El rey esquiva la disputa por los indultos y se limita a elogiar el papel del empresariado catalán
El rey Felipe VI lleva tres días en el centro de la polémica después de que el domingo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuestionara que el monarca firmase los indultos a los presos independentistas. En esta tesitura el rey ha viajado este miércoles a Barcelona para participar en la reunión del Cercle d'Economia y ha pronunciado un discurso en el que ha evitado hacer cualquier remota mención a la situación política, y mucho menos a la medida de gracia que el Gobierno prepara. El jefe de Estado se ha limitado a elogiar el papel del empresariado catalán y el de España en el comercio internacional, especialmente con Corea del Sur, cuyo presidente, Moon Jae-in era invitado de honor en el encuentro.
El monarca ha soslayado así cualquier palabra que pudiera ser interpretada como un apoyo o censura a la política que sigue el Gobierno de Pedro Sánchez en Catalunya. Sin embargo, sí se ha producido una imagen de deshielo cuando ha coincidido con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, en el encuentro informal que ambos han mantenido junto a empresarios coreanos y el presidente Moon. Felipe VI y Aragonès se han saludado y el primero ha presentado al mandatario coreano al catalán.
Seguidamente los presentes se han hecho una foto junto a la alcaldesa Ada Colau, en un encuentro que ha durado unos pocos minutos. Antes de esto, Aragonès y Colau habían evitado salir a saludar al rey, como sí habían hecho el presidente del Cercle d'Economia y la Delegada del Gobierno, Teresa Cunillera.
El encuentro entre el jefe de Estado y el president de la Generalitat ha consistido en poco más que una foto. Pero es una instantánea que inaugura el cambio de política en el Govern, que ha roto con la tradición de Quim Torra de evitar a toda costa coincidir con el rey. Aragonès, aunque se ha ausentado de la cena (a la que sí acude su consellera Laura Vilagrà) y evitará coincidir con el presidente Pedro Sánchez este viernes, ha utilizado las jornadas del Cercle para escenificar un incipiente deshielo tanto con las instituciones del Estado como con el mundo empresarial catalán, ante quienes se ha comprometido a redoblar su apuesta por el diálogo y la negociación.
Ya en la cena el rey ha pronunciado un discurso centrado en la economía, en el que ha elogiado “las fortalezas, las capacidades y las oportunidades económicas que existen y se ofrecen, aquí en Barcelona y Catalunya, así como en toda España”. Felipe VI ha recordado que, tras la crisis económica, España tiene “el firme propósito de impulsar su economía para hacerla más productiva, más fuerte, más moderna, más sostenible y, en definitiva, con una mayor capacidad de adaptación ante los futuros contratiempos”. El jefe de Estado además ha loado las relaciones con Corea, en las exportaciones mutuas pero especialmente en terreno turístico.
Antes del frugal encuentro entre el rey y el líder independentista, Aragonès y Faus habían inaugurado el evento con dos intervenciones de fuerte carga política. El presidente del Cercle d'Economia ha optado por posicionarse sin ambages a favor de los indultos, tras asegurar que la nueva etapa política es una “oportunidad histórica para la concordia”. Según ha afirmado Faus, el Cercle siempre estará a favor de las iniciativas que aumenten la concordia dentro del marco legal, por lo que ha reclamado a Aragonès que trabaje para una solución que profundice “sin rupturas” en “una autonomía política auténtica” para Catalunya, dentro de una España “menos radial”.
En su turno Aragonès ha respondido a Faus mostrando su disposición a hacer fructificar el diálogo con el Gobierno, pero reclamando al Ejecutivo de Pedro Sánchez que ponga sobre la mesa su propuesta para Catalunya y se abra a que los catalanes la voten. Con todo, el president de la Generalitat ha considerado que si se acaban concediendo los indultos significará que la vía de la negociación tiene recorrido.
El Cercle d'Economia, entidad que agrupa a buena parte del tejido empresarial catalán identificado con el catalanismo ni independentista y la agenda progresista, ha centrado este año sus jornadas en la agenda de la reconstrucción tras la pandemia. Pero la entidad también pretende contribuir, de forma explícita, al cambio de etapa política tras el procés, para lo que ha puesto el foco en el diseño territorial español y ha invitado a cuatro presidentes autonómicos, además de al presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, que acudirán en las próximas jornadas.
Con el mismo objetivo, Javier Faus también había intermediado para que Felipe VI y Aragonès pudieran saludarse este miércoles, algo que se ha acabado produciendo. Desde la Moncloa ven con buenos ojos los gestos de distensión que el nuevo president está protagonizando. Más aún cuando la asistencia a la cena había generado este martes la primera bronca dentro del Govern, después de que el vicepresident Jordi Puigenró hubiese rechazado acudir en el último momento.
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