“¡Blanca, escucha, tu lucha es nuestra lucha!”. El grito de un centenar de vecinos ha arropado durante horas este miércoles a Blanca Espinosa, la anciana de 78 a quien la propiedad quería desahuciar por una deuda de 88 euros. Tras una mañana de protestas en la calle y llamadas en los despachos, la noticia le ha llegado a la mujer pasadas las 15.00 horas: el desalojo se aplaza.
La causa de Blanca ha congregado desde las 9 de la mañana –hora prevista del lanzamiento– a vecinos y activistas. Pero no solo. El Ayuntamiento ha mediado para tratar de llegar a un acuerdo con la propiedad e incluso el pianista James Rhodes se ha ofrecido a pagarle dos años de alquiler. Pero los propietarios se resistían. No ha sido hasta seis horas después que han aceptado al menos aplazar el desahucio –fijado ahora para el 11 de diciembre– para seguir negociando con la Administración.
A Blanca la acompañaron durante toda la mañana dos asistentas sociales que “se han dejado la piel” para evitar que la echen, dice ella. Este era el quinto desahucio al que se enfrentaba la mujer.
La gente que la acompañaba en la puerta confiaba en que fuese un informe del médico el que parase el desahucio, ya que su estado de salud es “muy delicado”. De hecho, el informe de su facultativo de cabecera le recomienda no salir de casa, ya que requiere reposo absoluto. Pero el forense debía llegar a las 11 y al final no lo ha hecho hasta las 14.45 h. Poco después le han comunicado la paralización del desahucio.
Dentro de casa, mientras de fondo se escuchaba el ruido de los activistas que protestan, Blanca charlaba con sus asistentas. Una de ellas le confesaba, en un susurro, que Blanca hoy les había dado un buen susto. “Una bajada de tensión”, aventuraba. La anciana tiene una depresión severa, según su médico. En el informe figuran términos como “voluntad suicida”, que Blanca confirma. “Tengo ganas de quitarme de en medio, pero no lo hago por mi hijo y por mi religión”.
El médico le ha dado pastillas para la ansiedad, que no se ha tomado por miedo a quedarse dormida. Sí se ha tomado las del corazón, que tiene muy débil. “Que evite los disgustos”, le ha dicho su facultativo.
Esa afirmación, relatada por Blanca, despierta una risa nerviosa e irónica entre sus asistentes, ante lo absurdo de la situación. “Mi hijo me ha dicho que no me resista, pero de aquí no me voy, aunque me tenga que quedar en el rellano”, asegura la anciana.
A medida que iban pasando las horas, la comitiva esperaba en la calle. Cerca de ellos se encontraban cinco furgonas de los Mosssos, listos para ejecutar el desahucio.
El caso de Blanca ha sido muy seguido por los medios, cosa que ha causado que mucha gente se acercara a parar el desahucio tras leerlo en un periódico o verlo en la tele. Los concentrados la llamaban por su nombre y la animaban. Le pedían cacerolas para hacer más ruido y le reclamaban que saliera al balcón para saludar. “Qué va, ¡Qué vergüenza!”, respondía ella ruborizada
A todos les ha sorprendido además enterarse de que el pianista James Rhodes, residente en España, se ha ofrecido a abonar el alquiler de Blanca durante dos años. Lo ha anunciado en su Instagram, donde también ha explicado que el abogado de la propiedad había rechazado su oferta con malos modos y amenazas de demandas.
“Han pasado 6 años desde que se inició el proceso y han tenido tiempo suficiente para realizar estas propuestas”, le ha contestado el abogado de la propietaria a Rhodes mediante unos mensajes de Whatsapp a los que ha tenido acceso elDiario.es. En estos mismos mensajes, y después de que Rhodes insinuara con contar a los medios el transcurso de las conversaciones, el letrado ha amenazado al pianista con demandarle por amenazas.
“Me ofrecí a pagar personalmente el alquiler de Blanca a precio de mercado (más o menos el doble que está pagando ahora), dos años de antelación y con un bono como incentivo. Para que la dueña tuviera el dinero que quería, Blanca podría seguir viviendo en su casa y todos podrían ser felices”, ha relatado. Pero la respuesta ha sido que no. “Parece claro que sólo les interesa convertir el piso en un piso turístico, sin importar el riesgo para Blanca que es claramente vulnerable”, lamentaba.
“Me parece tremendamente injusto que se vaya a echar a una abuela a la calle, como si fuera un perro, solo por ganar un poco más de dinero”, ha apuntado Rhodes.
Las negociaciones del Ayuntamiento
Mientras sonaban las cacerolas, los teléfonos de las asistentes sociales y de las técnicas de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona “echaban humo”. Fuentes cercanas a la negociación contaban a este medio que el consistorio llevaba horas intentando llegar a un acuerdo para evitar el desahucio. Pero aseguran que la propiedad estaba “cerrada en banda”. Según cuentan, los caseros piden que se les compense con un pago mensual del alquiler del piso a precio de mercado (más de 1.000 euros) hasta que Blanca fallezca. “Pero el Ayuntamiento no puede dar esta cifra”, añaden.
El abogado de la propiedad, por su parte, apunta tras la paralización del desahucio que las negociaciones siguen en pie, pero piden “garantías”. Se refieren a un pago de algúmn tipo de mensualidad “estable”, no necesariamente del precio de mercado. Pero sí que dure hasta que Blanca abandone el inmueble. Por otro lado, ha negado haber llevado a cabo negociación alguna con el pianista James Rhodes.