El curandero Josep Pàmies abandera la “desobediencia” y reúne a un centenar de personas sin respetar las medidas de seguridad
El curandero Josep Pàmies reunió el sábado en Balaguer (Lleida) a un centenar de personas sin respetar las medidas de seguridad contra el coronavirus para celebrar un acto de “desobediencia” con el objetivo de demostrar que los medios y los gobiernos “engañan” a los ciudadanos con las informaciones que ofrecen sobre la pandemia. Pàmies considera que el confinamiento es “absurdo” y por ello decidió convocar esta acción reivindicativa donde, según él, se encontró “gente sin miedo” de todo el país para hacerse abrazos y besos.
El polémico agricultor, que se presenta como activista, ha defendido de nuevo el uso del MMS –el preparado de clorito sódico conocido como Suplemento Mineral Milagroso– como una cura para el coronavirus. La Fiscalía ya hace unas semanas que le investiga por ello. Esto se suma a otras pesquisas abiertas por el Ministerio Público contra él y a múltiples sanciones de las autoridades sanitarias catalanas (que ascienden a 720.000 euros) por defender el MMS como remedio milagroso para patologías de todo tipo, cuando su comercialización y consumo terapéutico está vetado en España no solo por su eficacia no probada, sino porque puede ser dañino para la salud.
Pàmies ha explicado a la agencia ACN que el centenar de personas decidieron reunirse en un momento en que por motivos de seguridad sanitaria está prohibido para mostrar que no tienen miedo ante el coronavirus. Consideran que no hay ningún problema porque defienden el uso de plantas y sustancias como el MMS o la artemisa como remedios contra esta enfermedad. Pàmies ha señalado que quedaron en una zona alrededor del río Segre y aprovecharon para hacer un reconocimiento de plantas que ayudan a luchar contra la enfermedad. Ninguna autoridad sanitaria ha recomendado su uso.
En una imagen del encuentro puede comprobarse que los asistentes no llevaban mascarillas ni respetaban las mínimas distancias entre ellos. Asimismo, Pàmies ha reconocido que también se hicieron besos y abrazos y que se rociaron con vaporizadores de MMS para evitar posibles contagios del virus. Al encuentro había gente venida de Barcelona y también de otros puntos del Estado como Burgos.
Este curandero defiende que las personas pasen el virus lo antes posible para poder obtener “resistencia natural”, y en aquellos casos en que haya complicaciones respiratorias, insiste en combatirlo con el MMS. En este sentido, ha añadido que la entidad que el lidera, La Dolça Revolució, se han ofrecido como “conejillos de indias” para que las autoridades sanitarias les infecten controladamente con la COVID-19 para demostrar que el MMS es efectivo, pero que no se les ha escuchado.
Por todo ello, Pàmies considera que los medios y los gobiernos están “engañando” sobre el coronavirus y sus efectos reales y ha responsabilizado de ellos a las “presiones de la industria farmacéutica”. Según este curandero leridano, desde el inicio de la pandemia del coronavirus su entidad ha recibido miles de consultas sobre sus remedios y con un equipo de 15 voluntarios están intentando asumir todo este volumen de demanda.
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