Ska Keller: “Tendríamos que poder pedir explicaciones a la Troika en el Parlamento”
Ska Keller (Brandenburgo, Alemania del Este, 1981) fue designada candidata de los Verdes Europeos a la presidencia de la Comisión Europea -junto con el francés José Bové- tras unas primarias abiertas en las que participaron unas 22.000 personas. Es eurodiputada desde 2009 y se ha especializado en cuestiones de migración y relaciones de la UE con Turquía. En España la apoya parte de la lista de IU-ICV y la lista Primavera Europa, formada, entre otros partidos, por Compromís, Equo y Chunta Aragonesista. Keller aboga por más solidaridad dentro de la Unión Europea y rechaza la competencia entre Estados para bajar los sueldos y los impuestos. En el debate soberanista se ha pronunciado a favor del derecho a decidir de Catalunya.
La gestión de la crisis se ha hecho sobre todo a nivel de Estados. ¿Tiene alguna utilidad el Parlamento Europeo?
Debería tener un papel más importante. Nuestra idea es que la gestión de la crisis tiene que salir de los bastidores y pasar a las manos de los diputados, es decir a los representantes de los ciudadanos. Esto es muy importante porque sólo saldremos adelante con una Europa más democrática. El Parlamento tiene que poder debatir y no dejar que los gobiernos decidan a puerta cerrada.
¿Está a favor de más integración?
Esta es otra cuestión. En todo caso queremos que el Parlamento pueda decidir, especialmente sobre lo que hace la Troika, que actualmente no está obligada a rendir cuentas. Tendríamos que poder reclamar la comparecencia de sus representantes en el Parlamento y pedirles explicaciones. Los Verdes hemos impulsado un informe que habla de las violaciones de derechos humanos por parte de la Troika. También debemos poder fiscalizar el Mecanismo Europeo de Estabilidad desde el Parlamento Europeo.
Llevamos ya seis años de crisis...
(Interrumpe) Depende de dónde pongamos el principio de la crisis. Esta deuda que tenemos en muchos países europeos no llegó de la nada sino que tiene su origen en la crisis bancaria. Y esta crisis es la consecuencia de una desigualdad global: excedente de capital para algunos, infrafinanciación para los demás.
Mi pregunta iba a ser sobre la gestión de estos seis años de crisis, que ha consistido en gran parte en políticas de austeridad. ¿Cómo valora esta gestión?
La política de austeridad ha acentuado la crisis pero todavía hay políticos como Jean-Claude Juncker (el candidato del Partido Popular Europeo) que dicen que esta política está funcionando. Es algo que no puedo entender con tanto paro, especialmente entre los jóvenes.
Los distintos acuerdos, especialmente el Pacto fiscal europeo –que originó el cambio constitucional del artículo 135 para implementar la regla de oro– hacen más difícil otro tipo de política económica.
En cuanto al pacto fiscal europeo, no queremos que se miren únicamente los porcentajes sino que hay que mirar el conjunto. Por ejemplo, cuando destruimos el sistema educativo, es una deuda que dejamos a las generaciones futuras: es algo que tendremos que pagar más adelante. Entonces no se debe considerar únicamente este objetivo del 3% de déficit sino que hay que tomar en cuenta otros factores como el paro juvenil, las inversiones de futuro, el sistema educativo, el sistema sanitario.
Cada vez más voces piden la salida del euro como solución a la crisis. ¿Cual es su opinión?
Creo que no sería una buena idea disolver el euro o salir del euro porque crearía más problemas económicos. Lo que sí tenemos que hacer es corregir la manera en la que está construido el euro. El problema es que tenemos una unión económica y monetaria pero los países están en competencia entre ellos: quién tiene los sueldos o los impuestos más bajos. Y esto no puede funcionar en una comunidad económica. Lo que tenemos que hacer es abandonar esta competencia y crear estándares sociales mínimos.
¿Está entonces a favor de un sueldo mínimo europeo?
No estamos hablando de un sueldo mínimo común sino de que exista un sueldo mínimo en cada país. En este sentido, Alemania tiene que recuperar terreno porque nuestro modelo económico se basa en parte en un sector con sueldos bajos que permite exportar pero perjudica la demanda interna. Esto tiene que ser corregido porque el superávit comercial de un país corresponde al déficit del país vecino.
En los últimos años, la deuda de los países se incrementó de manera muy importante. ¿Qué propone para resolver el problema del endeudamiento público?
Estamos a favor de los eurobonos y de un fondo de redención de la deuda que permita reducir su coste. Hay que reducir la diferencia de tasas de interés entre los países. Una de las razones por las que Alemania se financia prácticamente a interés cero es que a Grecia le cuesta tanto emitir nueva deuda. Por eso necesitamos un mecanismo de equilibrio. Y este fondo, además de los eurobonos, puede contribuir a este equilibrio.
Para crear puestos de trabajo, su partido aboga por la transformación de la economía en una economía verde.
Ya vemos ejemplos de cómo las energías renovables y la eficiencia energética pueden crear puestos de trabajo en muchos sectores. Es decir, no sólo vamos a necesitar a ingenieros especializados en energía eólica sino que también van a salir beneficiados sectores como la industria siderúrgica, etc. Hay claros ejemplos: por ejemplo, en Navarra se crearon 4.000 puestos de trabajo en las energías renovables. Incluso la Comisión Europea cree que se pueden crear 6 millones de empleos hasta 2020 si somos más ambiciosos con la reducción de las emisiones CO2, es decir si vamos más allá del objetivo de una disminución del 30%. Para llegar a ello, hay que repensar completamente la economía. De todas formas, lo tenemos que hacer a causa del cambio climático y de la crisis medioambiental.
Con esta división entre el sur y el norte de Europa, ¿es difícil mantener el mismo discurso en todos los países?
Durante esta campaña estoy viajando mucho por Europa –creo que en 15 de los 28 países– y no me parece difícil construir un discurso común. Obviamente hay que rechazar los viejos estereotipos que han usado los gobiernos en el norte y en el sur. Necesitamos un discurso conjunto de solidaridad, de la cooperación. Esto no puede ir de países contra países sino que se trata de llevar a cabo otra política. Como Verde, tengo ideas completamente diferentes de Merkel, a pesar de ser del mismo país que ella. En Alemania tenemos una experiencia similar con Alemania del Este, y esto no sólo es aceptado por la gente sino que también lo apoya. Hay que construir una solidaridad entre parados griegos y parados en Alemania porque tienen el mismo problema. También en la cuestión de la precariedad laboral de los jóvenes, estamos en la misma situación.
El Parlamento Europeo funciona de manera diferente a los parlamentos nacionales, es decir que no hay mayorías claras sino que evolucionan en función del tema. ¿Es deseable una coalición estable?
En absoluto. Creo que las mayorías variables son mucho más democráticas. En el Parlamento Europeo todavía podemos convencer a la gente con argumentos. Pero es posible que tras las elecciones tengamos una 'gran coalición' entre los conservadores y los socialdemócratas, y dejar la totalidad de la decisión a estos dos partidos sería una mala noticia para la democracia en Europa.
¿No sería la política europea más inteligible para los ciudadanos si hubiera una coalición estable?
No, si la gente vota a los Verdes, sabe que vota para una economía ecológica, en contra del carbón y de las energías fósiles. Es mucho más claro porque podemos defender completamente nuestros temas. A veces nos ponemos de acuerdo con el grupo de la Izquierda Unida, los socialdemócratas y los liberales. Pero no tiene por que ser algo permanente. Por ejemplo, los socialdemócratas son completamente antiecológicos, votaron en contra de dar más dinero para la investigación en eficiencia energética, lo que podría haber creado muchos empleos.
El Parlamento Europeo podrá decidir si confirma el candidato propuesto por el Consejo Europeo. Si Martin Schulz es propuesto, ¿los Verdes le darían su apoyo?
Si Martin Schulz (el candidato socialdemócrata) quiere el apoyo de los Verdes, tendrá que demostrar que está dispuesto a llevar a cabo una política ecológica. No lo hizo cuando era presidente del Parlamento. Nos decidiremos en función del contenido de su política.
Crecen las voces que piden una pausa en la ampliación de Europa. ¿Está de acuerdo?
No. Todavía hay candidatos a quienes se prometieron negociaciones de admisión justas. No se les puede decir en el medio de las negociaciones que vamos a hacer una pausa. Me parece particularmente importante que se mantengan abiertas las posibilidades de adhesión para los países balcánicos. En cuanto a Turquía, vemos que Erdogan se distancia cada vez más de Europa y esto tiene que ver con las pocas perspectivas de adhesión. Merkel, y antes Sarkozy, decían que no querían admitir a Turquía en ningún caso, independientemente de lo que haga el gobierno turco.
Uno de los argumentos para hacer una pausa en la ampliación es que se hace cada vez más difícil gobernar una Europa con tantos Estados miembros.
Creo que no hay mucha diferencia entre 28, 29 o 30. Evidentemente, lo que se dice mucho en Alemania es que si entra Turquía se convertirá en el mayor país de la Unión Europea. Pero este no puede ser el argumento: ya hay negociaciones en marcha, no se pueden hacer reglas diferentes para un país específico. Naturalmente hay otra cuestión, la de las instituciones. ¿Necesitamos realmente 35 comisarios? Pero las estructuras se pueden adaptar.
Decenas de personas mueren cada año en las fronteras de Europa. ¿Qué propone para evitarlo?
Hay que cambiar cosas en la política migratoria y la política de asilo de Europa. Primero necesitamos posibilidades de acceso legal para los refugiados para que puedan venir a Europa y pedir asilo sin tener que pasar por vías peligrosas en el mar o subir las vallas de Ceuta y Melilla. Recientemente visitamos un campo de refugiados sirios en Ceuta que tuvieron que atravesar el mar para llegar. Esto no es aceptable, tendrían que poder pedir un visado humanitario en su país o en el país vecino que les permita venir a Europa y pedir el asilo. Esta posibilidad existe según los tratados europeos pero los países europeos no la permiten. Además necesitamos un sistema de asilo más justo, solidario y seguro en Europa. Estamos hablando de personas que necesitan protección, por tanto no puede ser que acaben en la cárcel como en Grecia o en la calle. Necesitamos un sistema que ofrezca las mismas garantías en todos los países, y no como ahora pasa por ejemplo con los refugiados sirios, que son reconocidos en Suecia pero no en Grecia.
Tiene también propuestas para luchar contra las causas de la emigración.
Creemos que se pueden hacer muchas cosas en los ámbitos de la lucha contra el cambio climático, la política comercial que obliga a la gente a dejar su país, la política agrícola. Pero además de mejorar la política de asilo, hay que dar posibilidades legales no solamente a los que piden asilo sino también a la gente que quiere emigra porque quieren una vida mejor.
Ha hablado de mejorar el derecho al asilo. ¿Cómo ponerlo en práctica cuando la policía española practica devoluciones “en caliente”?
Esto es completamente ilegal. Esto es un problema de la política española y tiene que cambiar lo antes posible pero la Unión Europea también tiene que presionar. Nos pareció positivo que la Comisión Europea exigiera una investigación para aclarar la muerte de las 15 personas en la costa de Ceuta. La política de migración y los derechos humanos también forman parte de la política europea. Hay procedimientos para actuar en caso de déficit presupuestario excesivo de los países pero también tiene que haber procedimientos en casos de violaciones de derechos humanos.
Tiene un discurso muy favorable a la construcción europea. ¿No es una apuesta complicada en el contexto actual en el que la gente –especialmente en el sur de Europa– tiene la impresión de que Europa es sinónimo de austeridad?
Pero nosotros justamente luchamos por una Europa diferente. Es posible imaginarse una Europa completamente distinta. Europa puede ser un espacio de solidaridad y de derechos sociales. Se está llevando la política equivocada a nivel europeo pero no significa que la cooperación no tiene fundamento. Por eso estas elecciones del 25 de mayo son importantes porque se decidirá si habrá más austeridad o por fin solidaridad.