Carles Puigdemont ha reconocido este martes que el catalán no se convertirá en lengua oficial europea durante la presidencia española del Consejo. Lo ha hecho en un largo mensaje en la red social X, obligado por las voces que le piden explicaciones después de que España retirara este lunes del orden del día la votación para modificar el protocolo que fija los idiomas oficiales de la Unión, y entre los que se pretendía que entrasen el catalán, gallego y euskera. “Es un incumplimiento de lo que se nos había dicho que era posible”, ha escrito el líder de Junts, que sin embargo ha evitado cargar las tintas contra el Gobierno de Pedro Sánchez y ha culpado en cambio a la presión que ha hecho el PP en contra de la iniciativa.
Según ha expuesto Puigdemont, la oficialidad que su partido celebró en agosto pasado como un “pago por adelantado” y un hecho “histórico”, ahora se ha revelado imposible por dos factores. El primero, según su argumentación, sería que el actual Gobierno ha sido incapaz de revertir “una estrategia de bloqueo que venía de muy lejos y de muchos gobiernos, tanto del PP como del PSOE”. El jefe de Junts ha asegurado que la delegación española, con el ministro José Manuel Albares a la cabeza, lo ha intentado, aunque a su parecer no lo ha hecho “por convicción” sino por ser un requisito de su partido.
“El trabajo de lobby no ha sido el mismo que cuando debían convencer a los países europeos de todas las maldades que se nos han atribuido (y que ellos han ayudado a construir, todo sea dicho) para desacreditar el movimiento hacia la independencia”, ha criticado Puigdemont, que con todo ha reiterado su reconocimiento hacia Albares por defender la oficialidad del catalán. “Algo inédito y positivo, pero insuficiente”, ha dicho.
Más peso ha dado Puigdemont al obstáculo que a su juicio ha representado el PP. “Desde el primer día ha tenido interés en hacer descarrilar una propuesta que formaba parte de los acuerdos políticos que podían facilitar un gobierno del PSOE y Sumar”, ha asegurado el expresident, que ha asegurado que el partido de Alberto Núñez Feijóo ha “españolizado la política europea más allá de lo que podían permitirse, y han acabado provocando situaciones delirantes”.
A juicio del eurodiputado independentista, la presión del PP ha sido clave en la postura de algunos de los países que han mostrado objeciones a la oficialidad del catalán, gallego y euskera. “Las reticencias iniciales de algunos países con gobiernos populares se explican, en gran medida, por la presión política y no tanto por las razones aducidas, que han sido debidamente rebatidas”, ha opinado.
Con todo, Puigdemont opina también que el fin de la presidencia española del Consejo no significa el fin del camino para la oficialidad del catalán. “El camino iniciado es irreversible, aunque pida más tiempo. Y es necesario utilizar más herramientas y recursos para defender la posición y vencer la principal reticencia que parecen encontrar los servicios jurídicos del Consejo, si es necesario hasta las últimas consecuencias. Si es necesario, litigando al Tribunal de Justicia de la Unión Europea donde el Estado español debe defender sin complejos que no es necesario reformar los tratados de la Unión para que una lengua sea oficial”, ha asegurado.