle y ejecutar la euro-orden de arresto de la Audiencia Nacional, Puigdemont ha mostrado su confianza al sistema judicial belga, que ha vuelto a citarle el próximo viernes 17 de noviembre para decidir si lo extradita a España.

Asimismo, ha augurado que el conjunto de causas en las que están inmersos los políticos soberanistas en España terminarán en los tribunales internacionales. “Y allí España pasará vergüenza, claro que la pasará”, ha pronosticado.

Por la lista única

En la entrevista, Puigdemont ha hecho una última llamada a la lista única “por la libertad” y que incluya a la CUP y a sectores de Podem en las elecciones del 21D, mientras en Barcelona los partidos no se ponen de acuerdo y cada vez tienen más números de concurrir a los comicios en listas separadas. Puigdemont ha evitado responder si encabezará una lista en solitario del PDeCAT en caso de fracaso de la lista única.

“Si no combatimos juntos la represión del Estado sobre los derechos y libertados, probablemente no podremos ganar”, ha dicho Puigdemont, que ha instado al soberanismo a “mantenerse unido en la diversidad” para “no ponérselo fácil a los que van a por el país”.

Niega presiones independentistas antes de la DUI

El expresident también ha repasado los días previos al 27 de octubre, cuando estuvo a punto de convocar elecciones anticipadas para evitar el 155. No obstante, finalmente, ante la “falta de garantías” que le ofrecía el Estado, según su versión, descartó el adelanto electoral y votó en el Parlament la declaración unilateral de independencia.

De hecho, Puigdemont ha rechazado que el resto de partidos independentistas le sometieran a presiones para aparcar las elecciones anticipadas. “La amenaza grave en aquellos días era la represión y el 155, que es una aberración jurídica, una bomba atómica y un crimen político”, ha zanjado el expresident.

Según ha explicado Puigdemont, él quiso convocar elecciones para parar el 155, pero el Gobierno no le ofreció “garantías” de que los nuevos comicios se pudieran celebrar con “normalidad”, ya que no se comprometió a parar el 155, retirar los policías desplazados a Catalunya ni a frenar la “persecución judicial”. “Estas garantías no existieron porque tienen su agenda avanzada de fanatismo y furia y es imposible dialogar con gente que está furiosa”, ha argüido.

Asimismo, Puigdemont ha asegurado que en las negociaciones con el Gobierno no se habló “específicamente de Sànchez y Cuixart [los líderes de ANC y Òmnium encarcelados desde mediados de octubre]” porque, ha indicado, “no tienen que ser moneda de cambio de nada”.

“No fui al Senado porque era evidente que no me iban a escuchar sino que formaba parte de la narrativa de la humillación sobre Catalunya”, ha alegado Puigdemont sobre su negativa a acudir a la Cámara alta para rechazar la aplicación del 155.

También ha reivindicado que es el president legítimo de Catalunya criticando al delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo: “No estoy cesado por lo que dice el Estatut, estoy cesado por un golpe de Estado. ¿Con qué autoridad osa hablar Millo en nombre de las instituciones de Catalunya?”.