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Sánchez Costa, Societat Civil Catalana: “Es importante romper la identificación entre España y la derecha”

Fernando Sánchez Costa (Barcelona, 1984) es el cuarto presidente de Sociedad Civil Catalana (SCC) en los últimos ocho meses. La principal entidad constitucionalista de Catalunya ha pasado un curso complicado, con un presidente destituido tras ser acusado de irregularidades económicas y con un giro en el discurso que ha distanciado a SCC de Ciudadanos y PP, dos formaciones con las que había llegado a mostrar total sintonía.

Este historiador y exdiputado del PP es uno de los encargados de apuntalar el llamado “giro catalanista” que ha emprendido la entidad, cuyo plan estratégico apuesta por un mensaje más conciliador con el independentismo para rebajar la confrontación y romper la política de bloques que ha dominado Catalunya durante los últimos años.

Sánchez Costa piensa bien cada respuesta durante unos segundos, consciente de que cada vez que da una entrevista existe la posibilidad de que salten chispas en el sector constitucionalista catalán.

¿Cómo afronta SCC las inminentes movilizaciones independentistas tras la sentencia del Tribunal Supremo?

Con prudencia y con un llamamiento a la calma y a la serenidad de toda la ciudadanía. Estamos trabajando desde hace años para lograr un clima de convivencia, pero si de nuevo el separatismo apuesta por una estrategia de desbordamiento revolucionario, por una revolución 'anarcoburguesa' en las calles de Barcelona, nosotros volveremos a salir para demostrar que las instituciones y las calles deben ser de todos.

¿Ahora mismo no hay nada organizado?

Trabajamos en una estrategia de medio y largo plazo para configurar un nuevo marco cultural y cívico en Catalunya, profundamente pluralista, que nos permita superar esta etapa triste y dolorosa. Pero también es verdad que tenemos activados los protocolos internos para poner en marcha en las próximas semanas una gran movilización si hiciera falta.

En aquellas movilizaciones se escuchaban gritos como “Artur Mas cámara de gas”. ¿Apuestan por un tono más constructivo?

Yo esa frase concreta nunca la he escuchado. Evidentemente, SCC es enormemente beligerante frente a los planteamientos de fondo del separatismo pero al mismo tiempo quiere tener un tono adecuado que permita superar la confrontación que vivimos en Catalunya.

¿Qué debería hacerse desde el constitucionalismo para que los independentistas “reconecten con España”, tal y como usted defiende? ¿Me puede decir alguna medida concreta?

Voy a indicarle dos medidas. La primera es romper los antagonismos que ha creado el nacionalismo entre la idea de Catalunya y la de España. Es muy importante comprender que esas dos identidades son perfectamente articulables y no incompatibles. También es importante romper la identificación entre España y la derecha. La España contemporánea se ha construido desde la izquierda y desde la derecha, y nadie tiene el patrimonio sobre ella.

En esa apuesta por romper los antagonismos, ¿cree que la reunión de diciembre de 2018 entre Sánchez y Torra fue positiva? A día de hoy sigue siendo muy criticada por algunos partidos constitucionalistas...

Es que queda tan lejos aquel 21 de diciembre, han pasado tantas cosas…

Le rehago la pregunta. ¿Ve positivo el hecho de que el presidente del Gobierno y el de la Generalitat se sienten a hablar?

Sinceramente, creo que es muy bueno que se reúna el presidente del Gobierno con el presidente de una comunidad autónoma tan importante como Catalunya. Al final, la situación que vivimos en Catalunya solo se puede desbloquear desde el diálogo político. Un diálogo político dentro de la ley y en el que también los constitucionalistas tenemos nuestras condiciones. Lo que no puede volver a pasar es que para solucionar la problemática catalana aceptemos de nuevo un dictado del nacionalismo. También debe escucharse a la mitad de los catalanes que hemos estado 40 años invisibilizados y tenemos muchas reivindicaciones.

Cuando salga la sentencia del Supremo a los líderes independentistas, el Gobierno central estará en funciones.¿Cree que esto puede tener algún efecto a la hora de gestionar la situación?

Siempre es mejor tener un Gobierno estable y en pleno ejercicio. Por eso hemos apelado durante todo el verano -y seguimos haciendo un último llamamiento- a la entente entre partidos con sentido de la Constitución para lograr un Gobierno fuerte al servicio de España y del bien común. Pero en cualquier caso estamos tranquilos. El Gobierno en funciones ha dejado muy claro que hará cumplir la Constitución en cualquier escenario. Y estamos convencidos también de que los demás partidos constitucionalistas actuarán con sentido de la responsabilidad ante una situación insurreccional.

¿Por qué cree que los partidos no han sido capaces de ponerse de acuerdo?

Eso deberá preguntárselo a ellos. Todos los españoles estamos un poco desconcertados ante esta situación. Entendemos la discrepancia entre partidos políticos, pero todavía entenderíamos mejor que se pusieran los intereses generales por encima de los partidistas.

Usted es el cuarto presidente de su entidad en ocho meses… ¿SCC está teniendo problemas para definir su mensaje y encontrar su lugar en la política catalana?

El escenario político catalán y español ha cambiado radicalmente en el último año y esto genera distorsiones en todos los ámbitos políticos. Pero lo importante es que esta nueva etapa que acabamos de empezar tiene el respaldo del 97% de los socios de SCC y cuenta con una junta muy plural, muy amplia, donde hay personas que van desde C’s y PP a gente con sensibilidad socialista o incluso de la órbita de los 'comuns'.

¿Cómo articula el mensaje una organización cuyo presidente habla de diálogo con el independentismo y a la vez tiene un vicepresidente que plantea que esos partidos no se puedan presentar a las elecciones?

Yo intento dar voz a lo que está aprobado en el plan estratégico. Y en el plan estratégico abogamos por esta doble línea: firmeza en las ideas pero al mismo tiempo acierto en el tono. Hay que distinguir entre los líderes independentistas y las estructuras políticas independentistas que nos han llevado a este callejón sin salida, que han destrozado Catalunya y por otro lado la ciudadanía soberanista. Hay un número importante de catalanes que se han sentido atraídos por esa idea y que lo han hecho de buena fe y con sus razones. Creo que hay que intentarles convencer de que muchas de esas aspiraciones de futuro, de justicia social… en realidad tienen perfecta cabida dentro de la España constitucional. Hay que pasar de un clima de ruptura a una dinámica de reforma. Y entender que los catalanes podemos jugar un papel importante en la reforma de España para hacer un país donde todos nos sintamos a gusto.

Es verdad que la reforma ha de empezar por Catalunya, porque a mi me preocupan mucho algunos déficits democráticos como la patrimonialización de la instituciones que hace el separatismo, que los medios públicos sean espacios de propaganda, la politización de los Mossos, el sistema escolar monolingüe obligatorio en catalán... Y creo que todas estas cuestiones deben ser puestas sobre la mesa, porque Catalunya necesita cambiar profundamente para reconocer su pluralidad. De hecho, la Constitución de 1978 reconoce muy bien la pluralidad interna de España, otra cosa es que pueda profundizarse en ello y que institucionalmente España pueda reconocer mejor esa diversidad constitutiva que tiene, pero es que Catalunya tiene que empezar a reconocer que la cultura catalana es diversa.

En el seno de SCC también hay pluralidad de opiniones sobre la posibilidad de un hipotético indulto a los presos catalanes. ¿Qué opina Fernando Sánchez Costa?

Fernando Sánchez Costa opina lo que la junta directiva de SCC ha decidido: debemos mostrar nuestro máximo respeto por el Estado de derecho y por la labor del Supremo, que se ha hecho con mucha transparencia y rigor profesional. Sobre la cuestión de los indultos, nos posicionaremos si se da el caso en su momento. Entre otras cosas porque dentro de SCC hay diversidad de opiniones al respecto.

Lo que está claro también es que lo que ha pasado es grave, no podemos banalizar lo que hemos vivido en Catalunya. Los que hemos estado aquí sabemos la situación límite que vivimos en otoño de 2017, sabemos la estrategia de los líderes independentistas de poner al Estado al límite. Otra cuestión, que en su momento deberán valorar los políticos y todos en general, es si la convivencia política, si el mirar hacia adelante requiere de otras soluciones políticas pero ya le digo que es una cuestión que en su momento abordaremos.

El partido constitucionalista más votado en las últimas elecciones al Parlament, Ciudadanos, insiste en la necesidad de aplicar un nuevo 155, pero SCC sigue sin verlo claro…

Hoy mismo [el lunes] Rivera ha matizado el sentido de la aplicación del 155 a que se den determinadas condiciones. Nosotros en el más estricto presente no vemos esas condiciones, por eso mismo creo que Rivera lo ha condicionado al futuro. Lo que es importante es una gran entente constitucionalista para lograr una estrategia a medio y largo plazo: una estrategia política, económica, jurídica, cultural que vuelva a hacer presente a España y al Estado. Las dos cosas son necesarias: el Estado como aparato jurídico administrativo, prácticamente desaparecido de Catalunya y la idea de España como proyecto, como relato que nosotros consideramos que también debe volver a arraigar en el corazón de los catalanes.

¿Cuáles han sido los motivos de ese distanciamiento con Cs? Hubo una época en que su sintonía era total.

Hubo una época en la que se acusó a SCC de ser la plataforma de Cs. También se ha dicho que estábamos al servicio del PP... Nosotros estamos al servicio de lo que consideramos en cada momento, que es la mejor defensa de la Constitución y de la concordia, que son nuestras dos divisas fundamentales. Al final somos todos conciudadanos. Los independentistas son también nuestros vecinos, nuestros familiares y hasta nuestros compatriotas.

¿Cree que a Ciudadanos no le interesa esa concordia?

Yo creo que con Cs lo que ha pasado ha sido un malentendido puntual, igual que ha ocurrido con el PP este verano. Pero tengo un gran respeto por Cs: ha logrado algo increíble, ser el primer partido constitucionalista en ganar unas elecciones. Además ha roto muchos tabúes que había en la vida política catalana, de un falso consenso que en realidad no existía en la sociedad. Por tanto estoy convencido de que con Cs recuperaremos la mejor sintonía y entiendo que las últimas declaraciones de Lorena Roldán van en esa línea.

En una reciente entrevista con eldiario.es, Roldán les emplazaba a dejar la política a los partidos.una reciente entrevista con eldiario.es

Lo que debe hacer SCC es ser muy prudente en sus opiniones políticas e intentar trabajar siempre con un denominador común que pueda ser aceptado por todos los no independentistas. Pero al final, cualquier realidad es política y tenemos que tener posicionamientos sobre muchas cuestiones.

Hay algunos posicionamientos en los que no estamos alineados con el PSC, por ejemplo, como puede ser el tema de la inmersión lingüística en las escuelas. Puede haber otras opiniones en las que no coincidamos con el PP o Cs. La transversalidad es complicada pero también es muy bonita. Y uno de los grandes logros de SCC es haber logrado que en una misma mesa estuviéramos sentados personas que hace 10 años casi ni se hablaban políticamente. Hay que aprender que en algunas cosas estamos de acuerdo, en otras discrepamos, pero que compartimos el objetivo de fondo que es acabar con esta noche que ha sido el procés separatista y superar el marco del nacionalismo que ha regido en Catalunya durante los últimos 40 años.

Usted fue diputado del PP ¿qué cree que le pasa al partido en Catalunya? Cada vez que pasa por las urnas pierde apoyos.

Creo que ahora mismo está en una etapa ascendente y muy bien liderado, pero eso lo tendrán que decidir los votantes. La sensación que me da es que el suelo ya ha sido tocado.

¿Por qué cree que tocó suelo? ¿La apuesta por Cayetana Álvarez de Toledo no fue buena?

No me corresponde a mi hacer análisis de la situación de los partidos ni de sus decisiones concretas.